Series para llenar los armarios de ropa

'Sex education', 'Solo asesinatos en el edificio' o 'Succession' se han convertido en referentes estilísticos

Barcelona“Ojalá haber tenido una serie como Sex education cuando tenía 16 años”. Este es un comentario recurrente entre los seguidores de esta serie de Netflix que muestra con humor y positividad el descubrimiento de la sexualidad por parte de un grupo de adolescentes, unos chicos y chicas que en la tercera temporada, estrenada el 17 de septiembre, descubren que la ropa que visten también puede ser una herramienta para reafirmar sus personalidades. Sex education se ambienta en un lugar indeterminado y en unos años indeterminados, y esto también se refleja en un vestuario con un toque nostálgico, una mezcla de colores y piezas vintage y contemporáneas que ha desatado la locura entre los fans de la serie. Rosa Dias, responsable de vestuario, reconoce al ARA que recibe muchísimas consultas por parte de seguidores de la serie interesados en saber dónde pueden comprar las piezas que más les gustan. 

“Recibo e-mails constantemente preguntándome donde se puede comprar la chaqueta de Otis [el protagonista], y siempre pienso «Mierda, tendría que haber hecho unas cuántas y ahora sería rica». Desgraciadamente, es una chaqueta original de los años 70, sé que hay gente que la ha copiado, pero no es la misma”, explica Dias sobre uno de los elementos del vestuario de la serie que más expectación despiertan. Entre risas explica que en alguna ocasión ha comprado algunas de las copias para vestir a los dobles del actor Asa Butterfield, que interpreta a Otis, pero asegura que la calidad no es la misma. “Hay más originales, porque se fabricaban en los años 70, pero la dificultad es encontrarlas”, reconoce. 

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La chaqueta de Otis no es la única prenda de ropa que desean los seguidores de la serie. Dias explica que durante la primera temporada muchísimas espectadoras le escribían preguntando por la ropa que lleva Jean (Gillian Anderson), casi toda vintage , mientras que, a raíz de la tercera temporada, el personaje que ha generado más consultas ha sido el de Ruby (Mimi Keene) y el espectacular vestido de colores que lleva cuando va a la bolera con Otis. En este caso, copiar el look es relativamente fácil: el vestido Singapure es una creación de una diseñadora española, Celia B, que justo esta semana ha anunciado que ha reeditado el vestido, que era de una colección anterior. El precio, sin embargo, no es para todos los bolsillos: cuesta 425 dólares.

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Ropa que nos define 

El vestido de Ruby o la chaqueta bomber con la que todos los espectadores identifican a Otis son un buen ejemplo de cómo el vestuario puede servir para construir a un personaje o definir una personalidad. De hecho, en la tercera temporada la ropa tiene un papel central: Otis cambia su forma de vestir por exigencias de su novia, y la nueva directora del instituto Moordale, Hope, decide que la única manera de enderezar a estudiantes y que se dejen de sentir especiales es obligándoles a llevar uniforme. “La ropa dice todo tipo de cosas sobre nosotros, incluso si no tenemos un estilo determinado o creemos que no lo tenemos. Las prendas de ropa hablan muchísimo sobre nosotros y en esta serie en concreto me he preocupado mucho para que fuera así, porque quieres que la ropa esté muy conectada a los personajes”, reflexiona Dias. La diseñadora de vestuario asegura que muy a menudo las espectadoras le dicen que les gusta mucho Maeve, una adolescente que acostumbra a vestir minifalda negra y un maquillaje oscuro. “Representa una fase muy típica de la adolescencia, aquella en la que te vistes siempre de negro, yo también pasé por ella. Al final se trata de que conecten con la gente y que sirva para que los espectadores entiendan a la primera la personalidad de los personajes”. 

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El look de Maeve es uno de los accesibles de la serie; hay otros, sin embargo, mucho más difíciles de llevar a la práctica, como el de Lily, la estudiante que escribe relatos eróticos y está obsesionada con el espacio y los extraterrestres. “Es mi personaje preferido, no es el típico personaje femenino y esto hace que sea muy divertido pensar en su vestuario. He podido jugar mucho”, asegura Dias, que confiesa que siempre que entra en una tienda vintage encuentra alguna pieza para Lily. 

Otra diseñadora de vestuario que tiene la bandeja de entrada de su mail llena de consultas es Dana Covarrubias, responsable de la ropa de la comedia Solo asesinatos en el edificio, uno de los éxitos de la temporada. El armario del personaje de Mabel, interpretado por Selena Gomez, se ha convertido en una obsesión para muchas espectadoras, que comparten en las redes sus imitaciones. 

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Una de las piezas más deseadas es la chaqueta de piel falsa de color naranja que lleva el personaje en el primer capítulo (y de la que se hace broma en la serie). “El concepto que utilicé con este personaje es que básicamente ella utiliza la ropa como una armadura. Lleva colores ardientes del mismo modo que lo podría hacer un animal: «Cuidado. Peligro. Déjame sola. Marcha atrás»”, explicaba en la revista Elle Covarrubias, que también ha trabajado en series como Master of none. Hay más significados ocultos en la elección del color naranja de la chaqueta: se parece al de los tagetes, unas flores muy vinculadas a la cultura mexicana —Selena Gomez es de familia mexicana y su personaje también— y al luto. “Era perfecto para el personaje, porque esconde muchas cosas del pasado y, además, es una artista”, dice Covarrubias, que decidió que los grandes abrigos y las botas fueran el signo de identidad de Mabel. La chaqueta que lleva Selena Gomez en el primer episodio es una pieza de Michael Kors, así que vale más buscar alternativas más baratas si se quiere conseguir el look de Mabel.

