"Mi marido me expuso en un grupo de 'voyeurs' repugnantes"

BarcelonaDurante seis años, Mia Moglie (mi esposa, en italiano) fue un grupo público de Facebook en el que hombres publicaban fotografías de sus parejas, sin que hubieran dado el consentimiento, en el que aparecían durmiendo o en la playa. Pese a que desde hace tiempo la compañía Meta, propietaria de la red social, había recibido quejas por permitir publicaciones que violaban el derecho a la intimidad, no ha sido hasta que la feminista Carolina Capria y la entidad No Justice, No Pace lo denunciaron a través de Instagram que se cerró la página. Hasta 32.000 hombres habían compartido imágenes, algunas acompañadas con comentarios sexualizantes o denigrantes y retocadas con inteligencia artificial.

El caso es un nuevo episodio de violencia sexual digital contra las mujeres y ha supuesto una estrujada para las conciencias de la sociedad italiana que ahora se pregunta si los agresores ya han buscado una nueva plataforma para continuar con la actividad delictiva contra mujeres que confían en ellos. La policía busca ahora a los hombres que desde el 2016 alimentaban la página con fotografías y participaban en los debates con comentarios en los que expresaban fantasías sexuales violentas con las mujeres de las imágenes. De momento, no hay ningún detenido y las autoridades animan a las mujeres a contactar con la policía si se reconocen en el catálogo de fotografías. De momento, existen más de 2.800 denuncias.

Las fotografías que elegían estos predadores sexuales eran las de sus propias parejas distraídas, durmiendo o descansando despreocupadas en su intimidad. Todas llevaban poca ropa o vestían ropa interior. "Ella duerme y yo miro. ¿Qué le harías a mi mujer? ¿Qué le haría si la encontrara así?", dejaba escrito uno de los participantes sobre su pareja.

El diario italiano Corriere della Sera recoge el testimonio de una de estas mujeres: "Fue como si todo lo que me rodeaba se hubiera hundido. El Participante Anónimo 127, es decir, mi marido, me había expuesto online en ese grupo de voyeurs que hacían comentarios repugnantes. ¡E incluso respondió! No me lo podía creer", relata. La mujer echó al marido de casa y, haciendo suyo el lema de la francesa Gisèle Pelicot que la vergüenza debe cambiar de bando, lo denunció. "Me sentí traicionada", remacha la víctima.

De hecho, entre el grupo Mia Moglie y Pelicot hay ciertos paralelismos por la normalización por parte de muchos hombres de la violencia contra las mujeres y el rechazo a asumir el derecho a decidir a exponerse públicamente por un afán sexual de terceros. En definitiva, los perpetradores de este tipo de violencia tratan a las víctimas como objetos.