Oriente Próximo

Trump apuesta por el pragmatismo en el dossier nuclear iraní

EEUU habría propuesto a Irán un consorcio internacional para el enriquecimiento de uranio

Trump asiste a un foro empresarial durante su visita a Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, el 16 de mayo de 2025
09/06/2025
4 min

BarcelonaLa condición de imprevisible, sino de errático, del presidente Donald Trump se ha expresado en muchas cuestiones desde su reelección. Quizás uno de sus giros más sorprendentes ha estado en su política respecto al programa nuclear iraní. Mientras muchos analistas temían que una segunda presidencia llevaría a un incremento de las tensiones entre Washington y Teherán que pudiera derivar en un nuevo conflicto bélico, el inefable líder estadounidense ha optado por el pragmatismo y la búsqueda de un acuerdo. De hecho, ya se han celebrado cinco rondas de negociaciones entre los representantes de ambos países en los últimos meses y se ha hecho público que el pasado sábado la administración Trump hizo una propuesta formal al gobierno iraní.

El contencioso entre Washington y Teherán por su programa nuclear es largo y tortuoso. EEUU, bajo la presidencia de Barack Obama, firmaron en el 2015 un acuerdo que introducía límites en el programa nuclear iraní para garantizar que tuviera fines exclusivamente civiles. Aunque sus líderes han asegurado siempre que no pretenden adquirir el arma nuclear, tanto Washington como buena parte de la comunidad internacional desconfían. En 2018 Trump desgarró ese acuerdo, que también habían firmado otras potencias mundiales, entre ellas Rusia, y reintrodujo un estricto régimen de sanciones que ha estrangulado a la economía iraní.

Hasta ahora, el sultanato de Omán había jugado el papel de mediador, una tarea en la que parecía disfrutar de un claro monopolio. Pero en los últimos días le ha salido un inesperado competidor. Trump ha explicado que en su última conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el pasado miércoles, éste se ofreció como posible mediador en lo contencioso con Irán.

"Hicé saber al presidente Putin que Irán no puede tener un arma nuclear y, en eso, creo que estamos de acuerdo", comentó Trump en un texto publicado en las redes sociales en el que abordaba también las perspectivas de paz en la guerra de Ucrania. "El presidente Putin me ha sugerido que participaría en las discusiones con Irán y que él podría, tal vez, ser útil para llevarlas a buen puerto", añadió, dejando las puertas abiertas a una implicación rusa en la negociación. Detrás de la sugerencia está el hecho de que Putin y el guía supremo iraní, el ayatolá Jamenei, mantienen ahora una estrecha relación, dado que Irán se ha convertido en un importante suministrador de armas para la guerra que el Kremlin entrega a Ucrania.

La vía diplomática

Según se ha filtrado a la prensa estadounidense, el dossier iraní suscitó un vivo debate en el seno de la administración Trump. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que sostiene que la mejor forma de garantizar que el régimen no pueda conseguir el arma atómica es bombardear las instalaciones nucleares iraníes, intentó influir en ella. Pero sus esfuerzos fueron en vano, y el presidente estadounidense prefirió explorar la vía diplomática, ya que un bombardeo contra las instalaciones nucleares iraníes podría desembocar en un conflicto regional que arrastraría al país a una nueva guerra en Oriente Medio, un escenario que quiere evitar a toda costa.

A pesar de que Irán se encuentra muy debilitado después de que Israel destruyera hace unos meses buena parte de sus defensas antiaéreas y acortara el liderazgo de su más poderoso peón en la región, la milicia libanesa Hezbollah, la Casa Blanca considera que aún dispone de suficiente armamento convencional y de potentes milícimos. incendiar la región. Este razonamiento, por cierto, es el mismo que hacen las petromonarquías del golfo Pérsico, que han mostrado una gran capacidad de influencia sobre el líder estadounidense en su reciente viaje a la zona.

Así pues, las negociaciones sobre el programa nuclear iraní han vuelto a la casilla de salida, más o menos allá donde estaban hace más de una década. El acuerdo de 2015 establecía un límite a la cantidad de uranio que Irán podía enriquecer, así como un estricto régimen de inspecciones por parte de la comunidad internacional para velar por que este material no se desviara hacia un programa militar secreto. En sus declaraciones públicas, Trump ha afirmado que su objetivo en las conversaciones es que el régimen de los ayatolás no pueda enriquecer ninguna cantidad de uranio, una posibilidad que Teherán rechaza categóricamente. A raíz de la ruptura del acuerdo del 2015 por parte de Trump, Irán aceleró su capacidad de enriquecimiento y ahora dispone de unas capacidades más desarrolladas, muy cerca de las necesarias para fabricar armas nucleares.

De acuerdo con una información del diario The New York Times, EEUU habría hecho llegar al gobierno iraní una propuesta basada en la creación de un consorcio internacional para el enriquecimiento de uranio en el que participarían ambos países, así como otros de la región como Arabia Saudí y los Emiratos. La propuesta es bastante genérica y deja muchos flecos aún por cerrar. Según el rotativo, durante la construcción de las instalaciones propiedad del consorcio, Irán podría seguir enriqueciendo uranio, pero de forma limitada. Ahora bien, una vez que estuvieran en funcionamiento, no podría llevar a cabo esta actividad de forma independiente. Por el momento, el gobierno iraní no parece haber acogido la propuesta con buenos ojos.

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