Estados Unidos

Nikki Haley, la única mujer candidata a la Casa Blanca, quiere hacerle sombra a Trump

La aspirante a la presidencia de Estados Unidos, que representó al gobierno de Trump ante la ONU, se presenta como la alternativa moderada al expresidente

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Nikki Haley en el cuarto debate de candidatos republicanos en las presidenciales de Estados Unidos del próximo noviembre, esta madrugada.

WashingtonNikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y aspirante a la presidencia de Estados Unidos, se vende como la candidata de aquellos que quisieran las políticas de Donald Trump pero están cansados de su esperpento, las distracciones y las cuentas pendientes con la justicia de el expresidente. Haley, que está subiendo como la espuma en las encuestas y está a punto de desbancar al gobernador de Florida, Ron DeSantis, en la segunda posición, se ha convertido esta noche, en el cuarto debate republicano de primarias, en la diana favorita de sus contrincantes.

Por cuarta vez, Trump ha evitado el debate, consciente de que su amplia ventaja en las encuestas (que le dan el 60% de los votos republicanos) es casi insalvable. Pero, de nuevo, su alargada sombra ha estado presente hasta el final. Los cuatro candidatos presentes –Haley, DeSantis, Vivek Ramaswamy y Chris Christie– han escenificado la batalla por la segunda posición en el que probablemente será el último debate antes de los determinantes caucus de Iowa, dentro de mes y medio.

De cara a esta importante cita, hay que tener muy presente el nombre de Haley, contra quien se han dirigido los dardos esta noche. "Me encanta que me prestéis tanta atención, compañeros", agradeció hacia el final del debate. La candidata no es en modo alguno una cara desconocida en la política nacional. De hecho, en las elecciones del próximo año celebrará su 20 aniversario en política: primero como representante en la cámara baja estatal de Carolina del Sur, después como gobernadora y, finalmente, como embajadora de Estados Unidos en la ONU.

Fue precisamente Trump quien en 2017 la nombró para representar al país ante el organismo internacional. Después de seis años sirviendo en la tribuna estatal se convirtió en la primera india americana en formar parte del gabinete presidencial. Sin embargo, para aceptar este ascenso, Haley tuvo que renegar de su opinión sobre Trump, a quien había criticado duramente cuando presentó su campaña.

"No sigáis los cantos de sirena de las voces enojadas", dijo del entonces candidato en los meses previos a las elecciones. "Trump es todo lo que un gobernador no querría como presidente", llegó a asegurar, insistiendo en que las palabras del magnate son "irresponsables" y "no sabe de lo que habla" en sus discursos. Tras un mitin de Marco Rubio, el candidato al que dio su apoyo en el 2016, volvió a criticar el supremacismo de Trump: "No pararé hasta que derrotemos a un hombre que decide no renegar del Ku Klux Klan. Esto no es el Partido Republicano".

Poco después, Haley se tragó estas palabras y aceptó el cargo de embajadora ante la ONU: pasó a defender ante el mundo las políticas que tan solo unos meses antes había criticado con tanta firmeza. Solo duró dos años en el cargo, hasta que el 9 de octubre del 2018 anunció su dimisión. En ese tiempo trató de suavizar el incendiario discurso de Trump ante el mundo, mientras internamente dejaba de lado sus diferencias con el presidente.

El discurso de Haley dio un nuevo giro el 7 de enero del 2021, ya liberada de los sus lazos institucionales. Un día después del asalto al Capitolio, dijo ante el Comité Nacional Republicano que Trump había estado "muy equivocado con sus palabras" ante la turba que, minutos después de su mitin, se dirigió hacia la sede legislativa.

Haley vende orden y cambio generacional

Ahora, como candidata, Haley discute aún más abiertamente las posiciones del líder de su partido: "No podemos permitirnos cuatro años de caos,vendettes y drama", dijo sobre su probable elección, "EEUU necesita un capitán que estabilice el barco" y, a Trump, "el caos lo persigue allá donde va".

De este modo, se presenta como la candidata del orden, pero también del cambio generacional, a pesar de que sus conservadoras propuestas no distan mucho de las de sus contrincantes: quiere prohibir a nivel federal el aborto 15 semanas después de la concepción, revertir las restricciones de Biden al petróleo y el gas, eliminar los subsidios a la energía renovable, expandir la militarización de la frontera, limitar la ciudadanía a los inmigrantes y basarla en el "mérito" y las "necesidades de las empresas", y, en general, realizar un gran recorte al gasto público, lo que incluye la seguridad social y el sistema social de seguro médico Medicare.

Con un 10% de intención de voto, de momento parece lejos de convencer a los republicanos ante Trump. Pero sí que ha empezado a convencer a importantes donantes: la semana pasada, uno de los super PECs (entidades encargadas de gestionar el dinero de la campaña) más influyentes de EEUU, Americans for Prosperity Action, anunció que la apoyará, dado que han visto en ella "la oportunidad de pasar página de la etapa política actual": "Haley tiene lo que hace falta para liderar un programa político que afronte los retos de nuestra nación".

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