Fede Sardà desgrana las cinco anécdotas más icónicas de Luz de Gas
Fede Sardà ha anunciado que da "un paso al lado" en la dirección de la sala de fiestas de Barcelona
BarcelonaFede Sardà ya sabe cómo empezará el 2025: jubilado. Tras 30 años al frente de una de las salas más reconocidas de Barcelona, Luz de Gas, el empresario ha decidido dar un paso al lado y dejar el legado y el futuro la sala del número 246 de la calle Muntaner en cinco personas: su hijo, su socio y otros tres trabajadores que se incorporan al equipo directivo. ha anunciado este lunes en el programa Todo se mueve de TV3, con Helena Garcia Melero, con quien ha recordado la historia de la discoteca que con su nombre homenajea a la historia del cine.
Pese al anuncio hecho en la televisión pública de Catalunya, la gente de la ciudad y él mismo son reacios a la hora de aceptar que esta decisión sea un adiós definitivo. "Será un paso al lado", afirma Sardà, a quien a sus 74 años le cuesta todavía verse retirado. Con conversación con el ARA, Sardà recuerda diferentes momentos vividos entre las paredes de Luz de Gas que se mantendrán en su memoria y en la historia de Barcelona.
Después de un concierto interminable de los Rolling Stones en Barcelona, con saltos y energía desbordando en el escenario, esa misma noche los integrantes de la banda británica se dirigieron al aeropuerto para continuar la gira. Pero la despedida de la ciudad. catalana se vio frustrado, como mínimo para Jagger: el avión que les llevaba a la siguiente ciudad se había estropeado. avión, pero el cantante decidió quedarse en Barcelona e ir directo a Luz de Gas
"Yo estaba en el barco anclado en el puerto donde servíamos cenas, y me llamaron para avisarme de que había llegado Mick Jagger. Sólo les dije a mis compañeros: «Tratadlo igual de bien que a cualquier otro cliente»", explica Sardà en conversación con el ARA. El propietario siguió trabajando en el local y no tuvo opción de verlo: "¿Qué tenía que hacer? ¿Subir para pedirle una foto? Debe estar hasta lo alto que le pidan". barmanes de Luz de Gas le aseguraron que tanto él como algunos miembros de su equipo tan sólo pidieron aguas y alguna Coca-Cola "¿Te lo puedes creer?", ríe incrédulo. Cuando Jagger tuvo el avión arreglado, salió del local para regresar al aeropuerto y seguir con la gira.
Pero puestos a elegir, Sardà lo tiene claro: "La anécdota más bonita fue con Jan Laporta". La fotografía que se convirtió en la viva imagen del barcelonismo de las seis copas, con el presidente del club puro en mano, bañado en cava y chalando con una sonrisa de oreja a oreja, salió de Luz de Gas. "Quiero aclarar que no fue él quien echó el champán Mumm, fue Fermín", explica Sardà, que confiesa que Laporta es uno de sus grandes amigos y "un cliente habitual".
"Yo siempre vigilo que no entre ningún fotógrafo y que mis clientes puedan estar tranquilos. Sé que esa noche no dejé entrar ninguna, estoy seguro de que la fotografía la hizo alguien que estaba invitado", relata el fundador de una de las salas de noche más ilustres de la ciudad. Esa fue la noche en que el Barça ganó por 1-0 al Real Madrid con un gol de Zlatan Ibrahimović.
"La gente venía a Luz de Gas como si fuera a Lurdes. Me preguntaban qué se pedía Laporta. «Pues yo quiero lo mismo»", relata Sardà sobre los clientes que venían de todas partes motivados para visitar la sala que también se había convertido en icono del barcelonismo. El empresario también recuerda la frase de Xavi Hernández en el 2010: "Presi, nos vemos en el Luz de Gas", dijo ante las cámaras quien entonces era centrocampista. "Para un publicista, esto no tiene precio", relata emocionado Sardà.
Jennifer Aniston también pasó por la sala barcelonesa. A diferencia de Jagger, ese día Sardà sí estaba, y no sólo compartió unas palabras con la actriz de Friends "con un castellano admirable", sino que también tuvo tiempo de mostrarle una de las habilidades más destacadas que posee. "Al principio no la conocí, pero cuando supe que era ella pensé: «Tengo que hacerle el truco de la cartera»", explica el barcelonés, apasionado de la magia y que afición por incendiar su cartera de piel , provocando un gran susto a aquellos que tiene cerca. "De hacerle el truco sí me acordé, pero de hacerme una fotografía con ella no", se lamenta entre risas.
En los noventa también pasó por la sala Kevin Coster. No sólo sucedió, sino que repitió. El actor de Hollywood, en su tiempo libre, es también músico, y toca con el grupo Modern West. "Le llevaron los suyos seguratas, pero cuando vio música en vivo, el tío quiso volver al día siguiente". Una vez más, Sardà prefirió mantener un perfil bajo y dejó que disfrutase de la música en directo. "Yo no soy fetichista con los famosos, prefiero que se sientan como en casa", asegura.
"Había revistas que decían que Urdangarin y la infanta Cristina también venían. Yo siempre digo que no es verdad", confiesa riendo, sabiendo que la clave de una sala selecta –que también es conocida por los más de 2.500 conciertos benéficos que ha acogido – es su discreción. Pese a que Sardà ha preferido no contar ninguna anécdota de la hija del emérito y de quien fue su marido, "porque no hay nada que contar", sí se sabe que a la pareja real le gustaba mucho la música que pincha Sardà. Tanto es así que por el 49 aniversario de Iñaki Urdangarin invitó a Fede Sardà para que pinchara en su fiesta, donde también estaban invitados los actuales reyes.