BarcelonaLa policía británica volvía a estar el miércoles en alerta por el centenar de concentraciones que habían convocado a grupos antiinmigración y antimusulmanes frente a cientos de centros de asilo y bufetes de abogados que apoyan a demandantes de asilo y refugiados. Pero ante la amenaza de un nuevo embate de la extrema derecha, miles de manifestantes antifascistas se agruparon frente a los puntos donde estaban previstas las convocatorias. Brandando carteles de “Paramos la extrema derecha” o “Refugiados, bienvenidos” los manifestantes tomaron pacíficamente las calles de ciudades como Londres, Bristol, Liverpool, Birmingham y Brighton, para denunciar el racismo y la islamofobia, y para criticar la violencia que ha sacudido al país de las últimas semanas.
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La llamada de la extrema derecha, hecha a través de las redes sociales, era la enésima reacción a un apuñalamiento múltiple que tuvo lugar el 30 de julio en Southport en el que murieron tres criaturas. La policía había desplegado un dispositivo de 6.000 efectivos, entre ellos 2.000 antidisturbios, para controlar una eventual nueva ola de altercados de extrema derecha, que ya se ha convertido en el peor estallido de violencia en Reino Unido en 13 años.
El premier Keir Starmer, que se enfrenta a su primer gran desafío al frente del ejecutivo británico, ha prometido agilizar los procesos judiciales para "castigar" a las personas implicadas en los desórdenes, y ha amenazado a los amotinados con largas penas de prisión.
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Los disturbios empezaron a raíz de la circulación de informaciones falsas sobre la identidad del agresor que mató a tres niñas de entre 6 y 9 años en una clase infantil de danza en Southport, cerca de Liverpool. El atacante fue presentado como musulmán demandante de asilo, cuando en realidad había nacido en Cardiff, y su familia era originaria de Ruanda, según informan medios británicos. Desde entonces, grupos de extrema derecha se enfrentaron con la policía, atacaron mezquitas y provocaron destrozos en los hoteles donde se alojan demandantes de asilo. Han coreado cánticos como "sacarlos" y "parar los barcos", en referencia a los migrantes que llegan a Gran Bretaña en pequeñas embarcaciones sin permiso a través del canal de la Manga.
Primeras condenas
La convocatoria coincidió con las primeras sentencias emitidas contra los detenidos durante los disturbios de estas semanas. Un hombre de 58 años fue sentenciado a tres años de cárcel por desórdenes violentos, mientras que otros dos, de 41 y 29 años, fueron condenados a 20 y 30 meses, respectivamente.
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A medida que se han agravado los disturbios, Starmer ha ido subiendo el tono de las amenazas. "Si provoca altercados violentos en nuestras calles o en línea, se topará con toda la fuerza de la ley", advirtió el martes por la noche después de una segunda reunión COBRA de emergencia para "coordinar una respuesta a los altercados". El ejecutivo también ha anunciado que presentará cargos contra los implicados antes de finales de esta semana, por lo que los tribunales han acelerado las audiencias, aunque el sistema penitenciario está desbordado desde antes de que empezaran los disturbios.
Mientras algunos despachos de abogados especializados en inmigración y los centros de apoyo a migrantes cerraron el miércoles para proteger al personal, la Law Society of England and Wales, la principal asociación de abogados del país, ha denunciado "un ataque directo" en la profesión. También la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, criticó que las amenazas dirigidas a los abogados son "inaceptables" y advirtió a quienes quieran participar que se sumarán a los "cientos de detenidos por la policía durante la última semana".
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Miedo entre las minorías
Las minorías étnicas en Reino Unido, en particular la musulmana, viven con temor la convulsión provocada por los grupos de extrema derecha. Los disturbios ya han obligado al gobierno a reforzar la seguridad de las mezquitas ya recomendar a algunas comunidades que eviten ir solos por la calle. "Esta violencia racial no surge de la nada. Ha estado construyéndose durante al menos un par de décadas", denunció a Efe el activista Raheel Mohammed de Maslaha, una organización que lucha contra la discriminación de la comunidad musulmana en Londres. El alcalde de la ciudad, el laborista Sadiq Khan, pidió a los ciudadanos a través de las redes que se "preocupen por sus amigos y vecinos" y advirtió de que el "peso de la ley" caerá sobre quienes actúen con violencia.
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¿Quién está detrás de los disturbios?
Los rumores sobre la identidad del atacante que desencadenaron las protestas les difundieron varios perfiles de extrema derecha que compartieron informaciones falsas en las redes. Entre ellos se encuentra Tommy Robinson, activista ultra que logró protagonismo en el 2009, cuando se convirtió en líder del grupo ultraderechista Liga de Defensa Inglesa. Robinson huyó de Gran Bretaña el pasado domingo después de que las autoridades le citaran a declarar por un presunto delito de desacato. Esta semana, imágenes suyas tomando el sol en una piscina de Chipre mientras grupos ultra quemaban un hotel donde se alojaban solicitantes de asilo han despertado indignación en Reino Unido por la sensación de impunidad que transmiten. Figuras populistas influyentes, como el actor Laurence Fox y el empresario Andrew Tate, también se hicieron eco de estas informaciones falsas.
Si bien la extrema derecha británica tiene poca organización política, según el observatorio en contra de la extrema derecha Hope Not Hate, también han participado en los altercados David Miles, un miembro destacado del grupo fascista Patriotic Alternative, que compartió imágenes suyas en Southport, y el grupo neonazi British Movement, que difundió información sobre las protestas en las que aparecían personas tatuadas con simbología nazi.