Estados Unidos

Dos años después del asalto al Capitolio, la ultraderecha está más viva que nunca

La nueva derecha marca la política de Estados Unidos, mientras el supremacismo blanco se dispara en las calles

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Partidarios de Trump asaltando el Capitolio el 6 de enero

WashingtonEste viernes hace dos años que una multitud enfurecida de ultraderechistas, alentada por un expresidente populista y movilizada a través de foros de internet y teorías de la conspiración, cometió un intento de golpe de estado en la sede de la democracia norteamericana. El asalto al Capitolio ha marcado un antes y un después en el clima social y político del país. Aquel día, una turba armada de negacionistas electorales irrumpió en el edificio legislativo, hecho que puso de manifiesto la fragilidad institucional norteamericana después de los años de presidencia de Donald Trump. La misma ideología ultra que hace dos años atormentó el país se encuentra hoy en el interior del Capitolio, bloqueando la actividad de la cámara baja, pero también en las calles, donde se ha hecho más fuerte que nunca.

La distancia del tiempo ha ayudado a poner luz sobre qué pasó ese día. La comisión parlamentaria que ha investigado los hechos del 6 de enero del 2021, que será disuelta cuando la Cámara de Representantes vuelva a la normalidad, publicó hace una semana sus conclusiones. Después de 18 meses de investigación, la comisión bipartida instó a la justicia a que procese Trump por su implicación en el ataque. El expresidente fue "la causa última" de aquellos hechos: "Nada de lo que pasó en esa jornada habría sucedido si no hubiera sido por él".

El departamento de Justicia ha detenido desde entonces a más de 950 participantes en el ataque, donde murieron hasta siete personas, y ha procesado con éxito a varios miembros de la milicia violenta Oath Keepers. Esta es una de las organizaciones que conforman el ecosistema de la extrema derecha en el país, que ha evolucionado en los últimos dos años. "Desde el asalto al Capitolio, la alt-right de la calle parece más desorganizada, puesto que su discurso político se ha hegemonizado dentro del Partido Republicano y se ha institucionalizado", constata Jaime Caro, que está haciendo una investigación postdoctoral sobre la alt-right en la UCM. Pero esto no quiere decir que su violencia política haya menguado: "En 2022 han aumentado con fuerza los casos de terrorismo de extrema derecha blanco, tanto de lobos solitarios como de batallones", recuerda, citando informes propios de la CIA y el FBI.

La 'alt-right' se ha hecho fuerte

"Puede ser que ahora mismo la estrella de Trump sea cada vez más tenue, pero las teorías de conspiración de ultraderecha, la desinformación en línea, y una angustiosa falta de confianza en las instituciones básicas de la democracia continúan abriéndose camino", escribe Carolyn Gallaher, experta en extremismo de derechas por la American University. Los electores norteamericanos demostraron en noviembre, en las elecciones legislativas y estatales, el rechazo mayoritario de la población hacia el extremismo de derechas, con una importante derrota del Partido Republicano. Aun así, hasta 179 congresistas escogidos aquel día todavía niegan hoy que Joe Biden sea un presidente legítimo, afirmando que la elección presidencial del 2020 fue fraudulenta. 

Pero los Parlamentos escogidos democráticamente no son el escenario natural de la ultraderecha: lo son las calles y, en los tiempos modernos, las redes sociales. Y es ahí donde realmente se puede medir el auge de esta ideología. Este año las organizaciones pertenecientes al alt-right han protagonizado más manifestaciones, actos de violencia política, reclutamiento y actividades de propaganda que en los dos años anteriores, según los datos recopilados por Acled

El expresidente Donald Trump en una foto de archivo.

"Los grupos de la calle se han ido concentrando en algunas organizaciones, principalmente los Proud Boys y el Patriot Front", remarca Caro. "Los Proud Boys han mantenido la hegemonía, puesto que tienen la fama de haber sido uno de los primeros grupos de alt-right, el primero en apoyar a Trump durante la campaña, y estuvieron presentes en el asalto al Capitolio". El investigador alerta del creciente protagonismo del Patriot Front, un batallón protofascista, que este año "ha doblado sus miembros y está haciendo una bestialidad de actos vandálicos, de protesta, como cuando acudieron armados a una manifestación amenazando a la gente el Día del Orgullo".

Violencia contra políticos

La escena ultraderechista se conforma por una variedad de actores, que incluyen milicias armadas (como los Oath Keepers o los Three Percenters), batallones en la calle (como los Proud Boys o el Patriot Front), así como una amplia gama de movimientos menos organizados. Acled ha registrado este año muchos menos grupos ultraderechistas (56) que en 2020 (159), pero cuentan con más participantes y han aumentado su actividad.

La violencia contra los políticos también se ha incrementado. El ejemplo más reciente y sonado, el asalto a la casa de la hasta ahora presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Según los registros de la policía del Capitolio, este año ha habido más de 9.600 amenazas registradas contra miembros del Congreso, diez veces más que en 2016, cuando Trump ganó las elecciones. Aun así, Caro no ve probable que en el momento actual, o en las presidenciales del 2024, se repitan los hechos del 6 de enero del 2021: "La extrema derecha se está institucionalizando dentro del Partido Republicano, y esto resta potencial para que haya un acto tan peligroso y multitudinario como el de hace dos años. Además, no hay un líder tan fuerte como lo fue Trump entonces. Pero no me atrevería a aventurar nada".

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