Sinhogarismo

Los sintecho que malviven al lado de la Casa Blanca

En Washington hay 85 campamentos rudimentarios con unas 6.000 personas sin hogar

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El Scotlund, de 54 años, en el interior de su tienda.

Washington"Estamos en Estados Unidos de América, la nación más rica del mundo. No tendría que haber personas sin techo en este maldito país", lamenta Scotlund desde la tienda de campaña donde duerme cada noche, situada a los pies del departamento de Estado y a escasos metros del memorial a Abraham Lincoln. A sus 54 años, se autoproclama alcalde de Triangle Park, el campamento donde se ha instalado después de vagar durante meses por varios puntos de Washington, la capital política del mundo occidental.

En mayo salió de la prisión tras cumplir condena por un doble robo a mano armada. Sin familia ni posesiones, decidió ir a dormir bajo un puente. Cuando consiguió una tienda de campaña, probó suerte en la plaza McPherson, a dos manzanas de casas de la Casa Blanca, donde duermen cada noche más de cincuenta personas. "Es un lugar horrible, está lleno de depredadores, robos, drogas y violencia, pero la gente va a vivir ahí porque varias organizaciones dan comida", explica.

Ahí viven Tyler, un chico de 27 años procedente de Virginia, y su mujer, que prefiere mantenerse en el anonimato. "El último año y medio ha sido una montaña rusa", explica, mientras da vueltas a un ritmo acelerado por el centro de Washington. Desde que empezó a vivir en la calle, la pareja ha ido de campamento en campamento, dado que el gobierno federal, propietario de los parques, los está cerrando ante las quejas de los vecinos. Finalmente, se han quedado en McPherson porque es donde viven algunos amigos. Pero su estancia tiene fecha de caducidad: el National Park Service ya ha anunciado que vaciará la plaza el 12 de abril.

Las autoridades del Distrito de Columbia, consultadas por este diario, calculan que hay 85 campamentos de personas sin techo en la ciudad, 49 menos que el año pasado. "Desde 2016, cuando la alcaldesa Muriel Bowser adoptó el plan estratégico para prevenir el sinhogarismo, hemos logrado una reducción del 47% de personas sin hogar", asegura el consejo encargado de este asunto (ICH). El plan del Ayuntamiento ha implicado la apertura de nuevos refugios, así como la creación de vivienda social.

Refugio de invierno

Ahora que el frío se apodera de la ciudad, con temperaturas medias cercanas a los 0 grados centígrados y riesgo de nevadas, el distrito ha puesto a disposición de los sintecho más refugios para prevenir las enfermedades y muertes por hipotermia que cada año registran las calles. Su winter plan "coordina los refugios y los esfuerzos para minimizar riesgos y distribuye material de supervivencia –comida, agua, mantas o ropa interior térmica– antes de que el impacto del frío sea crítico", aseguran desde el consejo del sinhogarismo.

Aun así, ni los refugios ni la ropa convencen a los habitantes de los campamentos visitados. "No necesitamos más malditas mantas, no necesitamos más comida: lo que necesitamos son estufas", dice Scotlund. "Yo tengo un calentador que funciona con bombonas de propano. Lo conseguí en Walmart [una gran cadena de supermercados], lo pedí como una donación. Pero cada tanque son cinco dólares, tan solo dura cuatro horas y, si cae, puede incendiar la tienda. Es demasiado peligroso", lamenta.

Scotlund prefiere dormir en la calle que en uno de los 24 refugios que tiene a su disposición todo el año. "He estado en unos cuantos y son lugares horribles. Están llenos de depredadores, que solo buscan beneficiarse de los más débiles: la gente roba, viola y hace cosas terribles", explica. "Yo soy débil, no estoy hecho para esta mierda. He estado en la prisión, pero no soy un criminal", afirma. Por otro lado, Tyler solo ha pisado un refugio, pero tiene claro que no volverá: "Estaba lleno de drogadictos y gente loca, como yo mismo, pero mucho más grave".

Tyler, de 27 años, también vive en la calle en el centro de Washington.

Ante estas experiencias, los dos tienen claro que la salida más viable es la vivienda social. "Washington ofrece muchas oportunidades para conseguir alojamiento, pero el tiempo de espera es demasiado largo", considera Scotlund, que ha iniciado el proceso previsto por el consistorio a través de la ONG Miriam's Kitchen.

Un problema estructural

Washington no es la ciudad con más personas viviendo en la calle. Sufren sinhogarismo 90 de cada 10.000, un total de 6.000, según la National Alliance to End Homelessness. Lejos de ciudades como Nueva York (78.000), Los Angeles (56.000) o Seattle (11.000). "El sinhogarismo ha estado con nosotros durante toda la historia de los EE.UU.", dice en una entrevista con el ARA el director ejecutivo de la National Coalition for the Homeless, Donald Witehead. "Empezó cuando desposeímos a los pobladores originales de sus tierras".

Witehead explica que "durante los 70, el problema creció debido a la decisión federal de recortar subsidios a la vivienda y por la introducción de prácticas criminalizadoras de los sintecho". La situación ha ido mejorando desde entonces, pero en los últimos cinco años ha habido un nuevo incremento: "El coronavirus ha tenido un efecto importante, pero no es solo esto. Se debe principalmente al fuerte incremento de los precios y el coste de la vivienda".

Whitehead tiene claro que el sinhogarismo "es resoluble". "Ciertamente, tenemos los recursos: somos la nación más rica de la historia de la humanidad. Si priorizáramos eliminarlo e invirtiéramos los recursos estructurales necesarios, se acabaría el problema en un día", sostiene. A pesar de todo, ahora mismo Estados Unidos sigue sin reconocer a nivel federal el derecho a la vivienda.

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