Cómo ganar dos horas al día
La organizadora profesional Clara Massons nos propone algunos cambios de hábitos para ahorrar tiempo y ser más productivos
Barcelona¿Qué harías si a partir de ahora tus días tuvieran veintiséis horas en vez de veinticuatro? Con estas dos horas extras, ¿comenzarías una nueva afición? ¿Dormirías más? ¿O quizás harías lo mismo que haces ahora, pero con más calma y tranquilidad? Te proponemos unos hábitos diarios de ahorro de tiempo y productividad para que elijas los que más te gusten y dediques este nuevo tiempo que puedes ganar en hacer lo que más feliz te haga.
Haz la compra del supermercado online
Ahorras el tiempo de ir al establecimiento y deambular entre los pasillos. Además, en la mayoría de comercios el producto que recibes en casa viene directamente del almacén y no ha sido expuesto ni tocado por los clientes anteriormente.
Descálzate cuando entres en casa
Te sorprendería saber toda la suciedad que se acumula en las suelas de los zapatos al cabo del día. Incluso hay restos de heces que podemos llevar hasta la sala de estar o el dormitorio. Ponerse las zapatillas o caminar descalzo relaja los pies y la mente. El suelo de casa se mantendrá más limpio y no tendremos que limpiarlo tan a menudo.
Prepara la ropa que te pondrás al día siguiente
Cuando te quites la ropa de calle para ponerte la de casa, aprovecha ese momento para preparar lo que te pondrás al día siguiente. Aprovechas que el cerebro está pensando en la ropa y ganarás tiempo cada mañana, porque te ahorrarás la costumbre de revisar el armario en busca y captura de algún conjunto que te motive mínimamente. Si quieres optimizar el tiempo, prepárate también los accesorios, como joyas y pañuelos, y verás que comienzas el día más relajadamente.
Organiza las bolsas y mochilas
En la misma línea de prepararse la ropa, también podemos preparar las bolsas o mochilas al entrar en casa. En cuanto sacamos de las mochilas de nuestros hijos la fiambrera del desayuno y la botella de agua, podemos poner las cosas para el día siguiente: ya sean los calcetines para hacer psicomotricidad o la nota que queremos escribir a la maestra. Si los niños son lo suficientemente mayores como para hacerlo ellos mismos, los ayudamos con este hábito que les servirá de por vida. Y recuerda: nada más llegar a casa, vaciamos la cartera y la dejamos en la habitación, no molestando en la entrada. Y nosotros, los adultos, haremos lo mismo. Vaciamos el táper de la comida y cogemos todo lo que necesitamos para el día siguiente. Nos evitará prisas por la mañana y muchos olvidos.
Haz el truco del más uno por no quedarte nunca sin un producto o ingrediente
Esto me lo enseñó un amigo que vivía en el Pirineo, a treinta minutos en coche del supermercado más cercano. Los urbanitas, acostumbrados a pasar por el súper cada vez que nos falta algo, perdemos mucho tiempo al cabo del mes. El truco del más uno consiste en tener en la despensa siempre un producto de cada sin abrir. Por ejemplo, tienes una tableta de chocolate a medio comer y otra nueva en el armario. Cuando te has zampado la primera barra, apuntas en la lista del súper que hay que comprar una. No esperes a quedarte sin para apuntarlo. Así con todo. Este truco, que lo has hecho toda la vida si eres de los que no les gusta quedarse cortos en la cocina, va muy bien con la lista viva.
Apunta lo que te falta en una lista viva
La lista viva consiste en realizar cada día la lista de la compra. Es una maravilla porque ahorras tiempo y dinero. ¿Qué más queremos? Funciona de la siguiente manera: en cuanto gastas un producto, lo apuntas en la lista de la compra, por ejemplo en la pizarra de la cocina. Si abro un bote de tomate frito, lo apunto en la lista. Aunque me quede uno por abrir (o dos o tres) en el armario. Puedo escoger apuntarlo cuando abras el producto o cuando se acabe. Esto depende de la frecuencia de la compra. La lista viva hace que siempre tengas tu lista al día, actualizada. Lo mejor es que te evita el rato dedicado a hacer la lista de la compra antes de ir al súper: revisar nevera, congelador, armarios, despensa, lavadero y aseos para ver qué productos nos faltan y cuántos de cada, teniendo en la cabeza qué quieres cocinar y con qué frecuencia. Olvídate de este quebradero de cabeza. Pásate en la lista viva y no fallarás.
Borra las fotos al momento
Este hábito me lo contó una fotógrafa. ¿Cuántos nos quejamos de tener el móvil y el ordenador llenos de fotos que revisaremos y ordenaremos "algún día"? Una forma de simplificar y evitar esta tarea eterna es borrando las fotos que no nos gustan al momento. Normalmente, cada vez que hacemos una foto, disparamos tres o cuatro más por si no ha quedado bien en la primera. Lo que recomiendo es quedarnos con la foto buena, y suprimir a las demás en el momento. Esta es la manera de no acumular y tener, por fin, una galería de fotos llena solo de imágenes buenas y grandes recuerdos.
Limita el uso de las redes sociales
La forma más drástica es no tener ninguna. Pero si prefieres un punto medio, puedes configurarte un aviso de la aplicación Instagram que te recuerde que llevas quince minutos navegando y que es hora de apagar. También puedes reducir las amistades virtuales o las cuentas que sigues y quedarte solo con las que te encantan. Te sorprenderás de lo diferente que es la experiencia.
Cocina más cantidad
Si sientes que dedicas demasiado tiempo a la cocina y te da pereza ponerte a ello, acostúmbrate a cocinar más cantidad cada día. Estas raciones extra te salvarán la cena del día siguiente, u otros días, si quieres congelarlo. No consiste en comer lo mismo todos los días, sino en aprovechar que ensucias la cocina para tener más acompañamientos, salsas o ingredientes preparados para el día a día. Haz ese sistema toda la vida y reducirás a la mitad tu tiempo en la cocina.
Estos son algunos ejemplos fáciles de implementar, y cada casa tiene los suyos. Ponerlos en práctica es solo una cuestión de hábitos. La constancia de mantener estas costumbres vendrá sola, cuando veas los resultados y se conviertan en tu estilo de vida.