Carrera espacial

Nueva carrera espacial: Trump quiere llegar a la Luna antes que China

La Casa Blanca recorta un 24,3% el presupuesto de la NASA para el próximo año y reorienta por completo la estrategia de su programa

El cohete de la NASA SLS con una nave Orion. NASA
26/05/2025
4 min

BarcelonaEl gobierno de Donald Trump recortó un 24,3% el presupuesto de la NASA para el próximo año y reorientó totalmente la estrategia del programa espacial estadounidense. La nueva prioridad es "llegar a la Luna antes que China y poner a un estadounidense en Marte", una mención explícita que confirma oficialmente (y de forma muy poco diplomática) lo que era un secreto de dominio público: la nueva carrera espacial entre Estados Unidos y China. Ni siquiera el presidente JF Kennedy dijo nunca oficialmente que el objetivo de las misiones Apolo fuera vencer a la Unión Soviética, pero Donald Trump no tiene pelos en la lengua. Y tampoco tiene interés científico en el espacio. Su presupuesto, de hecho, hace un recorte drástico en los programas de investigación espacial y en los de investigación planetaria, como los que investigaban la crisis climática. La NASA fija el rumbo hacia Marte, tal y como pedía Elon Musk, que ha orientado hacia ahí su empresa Space X. Sin embargo, antes hay que llegar a la Luna sólo para vencer a Xi Jinping.

"Ya veremos si lo consigue, porque China ha anunciado que llevará astronautas a la Luna en el 2030, y si China dice en el 2030 es porque será en el 2030, mientras que hay todavía demasiadas incógnitas que resolver" en el programa Artemis de la NASA, apunta el ingeniero especialista Más allá de la Tierra. Las incógnitas que podrían retrasar la misión lunar estadounidense tienen que ver también con Elon Musk, ya que el suyo cohete Starship es clave para estas misiones y hay muchas dudas de que pueda estar lista a tiempo.

El presupuesto presentado por Trump prevé destinar 7.000 millones al programa lunar y otros 1.000 millones a "nuevas inversiones focalizadas en Marte". Para conseguirlos recortará diversas partidas, empezando por 2.275 millones de los programas de investigación científica espacial, y sacará también 1.161 millones a los programas de observación e investigación planetaria, como los que estudiaban la emergencia climática.

Se mantendrán así las misiones Artemis II –prevista para el próximo año para llevar a una tripulación hasta la órbita lunar y volver– y Artemis III, que pondría de nuevo a un ser humano en la superficie de la Luna (la propuesta de Trump, al contrario de la anterior, no especifica si será hombre o mujer y, obviamente, en su línea contra las políticas de diversidad no prevé que se incluya). Tras estas dos misiones, se abandonará completamente el programa lunar para centrarse en ir a Marte. De ahí que el enorme cohete SLS y la cápsula Orion, construidos por la NASA para las misiones Artemis, se desmantelarán una vez se haya logrado llegar a la Luna.

También prevé ahorrar 879 millones con el desmantelamiento de la SLS, Orion y Gateway. "El cohete SLS debería haberse cancelado hace años porque era un dinosaurio, ha salido demasiado caro (unos 4.000 millones cada cohete) y utiliza piezas reutilizables para un cohete que es descartable", explica Clemente, "pero ahora ya no tiene sentido cancelarlo porque no hay alternativa".

LA ESA "todavía no entra en pánico"

También se cancela la construcción de la Gateway, que debía ser una estación espacial en la órbita de la Luna para dar continuidad a la exploración lunar. Y esto deja en la estacada a socios como la Agencia Espacial Europea (ESA), que ya tiene construidos varios módulos para esta estación. La NASA propone reubicar estos módulos en otras de sus misiones, pero eso no ha tranquilizado a los directivos de la ESA, que ya han anunciado que realizarán una "evaluación con todos los estados miembros de las posibles acciones y los escenarios alternativos para los programas de la ESA afectados" por este drástico recorte de Trump en la NASA.

"El mensaje de estos días es que todavía no es el momento de entrar en pánico", explica al ARA el investigador del INTA-CSIC y responsable de varios instrumentos que participan en misiones de la NASA, José Antonio Rodríguez Manfredi. La agencia europea, dice, tiene todavía la esperanza de que el Congreso detenga alguno de estos recortes, ya que la propuesta de presupuesto de Trump debe recibir la validación del Capitolio. También necesita luz verde del Congreso el nombramiento del nuevo administrador de la NASA, el multimillonario Jared Isaacman. Pero el sometimiento que han demostrado hasta ahora los congresistas y senadores de la mayoría republicana no es un buen augurio.

"Con este presupuesto se está cargando la NASA", dice Rodríguez Manfredi, y recuerda que en estas primeras semanas de Trump ya ha habido "muchos despidos" en la agencia estadounidense, dentro de los recortes de personal dirigidos por Elon Musk y sobre todo en lo que se refiere a las políticas de diversidad. "Misiones como el Perseverance (el rover que está explorando Marte) han tenido que reducir personal", explica. Ahora, el nuevo presupuesto de la NASA también elimina la misión prevista para ir hasta Marte en busca de las muestras que el Perseverance ha ido recogiendo en los últimos dos años, una misión en la que también participaba la ESA y para la que también estaba produciendo componentes. Pero los tubos de muestras del Perseverance no deberían quedar abandonados en la tierra roja de Marte: la Casa Blanca prevé que alguna empresa del sector privado asuma esa misión.

Todo ello lleva a algunos expertos a preguntarse si la ESA podría ofrecer a China el material que ha desarrollado para la NASA y que ahora Washington no quiere. "Sobre el papel esta alternativa existe, y en estas últimas semanas ha habido un acercamiento entre Europa y China en varios ámbitos, pero no creo que se haga porque estratégicamente es demasiado arriesgado, la reacción de Estados Unidos podría ser desmedida", opina Rodríguez Manfredi.

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