La elegancia de los millonarios

Si los armarios de Sex education y Solo asesinatos en el edificio están marcados por los colores ardientes, el de Succession es todo el contrario, porque cuando alguien es tan rico como lo son los miembros de la familia Roy no hay que vestirse de colores para destacar. Vestidos de chaqueta y pantalón oscuros, jerséis de cuello alto sobrios y camisas de seda son el uniforme que lucen los soldados de la guerra civil familiar que explica el drama de HBO, que acaba de estrenar su tercera temporada. El armario aparentemente anodino de Succession se ha convertido en un referente de moda y una obsesión para los medios norteamericanos: la revista New Yorker le ha dedicado diferentes artículos —uno específicamente centrado en cómo visten los personajes cuando están en su yate— y Vulture hizo un ranking con los mejores jerséis de la serie. 

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El personaje que mejor representa hasta qué punto una prenda de ropa o un peinado puede servir para empoderarse es el de Shiv (Sarah Snook), la hija del magnate Logan Roy, que pasa de trabajar como asesora de comunicación de políticos a competir con sus hermanos por el cargo de CEO de la empresa familiar. Durante la primera temporada, Michelle Matland, diseñadora de vestuario de Succession, creó para Shiv un look delicado, e incluso casero, con tonos pastel, una suavidad que estaba reforzada por una melena ondulada, que desaparece después de su luna de miel, cuando pasa a llevar una media melena recta. A partir de la segunda temporada, Shiv tiene una nueva armadura: Matland le confeccionó un armario inspirado en Marlene Dietrich y otras mujeres de los años 30 que afirmaban sus personalidades con pantalones de cintura alta y colores neutros, y optó por conjuntos de marcas como Row, Max Mara, Stella McCartney o Armani. “Es ropa de inspiración masculina en la tradición del Hollywood clásico, pero con un toque femenino”, explica la diseñadora. 

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El fervor por imitar el vestuario de Shiv, que puede resultar insulso al lado del de Mabel de Solo asesinatos en el edificio, nos recuerda que las tendencias no solo se generan en las pasarelas sino que muchas veces entran por la pequeña pantalla.

‘El juego del calamar’, el disfraz preferido

Más allá de los datos de audiencia –poco fiables en las plataformas de streaming–, un buen termómetro para calibrar el éxito de una serie es el interés que despiertan elementos como el vestuario. El juego del calamar, la serie surcoreana de Netflix de la que todo el mundo habla, tiene una estética muy golosa: monos rojos (como en otro hit de la plataforma, La casa de papel) para los vigilantes y chándales de color verde con un punto retro –bastante parecidos a los modelos de Adidas clásicos– y zapatillas Vans blancas para los jugadores. Un vestuario sencillo, pero efectivo y, sobre todo, muy reconocible. Precisamente vestirse de El juego del calamar se está convirtiendo en una de las opciones preferidas en Estados Unidos para este Halloween. Según CNN, las búsquedas en internet para encontrar ropa para recrear el vestuario de los personajes de la serie se han disparado.

Tanto las máscaras de los vigilantes como los chándales de los jugadores se pueden encontrar fácilmente en webs como Amazon o eBay. Además, otras muchas páginas web dan consejos sobre dónde comprar las prendas de ropa o cómo confeccionar el mejor disfraz de forma casera. En redes sociales como TikTok se acumulan vídeos de gente disfrazada o de influencers que explican cómo reproducir el estilo fácilmente. 

No es la primera vez que una serie de Netflix consigue ser una de las preferidas para Halloween. Cuando se estrenó Stranger things fueron muchas las personas que optaron por disfrazarse de Eleven, una opción relativamente fácil, puesto que solo hacía falta una camisa de dormir, unos calcetines altos, unas zapatillas y una chaqueta azul. 

Más allá de Halloween

El furor por los chándales de El juego del calamar, sin embargo, no solo se circunscribe a la celebración de Halloween. La página de moda Lyst asegura que, desde que se estrenó la serie, las búsquedas de chándales se han duplicado. También ha crecido el interés por las Vans blancas, que, según Lyst, ha generado un 145% más búsquedas de lo habitual. Además, según Variety, que recoge datos de la tienda de zapatillas Sole Supplier, las ventas de Vans blancas han experimentado un aumento del 7.800% desde que se estrenó la serie. 

Una de las ventajas de copiar el estilo de El juego del calamar es que entronca con una de las tendencias de moda del momento, el athleisure, un estilo que el diccionario Merriam-Webster define como el uso de ropa informal diseñada tanto para hacer ejercicio como para el día a día y que surgió en la década de los 90, cuando el yoga se puso de moda en Estados Unidos y muchas mujeres lucían sus mallas también por la calle. El chándal de El juego del calamar nos invita a no olvidarnos de la comodidad de la ropa de estar por casa que descubrimos durante el confinamiento.

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