Obama rompe el silencio y apoya a Kamala Harris

El apoyo del expresidente impulsa aún más la candidatura de la vicepresidenta y refuerza su 'momentum'

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La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris y el expresidente Barack Obama, en una imagen de archivo.

WashingtonEl expresidente de Estados Unidos Barack Obama ha avalado este viernes la campaña de Kamala Harris para la nominación presidencial demócrata. El del expresidente es el mayor apoyo que faltaba hasta ahora a la vicepresidenta, ya que había logrado tener a su lado a los líderes más influyentes del Partido Demócrata. En un comunicado en su nombre y en el de la ex primera dama Michelle Obama dicen que harán todo lo que puedan "para que Kamala Harris sea elegida como nueva presidenta de Estados Unidos". Harris ha agradecido el apoyo en una llamada telefónica que su campaña ha difundido en un vídeo.

Obama también ha compartido el vídeo en sus redes asegurando que él y Michelle harán "todo lo posible" para asegurarse de que Harris gane las elecciones. Los Obama han alabado la trayectoria de la fiscal y vicepresidenta, a la que muchos republicanos han empezado a menospreciar diciendo que su fichaje sólo es por las políticas DEI, unas siglas que se utilizan para referirse a las medidas que se toman por fomentar la "diversidad, la equidad y la igualdad". Aunque no es nada nuevo, viendo la campaña que están movilizando a los seguidores MAGA (Make America Great Again) en las redes para intentar denigrar a la demócrata mientras Trump se dedica a etiquetarla como "crazy radical Kamala" [loca radical].

Trump retrocede sobre el debate

Una vez más, el expresidente ataca a su rival por su condición de mujer y no por la de política demócrata. En un comunicado enviado justo ayer desde su plataforma de campaña, Trump parecía preparar el terreno para cancelar el debate electoral previsto para el 10 de septiembre. En un principio se había acordado cuando Biden era el candidato, pero ahora parece que enfrentarse a Harris ya no le hace tanta gracia. "Debido al caos político continuo en torno a Joe Biden y al Partido Demócrata, los detalles del debate de las elecciones generales no pueden acabar de cerrarse hasta que los demócratas decidan a su candidato", escribía.

El republicano sostenía esta teoría partiendo de la base de que entonces Obama aún no había dado su apoyo a Harris. "Hay una fuerte sensación entre muchos miembros del Partido Demócrata, concretamente Barack Husein Obama, de que Kamala Harris es un fraude marxista que no puede derrotar al presidente Trump", decía el comunicado republicano. Siete horas y media después de que se enviara el mensaje, Harris publicaba en las redes el vídeo con la llamada de los Obama apoyándole y ponía fin a otra teoría republicana con la que se pretende erosionar el momentum de la vicepresidenta.

La primera en dar su aval a Harris fue la antigua presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Contar con el apoyo de Pelosi permitía a Harris respirar tranquila, ya que ella había liderado las presiones para que Joe Biden renunciara. El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y el de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, esperaron hasta el martes para subir al carro de Harris. Hasta ahora, en la lista sólo quedaba un nombre por rayar: Barack Obama.

Gestionar su influencia

En otras ocasiones el expresidente siempre ha sido de los últimos en mostrar su apoyo al candidato demócrata. Obama es consciente de la influencia que sigue teniendo dentro del partido, e intenta no abusar y no aparecer como alguien que impone sus decisiones. Cuando fueron las primarias del 2020, cuando Biden se enfrentaba al senador Bernie Sanders, Obama ya adoptó una postura similar. El equipo de Biden presionaba constantemente al expresidente para que apoyara a su exvicepresidente ante el senador Bernie Sanders. La respuesta de Obama en ese momento fue: "No quiero influir en el resultado".

En un momento tan delicado para los demócratas, todo debe estar estudiado. Y el silencio de Obama hasta hoy también. El equipo de la candidata busca dejar sin argumentos a aquellos que defienden que Harris ha sido "colocada" por Obama y otros peces gordos del partido, una idea que los republicanos han intentado explotar desde el minuto cero en el que se anunció el cambio de nombre en el boleto. Posponer el apoyo del expresidente podía ayudar a mostrar una Harris más independiente.

En el cálculo de los tempos del anuncio también había otro factor que Obama ha tenido en cuenta: no dañar el orgullo de Biden. Mientras Harris está entrando por la puerta grande, el presidente está ya de salida de la política después de 50 años. Obama era consciente de todo lo que significa para Biden la renuncia y no quería que la nominación de Harris eclipsase su despedida. Es por eso que en los primeros días posteriores a su retirada (ya la elección de Harris como sucesora) Obama sólo se dedicó a hablar sobre Biden.

El expresidente quería asegurarse que Biden no quedaba enterrado por su movimiento, un gesto que aún pudo enturbiar más la relación entre ambos después de que Obama también se sumara a las voces críticas del partido que pedían al demócrata que hiciera un paso al lado. Obama siempre ha sido un firme aliado de Biden dentro del partido y en los meses anteriores le había acompañado en alguno de sus mítines.

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