La L9 abrirá un nuevo tramo con cuatro paradas a finales del 2027, antes de que acabe toda la obra

BarcelonaLas esperadas obras de la L9 del metro de Barcelona avanzan poco a poco desde que el Gobierno las reanudó, hace ya dos años y medio. Después de una década parada, en este tiempo la tuneladora que habita desde hace años en el subsuelo de la capital catalana ha perforado un nuevo tramo y el pasado verano ya llegó a Mandri, donde quedó de nuevo parada. Aunque la obra no está –ni mucho menos–. terminada, el Govern quiere inaugurar otro tramo nuevo de la línea antes de que finalicen todas las actuaciones y, así, alargar poco a poco el recorrido en servicio de esta obra ya histórica. Según el calendario actual, será a finales del 2027 o principios del 2028 cuando se abrirán cuatro nuevas paradas, de las cuales tres son de nueva construcción, antes de que la obra entera esté terminada. las estaciones de Sagrera-TAV, la Sagrera, la Plaza de Maragall y el Guinardó-Hospital de Sant Pau. acabe por completo, un hito que se espera que pase en el 2030. De hecho, bajo tierra, el túnel que cubre esta parte ya está completamente terminado y los trabajos en las estaciones prácticamente terminados; sólo falta colocar algunas separaciones entre vías. tramo a los ciudadanos. En octubre, el presidente de TMB, Xavier Flores, ya argumentó, en una entrevista en el ARA, que "todo lo que se pueda poner en servicio será positivo", si bien se limitó a decir que correspondía a la Generalitat la decisión de avanzar las obras. puedes estrenarlo antes y no esperar a que sea una inauguración conjunta de toda la línea. Los vecinos lo agradecerán", remarcó Flores, quien también asegura que así. Guinardó y Maragall también quedarán conectados con "dos intercambiadores muy potentes", como son los de la Sagrera.

Colocar la L9 en su trazado definitivo

En este sentido, la inauguración del trayecto entre la Sagrera y el Guinardó también supondrá otro gran hito constructivo en el macroproyecto de la L9. Estos trabajos implican realizar un cambio de configuración en los trayectos actuales —que coinciden en la Sagrera con los de la L4— y situarán la línea 9 en el que será su trazado definitivo.

Ahora mismo las líneas 9 y 10 del metro llegan a Sagrera Meridiana por un túnel que en realidad no les corresponde, explican fuentes cercanas al proyecto, sino que lo hacen por el túnel que –en un futuro– debe servir para conectar la L4 con la Sagrera, desde La Pau, otra obra del metro muy esperada que se reactivó el pasado mes, con la adjudicación de redacción del proyecto constructivo.

Por eso, la prolongación de la L9 hasta Guinardó servirá no sólo para reubicar la L9 sobre las vías que le corresponden, sino que también liberará el espacio necesario para seguir avanzando con la L4.

La tuneladora volverá a perforar el próximo verano

Paralelamente, esta misma semana fuentes de la Generalitat han confirmado al ARA que la tuneladora, que de momento se mantiene parada, volverá a agujerear el próximo verano. La previsión es que culmine todo el túnel, llegando hasta Lesseps, en un período de un año. Esta gran máquina perforadora quedó detenida en verano, después, de llegar a Mandri, por el desgaste que había sufrido la rueda de corte, la gran parte delantera que va desmenuzando el terreno bajo tierra para crear el túnel.

Ahora hace falta un repuesto que no llegará hasta el próximo verano y que costará otros 12 millones de euros, subiendo el presupuesto de esta parte de las obras hasta los 926 millones. En total, los años de retraso y las diversas incidencias han hecho que el sobrecoste de esta línea supere los 5.000 millones de euros, según informe de la Sindicatura de Cuentas.

Una vez terminada, eso sí, la Línea 9 de Barcelona será la más larga de Europa y hará incrementar hasta 86 millones de viajeros al año la red de transporte público metropolitano. Además, esta línea de metro debería servir también para descongestionar la L1 y la L5, que ahora se encuentran casi al máximo de su capacidad.