Arranca el alto el fuego sin condiciones en Gaza

Israel y Hamás acuerdan la tregua, con la mediación de Egipto, después de once días de conflicto

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Columna de humo sobre la ciudad de Gaza después de un bombardeo israelí, este jueves

SabadellDespués de once días de bombardeos, Israel y Hamás han puesto en marcha este viernes el esperado alto el fuego. El gabinete de seguridad de Israel aprobó el jueves al atardecer, por unanimidad, aceptar la propuesta de una tregua "bilateral" y sin "condiciones" que habían propuesto los mediadores egipcios. Fuentes de Hamás aseguraban a Reuters que el fin de las hostilidades sería "mutuo y simultáneo" a las 2 h de la madrugada del viernes (la 1 h, en Catalunya), pero las autoridades israelíes lo niegan y dicen que la hora de entrada en vigor del alto el fuego todavía no se había acordado. Durante la noche las dos partes han mantenido los ataques aéreos a pesar del anuncio del acuerdo, pero a primera hora de este viernes la tregua se había impuesto.

El plazo de las 2 h de la madrugada ha sido confirmado también por la televisión estatal egipcia, que ha informado de que el presidente del país, Abdel Fattah al-Sissi, ha enviado una delegación de seguridad a Israel y otra a los territorios palestinos con la misión de proteger la tregua.

Objetivos logrados

Según ha informado en un comunicado la oficina del primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, la decisión de parar los bombardeos sobre Gaza se ha tomado después de que los miembros del gabinete, que se han reunido durante tres horas esta tarde, hayan tomado en consideración "las recomendaciones de todos los responsables de seguridad, del jefe del estado mayor, del jefe del Shin Bet [el servicio de seguridad interna], del jefe del Mossad [la agencia de inteligencia] y del jefe del consejo nacional de seguridad", que proponían aceptar la propuesta egipcia. Según este documento, los jefes del ejército han informado a los ministros sobre "los grandes logros de Israel en esta campaña, algunos de los cuales no tienen precedentes". El ejército asegura que entre las 232 víctimas de Gaza hay, como mínimo, 160 combatientes de Hamás y de la Yihad Islámica.

De hecho, hasta este mismo jueves, las autoridades israelíes habían defendido en todo momento que la operación de Gaza continuaría hasta que se considerara oportuno desde el punto de vista militar. "Acabaremos la operación cuando decidamos que hemos logrado nuestros objetivos", decía el jueves por la mañana el ministro de Inteligencia, Eli Cohen, en una entrevista a la radio pública Kan en la que ha negado la posibilidad de un alto el fuego a partir del viernes. "Estamos del todo preparados para expandir la campaña hasta el grado que haga falta –ha añadido el titular de Defensa, Benny Gantz–. Estamos haciendo retroceder a Hamás en el tiempo y no se podrá recuperar". Son declaraciones que van en la línea de lo que había dicho el miércoles Netanyahu, que se mostró "dispuesto a continuar esta operación hasta que se logre el objetivo" de devolver "la calma y la seguridad" a los ciudadanos de Israel, a pesar de que horas antes el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, le había pedido una "desescalada significativa" e inmediata.

Hamás, en cambio, ya había empezado a hablar abiertamente de una tregua "en uno o dos días" el miércoles por la noche, y el jueves a primera hora un representante de la organización había dicho a la CNN que el pacto podría llegar antes de 24 horas. De todas maneras, en una entrevista con la agencia Associated Press publicada poco antes de que se hiciera público el acuerdo, el dirigente de Hamás Ossama Hamdan avisaba de que la milicia no tenía "escasez de misiles" y que podía continuar disparando contra intereses israelíes "durante meses".

"Infierno en la tierra"

Después de la conversación entre Biden y Netanyahu del miércoles, este jueves la comunidad internacional ha continuado haciendo presión a favor del alto el fuego: la cancillera alemana, Angela Merkel, ha llamado al presidente palestino, Mahmud Abbas, y Biden ha hablado con el presidente egipcio, Abdel-Fattah al-Sissi. Mientras tanto, el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en el Próximo Oriente, Tor Wennesland, se ha reunido en Qatar con el líder de Hamás, Ismail Haniyeh.

En una reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas convocada expresamente para abordar esta cuestión, el secretario general, António Guterres, había pedido también el fin de los ataques: “La lucha tiene que parar inmediatamente. Hago un llamamiento a todas las partes a cesar las hostilidades ahora". "Si hay un infierno en la tierra, son las vidas de los niños de Gaza hoy", ha dicho Guterres. "Los ataques indiscriminados y los ataques contra civiles y contra la propiedad civil son violaciones de las reglas de la guerra. También lo son los ataques contra objetivo militares que causan desproporcionadas pérdidas de vidas civiles", ha avisado el máximo responsable de la ONU, que se ha desmarcado del discurso mayoritario entre las potencias occidentales según el cual Israel tiene derecho a defenderse. "No hay ninguna justificación, ni siquiera la lucha antiterrorista o la defensa propia, para que las partes del conflicto abdiquen de sus obligaciones bajo la ley humanitaria internacional", ha subrayado. Guterres se ha mostrado "profundamente conmocionado por el continuo bombardeo aéreo y de artillería" del ejército israelí sobre Gaza, y ha añadido que "el lanzamiento continuo e indiscriminado de cohetes por parte de Hamás y otras milicias hacia centros de población en Israel también es inaceptable".

Casi 250 muertos

Con el acuerdo para el alto el fuego –la solidez del cual habrá que comprobar en los próximos días– se pone fin al conflicto más sangriento entre Israel y Hamás desde la guerra del 2014, que provocó más de 2.000 muertos, la gran mayoría en Gaza. En esta ocasión, los once días de conflicto se han saldado con un mínimo de 232 víctimas mortales en la Franja (incluidos 65 menores de edad) y 12 en Israel (entre los cuales dos niños). En cuanto a los heridos, las autoridades de Gaza han contabilizado unos 1.900 y las israelíes casi 800. En el territorio palestino, además, ha habido unos 75.000 desplazados y centenares de edificios gravemente afectados: casi un millar de viviendas y locales comerciales han quedado del todo destruidos y hay una cincuentena de escuelas y diecisiete hospitales y centros de salud con daños de diversa consideración.

A esto hay que sumar, todavía, 25 víctimas mortales (incluidos cuatro niños) y más de 6.000 heridos en Cisjordania y Jerusalén Este, donde los últimos días ha habido numerosas manifestaciones de apoyo a Gaza. Además, dos personas murieron en Israel debido a los enfrentamientos sectarios entre la población judía y la palestina del país, unos choques inéditos hasta ahora que desembocaron en palizas y disparos en medio de la calle y que llevaron al presidente israelí, Reuven Rivlin, a avisar del riesgo de una "guerra civil".

El conflicto estalló el 10 de mayo, a raíz de las cargas de la policía israelí contra los palestinos que rezaban en la mezquita de Al-Aqsa (el tercer lugar más sagrado del islam), en Jerusalén, hecho que desembocó en una batalla campal en la Explanada de las Mezquitas. La tensión ya hacía días que crecía, sobre todo debido a la amenaza de desahucio de unas cuantas familias palestinas del barrio de Xeikh Harrah, en Jerusalén Este, para ceder sus casas a ciudadanos judíos que las reclamaban en virtud de unos títulos de propiedad anteriores a 1948. Todo ello hizo que Hamás empezara a disparar cohetes contra Jerusalén, Tel Aviv y otros puntos del territorio israelí, a lo cual las autoridades hebreas respondieron bombardeando Gaza.

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