América

Lo mataron en la Amazonia, pero no le silenciaron: amigos y compañeros terminan el libro del periodista Dom Philips

Phillips y el indigenista brasileño Bruno Pereira fueron asesinados cuando investigaban los conflictos en el territorio indígena del valle del Javarí

El periodista británico Dom Phillips entrevistando a los habitantes de una pequeña comunidad amazónica en 2019.
09/07/2025
5 min

Barcelona"Tan pronto como supimos que Dom estaba muerto, no tuvimos ninguna duda de que acabaríamos su libro". Jonathan Watts, corresponsal medioambiental en la Amazonia para el The Guardian, recuerda a su colega del diario y amigo Dom Phillips, asesinado hace tres años en una expedición a la selva cuando investigaba por escribir su libro How to save the Amazon. El 5 de junio del 2022, Phillips desapareció cuando viajaba con el indigenista brasileño Bruno Pereira por el río Itaguaí a través del valle del Javarín, una de las áreas indígenas más grandes de Brasil. La policía inició su búsqueda, y la campaña impulsada por la mujer, amigos y colegas del periodista añadió presión, pero no fue hasta el 12 de junio cuando consiguieron la confesión de los culpables, que llevaría a localizar a los cuerpos de los dos hombres.

Los habían matado el mismo día de su desaparición. Pero no lograron silenciarlos. Tres años después de aquellas muertes, el libro ha podido publicarse gracias al esfuerzo de sus amigos y compañeros, en un proyecto coordinado por Watts y otros cuatro periodistas con las aportaciones de unos 500 donantes, que han permitido editarlo en inglés y portugués. Phillips había dejado tres capítulos y medio escritos, y un montón de notas y entrevistas hechas. Ocho escritores, periodistas y expertos han redactado los ocho capítulos que faltaban, empezando por la periodista brasileña especialista en la Amazonia Eliane Brum, que toma la pluma donde la dejó Phillips y redacta el capítulo quinto, y cerrando con el líder indígena Beto Morubo, del valle del Javarí, autor del último capítulo. "La última palabra la tenía que tener alguien de la selva, una persona indígena", explica Jon Watts en el ARA.

La fotografía de dos cruces de madera, una con el nombre de Dom Phillips y la otra con el de Bruno Pereira, clavadas en el lugar donde les asesinaron el 5 de junio del 2022, separa las páginas escritas por el periodista y las que han completado sus compañeros. Pero la última foto del Dom es otra, una que se hizo ese mismo día a las 7 de la mañana. La hizo Bruno Pereira y se ve al periodista entrevistando a un pescador que lleva a un niño en brazos. La policía cree que fue ese hombre quien les delató, y que tras esa entrevista avisó de la presencia de los dos investigadores en la zona. "La imagen es un consuelo", escribe Watts en la introducción del libro póstumo, "porque confirma que Dom estuvo haciendo lo que más satisfacción le daba hasta los últimos minutos de su vida: Está allí, escuchando con toda la atención, capturado en el momento, intentando entender un conflicto importante y complejo, preguntando a quien lo conoce mejor". El conflicto estaba entre los pescadores que pescan ilegalmente en la zona protegida como indígena y los pueblos del valle del Javarí.

Dom Phillips en Aldeia Waikay, pueblo de la tribu yecuana en Roraima, Brasil, en el 2019.
Protesta por la desaparición del indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips en Brasil.

Y fueron esos pescadores ilegales quienes le mataron. El objetivo en realidad era Bruno Pereira, un indigenista al que odiaban por su lucha incansable en favor de los pueblos indígenas, y el asesinato de Dom simplemente quería eliminar un testigo incómodo. Un testigo que hasta hacía pocos minutos había estado intentando entender su punto de vista. "Él siempre habló con los dos bandos, el día anterior había hablado con los indígenas y ese día estaba hablando con los invasores, quería tener todas las visiones de la historia porque sabía que era un tema complicado", explica Watts. "La Amazonia es así. A veces parece que debe haber bueno y malo: el fazendeiro (terrateniente agricultor) rico y blanco contra el indígena pobre, éste es el cliché. Pero la realidad es mucho más confusa. A veces, gente que comienza en un bando pasa a otro. A veces, hay personas que quieren proteger la selva, pero quizás su tío está enfermo y necesitan dinero rápido, y entonces cortan un árbol o cambian de bando". indígena les dejó sin esa fuente de ingresos "y el gobierno no les dio ninguna compensación", explica Watts Ahora, sin embargo, esta pesca ilegal se ha aliado con el crimen organizado y la violencia. llevaban a Dom y Bruno.

"Hay dos detenidos, pero casi todo el pueblo ayudó a mover los cuerpos"

"Fue muy doloroso visitar esos lugares e imaginarme qué vivió Dom, como esa lancha hostil con gente armada los había perseguido, en una carrera que no podían ganar", relata Watts, quien visitó el valle del Javarí para escribir el capítulo 10 del libro de su amigo. Los dos asesinos –detenidos y aún a la espera de juicio– explicaron que habían disparado tres veces a Pereira y luego un disparo en el pecho a Phillips, que levantó las manos y gritó ¡no!

El indigenista Bruno Pereira, que luchaba por los derechos de los pueblos originarios, era el objetivo principal de los asesinos, que mataron también al periodista Dom Phillips por no dejar testigos.
Trasladan el cadáver de Dom Phillips una vez localizado en la selva amazónica, donde le asesinaron junto con el indigenista Bruno Pereira.

"Hay dos detenidos, pero casi todo el pueblo ayudó a mover los cuerpos. Esa noche, algunos de los aldeanos celebraban el asesinato de Bruno, me dijo la policía", relata Watts. Pero los asesinos no contaban con la gran atención mediática que levantaron los asesinatos. "Desgraciadamente, la mayoría de la atención fue porque Dom era un periodista extranjero. En la Amazonia matan a decenas de personas para defender la selva y sus pueblos, y la mayoría de los casos no se hacen públicos", admite Watts. Reconoce también que todo este eco, a pesar de haber logrado un proceso judicial, no ha logrado que la situación en el valle del Javarí mejore. El conflicto sigue enquistado. "Quizá el mensaje que ha quedado es que si matas a un periodista, otros periodistas se asegurarán de que la historia se conozca igualmente", apunta.

Watts asegura que han tratado de ser tan fieles a la idea original de Phillips como han podido. El título también era el que él había escogido, Cómo salvar a la Amazonia, pero Watts destaca el subtítulo que le puso el propio Phillips: Pregúntalo a quién sabe. Es decir, "a los indígenas, a los campesinos, a los pescadores, a todos", apunta, para hacer un libro orientado a dar salidas. "Cada capítulo es una solución", defiende, desde políticas de gobierno hasta el ecoturismo o procesos de autodefensa indígena, pasando por las finanzas internacionales. "Diría que este libro es único porque es muy completo y está escrito de forma muy accesible, como literatura de viajes", resume. Watts no esconde su deseo de traducirlo a más idiomas, "¿quizás al catalán?"

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