Mar Camps: "La cultura que se hace en los pueblos es tremendamente más interesante que la que se hace en la ciudad"
Periodista y profesora. Publica su primera novela: 'Sin manos por el camino hondo' (Editorial Gavarres)
GeronaDurante diez años, la periodista y profesora Mar Camps (Palamós, 1991) estuvo diciendo que nunca volvería al pueblo. "Celrà era un sitio que me había sido dado, no había construido nada –reflexiona–. No me imaginaba a Celrà como mi sitio". Sin encontrar dónde arraigar, huyó a Calabria, en la punta de Italia, "una tierra de paso, de gente que emigra, de gente que llega con patera, de gente que no acaba de encajar en ninguna parte". Esa experiencia, escrita a fuego lento durante casi cinco años en forma de dietario, se ha convertido en su primera novela: Sin manos por el camino hondo. Una autoficción donde la protagonista, Julia, también roza la treintena y "envidia a las personas que no dudan, que tienen claro dónde quieren llegar, que han encontrado su lecho".
La novela, publicada en la Editorial Gavarres –donde Camps se ha convertido en la primera escritora de la colección Narrativas–, es un canto generacional al "derecho a poder sentirse perdida", pero también un homenaje a un territorio, el Empordà del Gironès, y su lengua. Como nieta de una emigrante andaluza que creció en Bordils y de un abuelo materno de Campdorà, las primeras páginas del libro me emocionaron muchísimo. Oía hablar a los abuelos –dice sentía porque es un libro con grandes fragmentos poéticos, pensados para leer en voz alta–, pero también me veía a mí misma acicalada, durante el tiempo de las mimosas, cuando murió el abuelo, acompañando a mamá y tía gofoyas aliglesia de Campdorà porque decían misa por los abuelos.
El viaje que ha emprendido Camps con la novela tiene como punto de llegada un paisaje y una gente que necesitaban ser narrados. Tal como Àngel Madrià y su hermano iniciaron hace un cuarto de siglo con la revista Gabarras un proyecto único para no olvidar sus raíces. La novela de Camps es un manifiesto íntimo a transformarlas. Y también a demostrar con los hechos que hoy en día "la cultura que se hace en los pueblos es tremendamente más interesante que la de la ciudad".
Can Camps
Sin manos por el camino hondo es también el retrato de la vida en las masías. "Vengo de una familia que tiene una masía que ha ido pasando de generación en generación a los herederos desde hace 700 años y todavía conserva mi apellido", explica la autora. En la novela es Can Fortuny, al igual que el Celrà literario de Camps se convierte en Valltorta, Bordils en Riart y Juià en Salermo. Sin embargo, los detalles son los mismos. Como el camino hondo por donde la novela nos anima a bajar en bici sin manos, con la misma sensación de vértigo de cuando éramos pequeños. Este retrato nostálgico de las masías choca con la vida actual en los pueblos de la llanura ampurdanesa. "Hasta los años 50 o 60 quienes tenía la suerte de tener una masía vivía de las propiedades y de los árboles de ribera, pero entonces deja de ser rentable, se venden y hoy en día son segundas residencias. Ya no existen por estar vinculados a la tierra y modular el paisaje, sino sólo por desconectar", reflexiona la periodista.
'La Llera del Ter'
Pero mientras las masías se languían y quedaban sepultadas por el polígono industrial de Celrà, nacía en los años 90 de la mano de una revista una nueva identidad para dar "autoestima" a una tierra a caballo de dos comarcas: entre el Gironès y el Empordà. EsLa Cauce del Ter, una publicación bianual que incluye ocho municipios y que Camps, de la mano de Lia Pou, pasó a dirigir en el 2016 y al que dio un nuevo impulso en el 2021 con un nuevo diseño. "Siempre me ha interesado el periodismo internacional, pero también la universalidad del ultralocal, por sus vasos comunicantes", dice Camps.
Festival De pura cepa
Llegados a este punto ya habrá entendido que el viaje de Julia la devuelve a casa, donde decide arraigar y construir su mundo. La implicación cultural de Camps amb Celrà comenzó con el relanzamiento de la revista La Cauce del Ter, que tejió desde Calabria. la creación del festival de literatura De pura cepa, de la mano de Conexión Papyrus. Desde el 26 de abril hasta el 31 de mayo seis municipios del cauce del Ter celebran ya una segunda edición, que incluye presentaciones de libros, exposiciones de pintura e itinerarios. "Nuestro territorio es potente en teatro, danza y escultura –explica Camps–. Pero nadie hablaba literariamente de nuestros pueblos". Así fue como en 2023 se empezó a pensar el proyecto, que este año ya incluye hasta 40 participantes. "La cultura que se hace en los pueblos no es solo más interesante, sino también más inventiva e imaginativa -asegura la periodista-. Pero porque los movimientos son más libres de herencias".
Can Pagans
Este fenómeno va ligado a un cambio de tendencias por la presión de la vivienda. Julia acaba decidiendo quedarse en Valltorta, pero queda para un capítulo futuro saber si se podrá independizar. Camps, al regresar de Calabria, alquila un piso en Celrà. No uno cualquiera: el ático de Can Pagans, la casa de los señores de la fábrica que impulsó la industrialización del pueblo. Pronto, sin embargo, quizá tenga que marcharse. "Se están vendiendo la casa para hacer un hotel, en principio, para ciclistas", detalla. "Nunca esperaba que mi pueblo, al que hace unos veinte años no le dábamos ningún valor, se convertiría en un lugar al que la gente ha escogido ir –añade–. Las ciudades se han transformado mucho, pero los pueblos también. Si la gente se marcha de los pueblos se rompen las dinámicas sociales de la vida que los enriquecen en un lugar donde vivir:"