Cuerpo y Mente

¿Qué hay en el cerebro de un músico?

Hablamos con Giulia Valle, compositora, contrabajista de jazz y autora de 'Cerebro en equipo'

21/12/2025

¿Qué ocurre dentro del cerebro de una persona que crea música? ¿Y cuándo toca su instrumento o sale al escenario? O más aún: ¿cómo puede utilizar su neurobiología para potenciar la atención y la libertad interpretativa? De todo esto habla Giulia Valle, compositora, contrabajista de jazz, docente y autora del libro Cerebro en equipo: neurociencia para el desempeño y la motivación en música (y otras artes) (Editorial Versos & Reversos, 2025).

"Escuchar música es probablemente lainput que activa más conexiones neuronales en nuestro cerebro", asegura Valle, quien pone un ejemplo: "La memoria emocional de una canción que ha formado parte de nuestra adolescencia nos devuelve a toda una serie de experiencias del pasado y genera toda una respuesta neuronal".

Cargando
No hay anuncios

Para Valle, cuando un músico escucha música, la procesa de forma diferente en su cerebro que una persona que no se le dedica. "Se le activan áreas y zonas implicadas en la precisión del movimiento", prosigue. Pero lo más sorprendente es que gran parte de esta serie de mecanismos se generan en el cerebro incluso cuando nos imaginamos la música. "Cuando vas caminando por la calle y tienes una canción en la cabeza, se activan las mismas áreas cerebrales de forma automática", asegura.

A la hora de crear una nueva composición, primero debe entenderse qué es el cuerpo calloso. "Es lo que conecta los dos hemisferios del cerebro: el derecho, que procesa las cosas más a nivel global y emocional, y la izquierda, más analítico", explica Valle. Por eso, el cuerpo calloso es lo que hace que la experiencia de la creatividad pueda ser completa.

Cargando
No hay anuncios

A partir de ahí, es importante distinguir entre imaginación y creatividad, porque si bien la imaginación es imprescindible a la hora de tener ideas e intuir qué puede funcionar o no en una melodía, sin la creatividad es imposible poder llevarlo a cabo. "Los humanos tenemos la capacidad de generar algo de la nada, partiendo de una idea simple. Ahora bien, la creatividad implica la imaginación y la ejecución, pero la ejecución sin la imaginación no sería posible", aclara.

No todos somos personas creativas. Según Valle, el denominador común de las personas creativas es su apertura mental. "La forma de pensar de la gente creativa muy a menudo es diferente de cómo pensaría una persona más pragmática. En vez de hacer una línea recta a la hora de solucionar alguna situación, evalúan diferentes posibilidades y acciones", matiza.

Cargando
No hay anuncios

Entonces, una persona creativa, o un artista, ¿nace o se hace? Para la autora, es cierto que hay personas que nacen con mayor inclinación hacia la creatividad. Sin embargo, considera que, al final, un artista se hace a medida que va desarrollando sus aptitudes. "He visto a gente con mucho talento pero con poca disciplina. Al final el dicho es cierto: la inspiración llega trabajando", continúa.

Pensar en lo que se está aprendiendo, las técnicas de visualización, al igual que utilizan los deportistas, son detalles muy importantes que los músicos utilizan para potenciar su creatividad. "A través de la visualización se logra que un aprendizaje se quede más grabado en la cabeza", apunta Valle.

Cargando
No hay anuncios

Poner el foco

Para los momentos de ensayo, la autora recomienda que, si se quiere realizar una buena práctica, no se mida con la cantidad de horas que se realizan, sino con la calidad del trabajo. "Es mucho mejor hacer dos horas bien hechas con pausas en medio de visualización para integrarlo bien", recomienda. Además, considera que una buena práctica consiste en atacar los puntos débiles que no salen tan bien con mucha calma e intentando ordenar las cosas de modo que cuerpo y mente asimilen toda la información.

Cargando
No hay anuncios

Por otra parte, la autora matiza que no es lo mismo la atención que la concentración: "Cuando estás tocando en un escenario con otros músicos, tú prestas atención a muchas cosas a la vez; no sólo a lo que tú estás tocando, sino a lo que tocan los demás músicos, y con ello debes ir pivotando todo el rato", explica. Incluso con el free jazz, en la que se hace improvisación total, es importante no perder de vista esta atención: "Hay que estar todo el rato calibrando lo que toca el otro y ajustándote a lo que tú haces", apunta. Sin embargo, la concentración es lo que abarca todo este circuito, pero tiene una duración corta, de no más de cinco minutos. "La concentración profunda se va estableciendo como una suerte de equilibrio en medio de toda la atención", apunta Valle.

Por último, la autora asegura que el secreto para hacer un buen concierto es estar al 100% en el escenario. "Y vivir la inmediatez del momento, sin pretensiones ni la expectativa de que ocurran cosas", añade. Sobre todo se refiere a cuando en un concierto se espera que las cosas vayan tan bien como en un concierto anterior. "Eso te aleja del ahora y el aquí, que es lo más importante. El trabajo del músico es enchufarse a la música y dejar que hable por sí misma", continúa Valle. "Si estás esperando a que ocurra tal cosa y luchando contra lo que está pasando, te estarás cargando el momento y no estarás prestando atención –concluye–. Al final, lo que el escenario pide es no pedir nada".