La familia real noruega, de la discreción nórdica al escándalo permanente

BarcelonaLa familia real Noruega ha pasado en poco tiempo de ser tan discreta que la mayoría de europeos no sabían ni el nombre de sus miembros a convertirse, de repente, en material habitual de la prensa rosa. Por arte de magia, parece que de aquella frialdad y rectitud nórdica que siempre les había caracterizado ya no queda nada. Como si alguien hubiera quitado de repente la capa nieve que los cubría para destapar los rayos y truenos que hasta ahora gestionaban de puertas hacia adentro. Yo tengo la teoría de que todo les ha empezado a ir mal desde que recibieron de malos modos su nuevo miembro, el chamán Durek Verret, que se ha casado con Marta Lluïsa, hija de los reyes Harald y Sonia. ¿Quién pensaba que les saldría gratis hacer mala cara a un "chamán de sexta generación" que ha nacido "dentro de los linajes del vudú haitiano y la medicina indígena noruega"?

Pero más allá de si ha sido un maleficio del chamán lo que ha hecho que se les tuerza todo o si ha sido sólo una cuestión de mala suerte, ahora lo que cuenta son los titulares que están dando. El más grave de todos es el que afecta a Marius Borg, el hijo que la princesa Mette-Marit ya tenía antes de casarse con el príncipe heredero, Haakon. Según el testimonio de cuatro mujeres que fueron parejas en diferentes momentos, Marius las habría agredido físicamente. Este escándalo ha ido acompañado, además, de señalamientos de posibles consumos de sustancias ilegales por parte del joven, que pese a no ser legalmente miembro de la familia real se ha criado en palacio con sus dos hermanos, Íngrid Alexandra y Sverre Magnus, que sí lo son.

Maniobras de ocultación

Por si estas informaciones no habían sido suficientemente polémicas, el problema se multiplicó cuando se publicó que Mette-Marit habría maniobrado a través de su posición de poder para evitar males mayores por el inapropiado comportamiento de su hijo. De hecho, esta misma semana se supo que desde que Marius confesó las agresiones tiempo y pidió disculpas públicamente, habría sido detenido cuatro veces más, algo que alguien se habría encargado de tapar, ya que no ha trascendido hasta ahora. Concretamente, las detenciones habrían sido por intentar contactar con una de las víctimas en repetidas ocasiones, aunque lo tiene prohibido judicialmente.

Además, también se ha sabido que en una ocasión en la que fue detenido llevaba encima un móvil roto y sin tarjeta, lo que indica que alguien le habría avisado de la inminente detención y se habría dedicado a eliminar posibles pruebas. Por último, también se ha publicado que algunas de sus problemáticas amistades entraban y salían del palacio real como si fuera su casa y que alguno de estos amigos se habría llevado objetos muy valiosos. De hecho, la prensa del país dice también que Marius escondía a la "residencia de su madre" –aka palacio real– droga. Por todo ello, actualmente, Haakon, el padastro de Marius Borg y futuro rey noruego, habría prohibido que el joven, de 27 años, entre en palacio.

Mientras todavía resonaban las supuestas actuaciones de Mette-Marit para obstruir que Marius Borg fuera tratado por las autoridades como un ciudadano noruego más, se ha sabido que la futura reina consorte y su marido también habrían alterado los planes formativos de su hija Íngrid –la heredera– para apartarla de su conflictivo hermano, lo que apunta a que el problema está lejos de solucionarse. Íngrid, de 20 años, se encontraba inmersa en un stage de 12 meses con el batallón Skjold en el norte del país escandinavo y su graduación se preveía para abril de 2025. Sin embargo, su estancia en las puertas del polo norte se ha prolongado tres meses más de repente. Los medios más cercanos a las fuentes oficiales han publicado que esto no es un plan para salvar Íngrid de su hermano, sino que es sólo una decisión de su instructor militar, que vela por su formación, imprescindible para el cargo de reina que hipotéticamente tendrá que ostentar algún día. Otros medios, como por ejemplo Se og Hør, han dicho que esta decisión ha sido tomada por el palacio porque sus padres están "profundamente preocupados por la influencia de Marius Borg sobre su hermana pequeña".

El parlamento también quiere 'salvar' a la heredera

De hecho, la preocupación por el impacto que las acciones de Marius Borg puedan tener en la imagen de la heredera han propiciado incluso movimientos políticos. Para ahuyentar del imaginario colectivo que Ingrid no es digna del cargo en cuestión porque puede tener conductas similares a las de su hermano, el parlamento noruego le ha hecho una gran muestra de confianza. Seis formaciones de la cámara han propuesto cambiar el artículo de la Constitución que, cuando el rey está enfermo o en el extranjero, sólo permite hacer de regente al heredero directo al trono. La redacción de este artículo permitiría que ella fuera regente si el heredero directo tampoco estuviera disponible. Es decir, si su abuelo se pusiera enfermo y su padre estuviera de viaje oficial al extranjero, ella podría asumir el cargo de regente de forma momentánea.

A nadie se le escapa que este reajuste legal de sus funciones obedece más a una operación de imagen que a una necesidad política imperiosa, porque el rey Harald y su heredero Haakon han pasado años y cerraduras sin problemas con este artículo tal y como estaba. Sobre todo, porque si ninguno de los dos pudiera ostentar momentáneamente la jefatura del estado, sería el gobierno quien transitoriamente podría hacerlo. Sin embargo, también hay otra lectura de este movimiento que quizás no deja en muy buen lugar las relaciones internas entre los miembros de la familia real, ya que también puede entenderse que el rey Harald V, con 87 años, no tiene pensado abdicar, por mucho que lleve años arrastrando problemas de salud. Es decir, que quizás hubiera decidido –contra los intereses de su hijo– morir al trono y por ello será necesario que la heredera del heredero tenga la posibilidad de solucionar la papeleta si el desenlace del monarca se precipita mientras Haakon y Mette-Marit no están dentro del país.

Tumbas millonarias

De hecho, que el rey Harald y su esposa Sonia están pensando en el fin de sus días ha dejado buena muestra de ello que ya hayan encargado los sarcófagos en los que quieren descansar para siempre. Lo que quizás no han calculado bien los dos actuales monarcas es que con todo este lío que la familia tiene sobre la mesa, solicitar 1,8 millones de euros para pagarlos era justamente la gota que colmaría el vaso de una opinión pública que hasta ahora les había mantenido como una de las familias reales europeas mejor consideradas. Mientras un estudio de interiorismo noruego les hace un diseño a la altura de este alto precio, lo que quizás no han pensado bien los reyes salientes es que cuando mueran, en vez de encontrar el reposo eterno, tal vez se encuentren con el chamán que se ha casado con su hija Marta Lluïsa, que hace ya tiempo dijo que había "resucitado de entre los muertos". Pero vamos, que tal y como tienen el patio, el chamán que tanto les preocupó al principio ahora les parecerá el menor de sus problemas.