Trump capitaliza el asesinato del 'influencer' de extrema derecha Charlie Kirk para atizar el odio contra la izquierda
El presidente de EEUU apunta contra la "retórica" de "la izquierda radical" y promete represalias
WashingtonLas primeras palabras del presidente Donald Trump después de el asesinato de la activista de extrema derecha Charlie Kirk hablaban de "pena" y "rabia". Las soltó el miércoles por la noche, en un discurso grabado en el Despacho Oval que, en cambio, nunca llegó a hacer para el asesinato de una congresista demócrata en junio. Tal y como hizo tras el atentado cuenta él mismo en Butler durante la campaña electoral, el presidente de EEUU ha aprovechado la muerte de Kirk para capitalizarla contra la izquierda y atizar el discurso de odio contra las posiciones progresistas que intentan frenar su agenda. Trump lo utiliza para justificar la mano dura contra la oposición y pone a las organizaciones progresistas en el punto de mira, aunque el FBI aún no ha identificado al autor del crimen ni sus motivaciones.
"Durante años la izquierda radical ha equiparado a americanos maravillosos como el Charlie a los nazis y los peores asesinos en serie. Este tipo de retórica es responsable directamente del terrorismo que hemos visto hoy en nuestro país. Mi administración encontrará a cada una de estas personas que han contribuido a esta atrocidad y otros tipos de violencia nuestros jueces, agentes del orden y cualquiera que lleve orden a nuestro país", ha dicho Trump, que ha citado como ejemplos el atentado que sufrió en Butler y el asesinato del CEO de UnitedHealthcare en diciembre. Pero no hizo ninguna referencia al asesinato de la congresista estatal demócrata ni a las amenazas de muerte contra la también demócrata Nancy Pelosi.
Un legado que perdure "durante innumerables generaciones"
Cuando Joe Biden habló después del atentado de Butler no utilizó el término "rabia". Ni tampoco señaló a posibles culpables. El discurso del entonces presidente demócrata, a pesar de ser más largo y dirigido a la nación, no utilizaba estos términos. Trump sí los ha utilizado, y en un parlamento mucho más breve: cuatro minutos.
"Un asesino ha intentado silenciarle con una bala, pero ha fracasado, porque juntos nos aseguraremos de que su voz, su mensaje y su legado perduren durante innumerables generaciones", ha dicho Trump. Kirk se había ganado un puesto en la corte trumpista gracias a su influencia entre las bases más jóvenes del movimiento MAGA (Make America Great Again), lo que también le había convertido en una voz que desde dentro de la Casa Blanca se escuchaba. Durante las elecciones presidenciales, la labor de su plataforma Turning Point Action, así como su papel como influencer, tuvieron un papel clave para conseguir sumar voto joven en favor del republicano.
Gracias a sus charlas en los campus universitarios del país, con los que pretendía difundir la ideología conservadora entre los estudiantes, Kirk fue ganando terreno en la órbita MAGA. La activista de extrema derecha logró cierta fama gracias a su talante provocador, y defendía que las muertes a causa de los tiroteos masivos eran un mal menor. "Creo que vale la pena tener algunos muertos por armas de fuego cada año para poder seguir manteniendo la Segunda Enmienda [que protege el derecho a tener armas]. Es un acuerdo prudente. Es racional", decía en un acto en el 2023. Kirk también se encargó de atizar las electorales de la teo. En un acto organizado en Tempe, Arizona, reunió a decenas de jóvenes que no pasaban de la veintena y que aplaudían sus palabras. "Estoy convencida de que hubo fraude en el 2020", decía entonces una de las asistentes a esta periodista. Kirk no estaba solo en el escenario, sino que conversó durante un buen rato con el hijo del presidente, Donald Trump Junior.
El discurso de Trump profundiza en la fractura de la sociedad estadounidense, donde la violencia política está cada vez más a la orden del día. El presidente utiliza una retórica inflamatoria y deja que sean sus seguidores quienes levanten el dedo acusador contra el Partido Demócrata. El ideólogo de la campaña de deportaciones y asesor de confianza de Trump, Stephen Miller, ni siquiera necesitó mencionar a la izquierda y se limitó a hablar de una "malvada ideología". "Es una ideología que ha ido creciendo constantemente en este país y que odia todo lo bueno, justo y bello, y celebra todo lo deformado, retorcido y depravado. Es una ideología en guerra con la familia y la naturaleza. Es envidiosa, maliciosa y sin alma", exponía en una larga publicación Miller. Y lo remataba: "El destino de millones de personas depende de la derrota de esa ideología malvada".
Una división más profunda
La respuesta de Trump y los suyos ante el asesinato no indica que se vaya hacia una desescalada de la tensión, sino que augura una polarización liderada desde la Casa Blanca. Más allá del discurso de urgencia, el presidente también ha anunciado que concederá póstumamente a la activista la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima condecoración que puede recibir un civil en Estados Unidos. Para ello, Trump organizará una ceremonia que con toda probabilidad servirá de escenografía para que las bases trumpistas puedan oficializar la canonización de Kirk como mártir político.
En un contexto en el que Trump ha militarizado sin pudor a Los Ángeles y Washington –contradiciendo la ley en el primer caso y utilizando el pretexto de una supuesta inseguridad en el segundo–, el escenario futuro tras el asesinato de Kirk da mucho más margen al presidente para justificar nuevas acciones autoritarias. Otras figuras destacadas del trumpismo ya están pidiendo perseguir y clausurar a organizaciones de izquierdas.
"Es el momento para que la administración Trump cierre, corte fondo y persiga a todas las organizaciones de izquierdas. La izquierda es una amenaza a la seguridad nacional", publicaba Laura Loomer, otra influencer ultraconservadora que, como Kirk, tiene conexión directa con la Casa Blanca. En abril se llegó a reunir con Trump para pedirle que destituyera a Michael Waltz por el escándalo del Signalgate. Un mes después del encuentro, Trump cesó a Waltz como consejero de Seguridad Nacional.
Christopher F. Rufo, otra de las voces más influyentes dentro del movimiento conservador, citaba como ejemplo a imitar al exdirector del FBI J. Edgar Hoover, conocido porque utilizó la contrainteligencia para perseguir al Partido Comunista de EEUU durante los 40 años que dirigió la agencia. "La última vez que la izquierda radical orquestó una ola de violencia y terror, J. Edgar Hoover lo cerró en pocos años. Es hora, dentro de los límites de la ley, de infiltrar, irrumpir, arrestar y encarcelar a todos los que son responsables de este caos", escribía Rufo. En el historial del programa Cointelpro se incluye el acoso y escuchas a Martin Luther King Jr.