Estados Unidos sanciona a las principales petroleras rusas

WashingtonMisiles Tomahawk para Ucrania no, pero nuevas sanciones en Rusia sí. La Casa Blanca ha anunciado un nuevo paquete de medidas contra Moscú "como resultado de la carencia de un compromiso serio para el proceso de paz para poner fin a la guerra en Ucrania". "Es hora de llegar a un acuerdo, miles de personas están muriendo", ha dicho Donald Trump tras reunirse con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. "Cada vez que hablo con Putin tengo buenas conversaciones, pero no van a ninguna parte". Ahora bien, la crítica hacia su homólogo ruso no se ha traducido en un mejor trato para Volodímir Zelenski, que el pasado viernes fue abucheado por Trump una vez se quedaron a solas.

"Espero que [Putin] entre en razón, y espero que Zelenski también sea razonable. Se necesitan dos personas para bailar un tango", ha expuesto Trump. Las sanciones a las petroleras rusas son las primeras medidas coercitivas reales que el republicano toma contra Moscú –más allá de amenazas verbales y tuits en las que le pide que se pare–. En cambio, Kiiv lleva meses sufriendo el chantaje constante de Washington: desde la humillación a Zelenski ante las cámaras en febrero hasta la suspensión temporal del envío de armas y el suministro de inteligencia.

El presidente ha asegurado: "Siempre he oído que él [Putin] ha querido todo el territorio, no una parte. Pero creo que ahora estará dispuesto a negociar un poco más ya cerrar un acuerdo". "No queremos que él tenga todo el territorio", ha continuado Trump, tras admitir que Ucrania siempre ha sido "la niña de los ojos" de Putin. La afirmación del republicano que dice que no quiere entregar por completo el país invadido no es del todo tranquilizadora, ya que sigue dejando la puerta abierta porque Zelenski tenga que renunciar a las fronteras previas a 2022.

En un comunicado del departamento del Tesoro publicado por Trump en Truth Social, se expone que el paquete de sanciones afecta a dos de las grandes compañías de petróleo rusas: Rosneft y Lukoil. "Debido al rechazo del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, el Tesoro impone sanciones a dos de las mayores compañías petroleras de Rusia, que financian la maquinaria del Kremlin. El Tesoro está preparado para tomar más acciones en el futuro para apoyar al presidente Trump en su labor para detener otra guerra", dice el comunicado.

El anuncio se ha producido justo antes de que el presidente se reuniera con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que ha viajado a la capital estadounidense para evitar nuevos volantazos sobre la guerra. "Estas son unas grandes sanciones contra dos grandes petroleras [rusas], y esperamos que no tengan que mantenerse por mucho tiempo. Esperamos que acabe la guerra", ha dicho el republicano en la rueda de prensa posterior al encuentro con Rutte. El mandatario aseguró que cree que los rusos "quieren la paz" aunque Putin sigue enrocado en su exigencia de quedarse todo el Donbás para poner fin a la invasión.

Las sanciones a Rusia llegan al día siguiente de que la Casa Blanca confirmara que la cumbre en Budapest entre Trump y Vladímir Putin no se celebrará "inminentemente". La medida supone un regreso a las presiones contra el presidente ruso, que sigue enrocado en la idea de que para poner fin a la guerra es necesario que Ucrania claudique y le entregue por completo el Donbás. De hecho, según habría revelado el Kremlin, la razón por la que se ha suspendido el cara a cara en Hungría se debe a que durante la llamada del lunes entre el secretario de Estado, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, el ruso había dicho que no tenía sentido celebrar ninguna nueva reunión porque la posición de Rusia seguía siendo la misma que en Ala.

En el Despacho Oval, Trump se ha apresurado a imponer su versión de la historia, dando a entender que fue él y no Putin quien canceló el encuentro. "Cancelamos el encuentro con Putin porque no me parecía bien. Tenía la sensación de que no iban en la dirección hacia donde creo que deberíamos ir. Así que lo cancelamos, pero lo haremos más adelante", ha dicho el republicano, intentando imponer su versión del relato, que contrasta con la del Kremlin.

Hasta ahora, Trump no se había atrevido a cumplir su amenaza sobre nuevas medidas de castigo en Rusia en medio de las negociaciones sobre el fin de la guerra de Ucrania, unas sanciones que se sumarían a las que ya había impuesto la anterior administración de Joe Biden. El mandatario republicano sólo había aplicado el 25% de aranceles en India como presión para que deje de comprar petróleo ruso. El presidente estadounidense avanzó que la próxima semana se reunirá cara a cara con el presidente chino, Xi Jinping, en Corea del Sur y que durante la reunión también le planteará la cuestión del petróleo ruso. Pekín es uno de los otros clientes de Moscú, pero aun así Trump no les ha aplicado aranceles como ha hecho con Nueva Delhi.

Tras los últimos giros de guión de Trump en las negociaciones, Rutte se ha plantado en una visita sorpresa a Washington para intentar evitar que Washington se vuelva a alejar de los intereses europeos. En otra muestra de su talante imprevisible, Trump ha dicho: "Europa se ha vuelto una buena amiga. Creo que con todos ellos [los líderes europeos] tenemos una estrecha relación". Las palabras del presidente contrastan con el enfriamiento que se vivió con Bruselas al inicio del mandato y con las declaraciones en las que se desentendía de la guerra de Ucrania diciendo que era un problema de Europa.

Las palabras del republicano también son un reflejo de la buena sintonía con Rutte, que se ha ganado la estima de "daddy" Trump alimentando su ego. El mandatario ha remarcado lo satisfecho que se siente después de que en verano el secretario general de la OTAN consiguiera que todos los aliados se comprometieran con el 5% de gasto en defensa. Todos salvo en España, para quien el republicano también ha tenido unas palabras. De nuevo, criticó a Madrid, pero en un tono mucho más suave: trasladó a Rutte que España no es "un jugador de equipo". "Tendrás que hablar con España", le ha encargado. "Podría solucionar este problema muy fácilmente", insistió sin entrar en más sugerencias después de que en el pasado había propuesto que se le expulsara de la OTAN.

Misiles de largo alcance

En paralelo al avance de nuevas sanciones para el Kremlin, el Wall Street Journal publicaba en exclusiva que Estados Unidos ha levantado las restricciones de Kiiv para utilizar los misiles de largo alcance proporcionados por los aliados occidentales contra objetivos dentro de Rusia. Inmediatamente, Trump negaba la información a Truth Social y la calificaba de "fake news"."Estados Unidos no tiene nada que ver con estos misiles, vengan de donde vengan, o lo que Ucrania haga", ha escrito. El estado mayor de las fuerzas armadas de Ucrania ha anunciado en las redes sociales que el martes utilizaron un misil de crucero Storm Shadow británico para atacar una planta rusa de Briansk.

El ataque llega después de que el Pentágono transfiriera la autoridad para apoyar estos ataques al máximo mando estadounidense en Europa, el general Alexus Grynkewich, que también ejerce como comandante de la OTAN.

estadounidense ha pasado de plantear entregar misiles Tomahawk a Kiiv y decir que Ucrania podría recuperar todas sus fronteras previas a la invasión del 2022, a abuchear en privado a Volodímir Zelenski y enfriar la idea de suministrarle el armamento que dijo el cambio de este giro de giro. la posición de Trump.

A raíz de la conversación, el republicano también anunció que próximamente se encontraría con Putin en Budapest para continuar negociando el futuro de Ucrania tras la chapuza que supuso Anchorage, de donde Trump se marchó igual que llegó a la marcha de Washington. Blanca anunció que quedaba suspendida.