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¿Ha llegado el momento de guardar el edredón?

Si se superan los 21 grados ya lo podemos sacar, y expertos y fabricantes recomiendan almacenarlo limpio, dentro de una caja que transpire y en un sitio con poca humedad

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Una persona con edredón en una imagen de recurso.

BarcelonaHa llegado el momento del año de preguntarse si es adecuado sacar el edredón de la cama o mejor esperar. Aunque no hay una respuesta definitiva, la mayoría de expertos y fabricantes aseguran que la temperatura de la habitación es el motivo fundamental por el que debe tomarse esta decisión: si se superan los 21 grados, es el momento de hacer desaparecer el edredón o el nórdico de la cama. Es en este período cuando habría que sustituirlo por una manta más fina o una colcha que nos permita no pasar frío por la noche. “El cambio de armario puede coincidir con el cambio de edredón, pero depende de muchos factores. No es lo mismo vivir en el Pirineo que en Barcelona. La temperatura ambiente de cada casa es también diferente, al igual que el frío que tenga cada persona”, asegura Clara Massons, organizadora profesional y directora de Una Casa Clara.

Temperatura de confort

Investigaciones recientes de la Universidad de Harvard apuntan a que el sueño tiende a ser más profundo y reparador en un ambiente más fresco. Según los científicos, esto no tiene que ver con la comodidad, sino con nuestra biología. Nuestra temperatura corporal desciende naturalmente durante la noche, lo que ayuda a iniciar el sueño y mantenerlo. Si en la habitación en la que se duerme hace demasiado calor, este hecho puede interferir en este descenso de la temperatura corporal, interrumpir el descanso y provocar que nos despertamos. La investigación del doctor Amir Baniassadi, científico del Instituto para la Investigación del Envejecimiento y de la Escuela de Medicina de Harvard, se centra en la calidad del sueño y la temperatura ambiente en personas adultas mayores, y los resultados revelan que la calidad del sueño es mejor cuando la temperatura de su habitación está entre los 20 y 23,3 grados.

Los autores del estudio observaron un descenso del 5%-10% en la eficiencia del sueño a medida que la temperatura nocturna aumentaba por encima de los 25 grados. Sin embargo, Baniassadi encontró una gran diferencia entre las personas estudiadas, lo que significa que cada uno puede tener su propio rango de temperatura óptima para dormir, que puede cambiar incluso con el tiempo.

Así pues, antes de desterrar el edredón de la habitación, debería comprobarse la temperatura ambiente y seguir unos pasos intermedios antes de guardarlo del todo. Para empezar, los fabricantes recomiendan rebajar la pluma del edredón. Es decir, si tienes una doble pluma, quizás lo puedes cambiar por uno más delgado de entretiempo y sustituir las sábanas más gruesas por otras de algodón, seda o bambú. También es aconsejable cambiarse primero el pijama por uno más ligero y transpirable y quitarse los calcetines a la hora de acostarse, y sustituir la franela o los tejidos más calurosos por otros más frescos como el algodón o el lino.

Lavarlo correctamente

Cuando finalmente decidimos que es hora de sacar el edredón de la cama, los expertos recomiendan guardarlo limpio y seco en el armario. La Fundación Nacional del Sueño aconseja limpiarlo una vez cada dos o tres meses. "Se debe limpiar en función de lo que diga la etiqueta. Puede que el edredón de plumas no lo podamos limpiar en casa y tengamos que llevarlo a la tintorería, y que el sintético sí que lo podamos lavar en casa .Nos debemos asegurar que nos quepa bien en la lavadora. Antes de lavarlo, primero habría que revisarlo bien y asegurarnos de que no tiene ningún descosido por donde podría salir el relleno o hilos que podrían engancharse al tambor. Después comprobar la etiqueta y asegurarnos de elegir bien el programa y la temperatura según las instrucciones del fabricante. En caso de duda, la mejor opción es elegir un programa de lavado con agua fría para evitar riesgos. Los nórdicos de algodón y plumas son muy sensibles, y es importante no utilizar lejía ni jabones agresivos y asegurarnos de enjuagarlos y secarlos correctamente antes de guardarlos, ya que pueden endurecerse, desprender malas olores e incluso producir hongos. "A la hora de guardarlo hay que escoger un sitio que no tenga mucha humedad, en una caja que transpire, que no sea de plástico, y que no esté apretado. La manera óptima de ordenar el nórdico o el edredón es tenerlo cada uno en su armario. Si lo tenemos debajo de la cama, debemos ir ventilado de vez en cuando para que no coja humedad", añade la experta.

Como norma general se recomienda cambiar el edredón cada diez años. Sin embargo, depende del uso que le hayamos dado, ya que no es lo mismo utilizarlo cada día que sólo de vez en cuando en la habitación de invitados o en una segunda residencia. En estos casos, pueden durar hasta quince años.

¿Nórdico o edredón? No son lo mismo

Existen tres estrategias básicas para aportar calor a una cama: añadir un edredón o un nórdico o utilizar una colcha, que se puede combinar con una manta. El edredón lleva años ganando popularidad, ya menudo se confunde con el nórdico, que es de origen escandinavo y consta de dos partes: la interior (el relleno) y el exterior, más conocida como funda nórdica. En cambio, el edredón es una prenda cerrada por los cuatro lados y con un relleno en el interior que nos protege del frío. De hecho, para que este relleno no se disperse de forma irregular, esta pieza suele llevar unos repuntes, en forma de cuadrícula con diferentes estampados.

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