¿Qué es el síndrome de Cushing, la enfermedad que padece la actriz y comediante Amy Schumer?
Tras numerosos comentarios misóginos, la directora y actriz ha anunciado que está afectada por este trastorno
BarcelonaEstar frente a la pantalla supone estar bajo el escrutinio constante de los espectadores, y si la misoginia todavía impera en la mirada del público y los medios, las preguntas serán del todo impertinentes. Esta es la situación con la que Amy Schumer, de 42 años, ha tenido que convivir durante dos décadas. La actriz, guionista y productora estadounidense lleva años soportando comentarios y ataques sobre su aspecto físico en entrevistas y en las redes sociales. Las constantes vejaciones de los últimos meses han hecho que Schumer haya decidido anunciar que sufre el síndrome de Cushing, consecuencia del tratamiento por la endometriosis.
"Sí, tiene razón, últimamente estoy más hinchada de lo normal. Sufro endometriosis, una enfermedad autoinmune sobre la que todas las mujeres deberían leer. Hay ciertas cuestiones médicas y hormonales que están pasando a mi alrededor, pero estoy bien", dijo sin cortarse un pelo en el boletín News not noise de la periodista Jessica Yellin –antigua corresponsal de la CNN en la Casa Blanca–. El síndrome que sufre, llamado Cushing o hipercortisolismo, consiste en el exceso de cortisol en el cuerpo. Es un trastorno hormonal causado por las inyecciones de esteroides de forma continua y con altas dosis, una medicación bajo prescripción médica usada para paliar algunas afecciones. En su caso, el tratamiento se enfoca en paliar la endometriosis, una enfermedad que lleva tiempo sufriendo y que no tenía la intención de compartir con el público.
La noticia ha llegado después de realizar numerosas apariciones públicas para presentar la nueva serie Life&Beth, producida por Hulu y disponible en Disney+ en España, que ha escrito, dirigido y protagonizado. La temporada de promoción de la nueva producción la ha hecho pasar por platós icónicos como el del programa Good morning America y a sentarse junto a entrevistadores como Jimmy Kimmel, Andy Cohen y Kelly Clarkson. Las numerosas apariciones públicas han hecho que muchos espectadores la atacaran con comentarios despectivos sobre su apariencia, especialmente por el aumento de peso y por tener la cara más rojiza e hinchada, síntomas habituales en el síndrome de Cushing.
"Muchas gracias a todos por vuestras opiniones sobre mi cara. He aguantado vuestros comentarios y vuestra deliberación sobre mi apariencia, como todas las mujeres, durante casi 20 años", decía Amy. "También creo que las mujeres no necesitan excusarse por su apariencia física y que no deben dar explicaciones. Pero quería aprovechar la oportunidad para abogar por el amor propio y la aceptación de la piel de cada uno. Como cualquier otra mujer o persona, hay días en los que me siento con confianza y estupenda, y otros en los que quiero ponerme una bolsa en la cabeza, pero me siento fuerte, bonita y muy orgullosa de la serie que he creado, escrito, protagonizado y dirigido. Quizás, solo quizás, podríamos centrarnos un segundo en esto", escribía en el boletín online.
La periodista Jessica Yellin, que es amiga de hace años de la actriz, ha apoyado las palabras de Schumer: "La persecución ha sido cruel, gratuita y misógina. Nadie debería defenderse por vivir en un cuerpo que a otro no le encaja por sus gustos estéticos". De hecho, fue la propia Yellin quien se puso en contacto con la actriz para darle la opción de hablar sobre lo que estaba viviendo paralelamente a las presentaciones de su nuevo trabajo. La creadora de Life&Beth también ha aprovechado el espacio de News not noise para relatar el proceso de producción y grabación de la serie. "Mientras grababa la serie para Hulu, también me pasaba cuatro horas seguidas de resonancia magnética, con las venas obstruidas por la cantidad de sangre que me sacaban y pensando que quizás no llegaría a ver crecer a mi hijo", confesaba la actriz. A estas alturas el pronóstico de Schumer es bastante esperanzador, después de saber que el tipo de Cushing que sufre tiene cura. "El tipo de Cushing que padezco es el que de alguna manera se soluciona solo; por tanto, estoy sana, y esta es la mejor noticia que he podido recibir", ha asegurado.