“Éramos un poco como la familia Von Trapp de 'Sonrisas y Lágrimas'”

La comunicadora y arquitecta Núria Moliner recuerda los veranos de su infancia en el Baix Empordà

BarcelonaEntre cuatro paredes, Animales arquitectos, Escala Humana... Núria Moliner nos ha llevado la arquitectura a la tele con una perspectiva cercana y cotidiana. Pero ella no había previsto dedicarse a la comunicación, que era una habilidad más esperable de su hermana, la actriz Anna Moliner, quien estudió comunicación audiovisual. "Me hace ilusión porque de algún modo estaba vaticinado que me acabaría dedicando a ello, aunque estudiara arquitectura", dice en referencia a la fotografía de niñez que comparte con el ARA. Ahora incluso tiene una productora, en la que pone mucha dedicación junto al equipo, con la intención de crear producciones "realmente bonitas e interesantes".

¿Por qué de tan pequeña revolvía, pues, una cámara? "Un regalo que me ha hecho mi familia es una forma de observar y codificar el mundo que no consiste sólo en diseñar y construir sino en despertarte la curiosidad por el mundo e intentar mejorarlo". Y eso lo hacían llevándola a museos, a conciertos, cogiendo una cámara o tocando un instrumento, experiencias que entonces sólo podía entender desde la intuición, pero que le han quedado dentro, afirma: "Mi padre me daba un lienzo y me decía: «Pinta»". De hecho, cuando venía gente a casa, solían cantar en familia: "Éramos un poco como la familia Von Trapp de Ssonrisas y lágrimas", dice cachonda.

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Se siente afortunada de veranear en su paisaje preferido y donde pasaba las vacaciones cuando era pequeña, en Torroella de Montgrí, en el Baix Empordà. "Recuerdo dibujar 50.000 veces las Islas Medas. Me cautivaba el paisaje", explica Moliner, que desde entonces echa de menos el mar cuando pasa tiempo sin verlo. "Para mí el mejor espacio público es el paseo marítimo, la playa, no por tomar el sol, por pasear", afirma ahora desde su vertiente de arquitecta. ¿Y cómo es la casa de veraneo de la comunicadora que nos abre la puerta a las casas de los demás? "Un apartamento minúsculo de playa, que había sido de marineros, todo blanco porque el protagonista es el mar -afirma, y continúa-: Un paraíso ampurdanés, pero a la vez un lugar sencillo, de poca tontería y pocos lujos más allá de la naturaleza, a diferencia de otros pueblos del Empordà que son muy prohibidos. Me gusta porque hay mucho. trash".

Durante los veranos en esta extensión de su casa sentía "que todo era posible": "Podíamos estar hasta las 16 h en la playa y no te habías dado cuenta, comías fruta deliciosa, subías a cenar tarde porque estabas con todos los amigos". Una anécdota familiar refleja su entusiasmo. años, le dije a mi madre: «Es el día más feliz de mi vida»".