Elecciones en la India

Arrancan las elecciones más multitudinarias (y largas) del mundo

El primer ministro, Narendra Modi, tiene una aprobación del 78% y conseguirá su tercer mandato en India

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Elecciones en la India.

BarcelonaEl país más poblado del mundo pone en marcha este viernes su maquinaria electoral. Hasta 969 millones de indios están llamados a votar, desde las urbes mastodónticas de Nueva Delhi o Bombay hasta las pequeñas aldeas de la India más rural o en lo alto de las montañas del Himalaya. La logística es tan compleja que la votación no se realizará en un solo día, sino en 44. Los comicios serán los más largos hechos hasta ahora y tendrán siete fases, la primera de las cuales arranca este viernes en 102 (de 543) distritos electorales de 21 estados. La última fase será el 1 de junio, pero hasta el 4 de junio no se acabarán de contar todos los votos y se harán públicos los resultados.

Unos resultados que en estos momentos parecen bastante claros. El primer ministro Narendra Modi logrará su tercer mandato, según todas las encuestas. A sus 72 años, el populista y cada vez más autoritario Modi es el líder mejor valorado por su población: tiene una aprobación del 78%, según una encuesta de Morning Consult de febrero. "Hay un componente personalista muy fuerte que es muy excepcional y atípico en la India, hay que remontarse a los tiempos de Indira Gandhi o Nehru, pero Modi conecta mucho con la gente por su propia historia personal", un chico que ayudaba a su padre a vender té y se ha convertido en líder del país, explica Amaia Sánchez Cacicedo, del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (EUISS).

Conscientes de que la gente le vota a él y no en el partido, el programa político del Bharatiya Janata Party (Partido del Pueblo Indio) para estas elecciones presenta sus promesas electorales (centradas en la "estabilidad") como "las garantías de Modi", y la fotografía del primer ministro aparece 53 veces. El hecho de que este programa no incluya medidas contra el paro, que es la principal preocupación de los indios junto a la inflación –según una encuesta del Instituto de Investigación Indio (CSDS)–, no parece tener que pasarle factura. Ni tampoco el fuerte enfrentamiento que mantuvo con los agricultores indios, un sector del que depende directamente el 60% de la población india, y que lo va forzar a retirar su reforma neoliberal de la agricultura.

Hombres y mujeres separados para votar en Alipurduar, India.
Elecciones en la India.

Otra encuesta del propio CSDS da el 46% de los votos a la coalición Alianza Democrática Nacional (NDA) liderada por el partido de Modi (BJP), y el 34% al partido opositor Congreso Nacional Indio, que lidera otra alianza de 41 partidos unidos desde diciembre bajo unas siglas que forman la palabra INDIA (Indian National Developmental Inclusive Alliance). Esto permitiría al NDA superar el umbral de los 272 asientos necesarios (de un total de 543) para tener mayoría en el Parlament (Lok Sabha): ahora tiene 353 (303 de los cuales son del BJP).

India como "gurú mundial"

Otro de los secretos del éxito de Modi, según el analista, es que ha sabido situar a su país –sobre todo a ojos de los indios– en un lugar preeminente en el orden mundial, como gran potencia emergente no sólo en el ámbito económico –su PIB todavía crece en torno al 7% anual– sino también el político. Durante la cumbre del G-20 en Nueva Delhi el pasado año, grandes carteles publicitarios en todo el país presentaban a la India como "gurú mundial" (Vishwaguru). Modi se esforzó por presentar este concepto como su visión del papel de la India en el mundo, mientras que la oposición denunciaba el objetivo electoralista de identificarse a sí mismo como "gurú" a pocos meses de las elecciones. Sus sesiones de yoga multitudinarias y su programa de radio mensual en el que se dirige a los indios "hablando con el corazón" también refuerzan esta imagen.

Pero la política hinduista se ha traducido también a escala doméstica en una deriva ultranacionalista que ha impuesto leyes discriminatorias para la población no hindú, especialmente la musulmana, que cuenta con 200 millones de personas en la India. En un país con el 80% de población hindú, sin embargo, Modi tiene mucho peso en el llamado cinturón hindi ubicado en el centro-norte de la India, pero no tiene tanta fuerza en el sur más desarrollado. Además del paro, sobre todo el juvenil, las desigualdades sociales han crecido bajo el mandato de Modi, y están hoy al nivel de los años 40 del siglo pasado. Pero el primer ministro todavía convence con su promesa de convertir a India en un país desarrollado en el 2047, cuando se cumplirán exactamente 100 años de la independencia de la India.

Votación por las elecciones generales en un colegio electoral de Chennai, India,

Pérdida democrática y represión contra la oposición

También bajo su mandato, India ha caído estrepitosamente en los índices de democracia globales. Está en el puesto número 104 del ranking elaborado por el Instituto V-Dem, con sede en Suecia, que desde 2018 ha clasificado a India cada año como una "autocracia electoral". El gobierno de Modi ha reducido la independencia de los medios y del sistema judicial, y la oposición política se ha visto sometida en los últimos meses a varios procesos judiciales o de investigación fiscal que muchos expertos interpretan como represión política. El líder opositor y jefe de gobierno de Delhi, Arvind Kejriwal, fue detenido en marzo acusado de corrupción y permanece en prisión.

También el dirigente del partido Congreso Rahul Gandhi es investigado por presunto lavado de dinero y fue condenado por difamación (y suspendido cuatro meses en el Parlament) por haber burlado a Modi en un discurso. Rahul Gandhi –no tiene ningún parentesco con Mahatma Gandhi, pero sí con la exprimera ministra Indira Gandhi (su abuela) y con el exprimer ministro y primer líder de la independencia india, Jawaharlal Nehru (su bisabuelo)– va ser el candidato del Partido del Congreso en 2014 y 2019, y en ambas ocasiones perdió estrepitosamente contra Modi. Poco después dimitió como líder del partido y esta vez ya no es su candidato. Pero algunos analistas apuntan que, a la vista de que en esta ocasión tampoco hay nada que hacer, Gandhi está preparando el terreno para volver a probar suerte en las elecciones del 2029.

Pero ni siquiera el heredero de la dinastía Nehru-Gandhi puede competir con el magnetismo de Narendra Modi, un político de humildes orígenes que se presenta como cercano al pueblo en contraste con la corrupción del histórico Congreso, a pesar de sus lazos estrechos y evidentes con los hombres más ricos del país.

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