Elecciones neerlandesas

El ascenso fulgurante de un nuevo líder que puede hacer tambalear la política de los Países Bajos

Los sondeos auguran una nueva victoria clara de la extrema derecha de Wilders, pero pierde apoyos y tiene muy complicado formar gobierno

Los líderes de los principales partidos neerlandeses, como Frans Timmermans, Geert Wilders y Dilan Yesilgöz, antes del debate final de las elecciones en la Cámara de Representantes en La Haya.
29/10/2025
3 min

BruselasTodos los sondeos apuntan a que la extrema derecha de Geert Wilders volverá a ganar las elecciones de los Países Bajos de este miércoles y se consolidará como la formación con mayores apoyos entre los neerlandeses. Sin embargo, se prevé que pierda ligeramente representación y lo tiene muy complicado para gobernar porque todos los principales partidos se oponen a gobernar en coalición con la formación de Wilders, el Partido por la Libertad, al menos en campaña electoral.

El ascenso fulgurante de un nuevo líder político, Henri Bontenbal, que promete estabilidad y diálogo, es sintomático del estado de ánimo del país. Los neerlandeses han visto cómo las fuerzas políticas tardaron más de 200 días en formar gobierno y el ejecutivo de coalición liderado por el partido de Wilders solo duró 13 meses porque el propio dirigente de extrema derecha finalmente le dinamitó en un intento de endurecer las leyes sobre asilo. La inestabilidad y las crisis de gobierno han sido una constante durante ese poco más de un año de ejecutivo.

Las proyecciones electorales auguran que el partido de Botenbal (Llamada Democratacristiana), que solo lleva cuatro años en política, pase de cinco escaños a cerca de 23, según apunta una encuesta de la televisión pública neerlandesa. El candidato de centroderecha, aunque quedaría todavía lejos de Wilders —pasaría de 37 a 34 representantes, de un total de 150—, obtendría resultados similares a los de la coalición ecologista y socialdemócrata que lidera el exvicepresidente de la Comisión Europea y uno de los principales impulsores de la Agenda verde de la Unión Europea, Fran.

De esta manera, y debido a que todos los principales partidos vetan a Wilders, el candidato que quede en segunda posición es en estos momentos el que parece que tendrá más probabilidades de acabar liderando al ejecutivo neerlandés. Sin embargo, nadie se atreve a especular mucho sobre los colores y dirigentes del próximo gobierno porque el sistema electoral de Países Bajos propicia una cámara muy fragmentada y con múltiples partidos políticos, lo que provoca que la aritmética parlamentaria sea muy variable.

Así, es clave que los principales partidos políticos de los Países Bajos hayan vetado la formación de Wilders. En los anteriores comicios, aunque ya ganó las elecciones con mucha diferencia, los partidos que le apoyaron para formar gobierno le pusieron como condición que él no liderara ni formara parte del ejecutivo. Por ese motivo, se puso un nombre de consenso, Dick Schoof, un ex alto funcionario de los servicios de inteligencia neerlandeses.

Esta vez, sin embargo, incluso los mismos partidos que le habían apoyado ahora se oponen en redondo a tomar la misma decisión por la inestabilidad que ha reinado en el último mandato y por la falta de diálogo de Wilders. De hecho, la extrema derecha ha vuelto a dinamitar a un gobierno neerlandés por motivos relacionados con la inmigración, tal y como ya había ocurrido con los ejecutivos anteriores liderados por el actual secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

Pocos cambios en la UE

El último gobierno neerlandés, aunque estuviera liderado por la extrema derecha, no ha supuesto ningún gran cambio de posicionamiento de los Países Bajos dentro de una Unión Europea que está escorando a la derecha a marchas forzadas. Como viene siendo habitual, el gobierno de coalición de Schoof se ha mostrado muy a favor en términos económicos de la austeridad y contrario a las políticas económicas expansivas que tradicionalmente promulgan los estados del sur de Europa, como Francia, España o Italia. En términos de política internacional, ha mantenido un duro tono contra el régimen de Vladimir Putin, favorable a Ucrania y gran defensor del rearme de la Unión Europea.

En la única cuestión que anteriormente podría haber chocado con Bruselas es en cuanto a la inmigración. Sin embargo, tanto la Comisión Europea como casi el global de la UE han abrazado durante los últimos años las tesis más duras contra los recién llegados, que antes eran exclusivamente de la extrema derecha e impensables a escala comunitaria. Por tanto, los Países Bajos ha sido, sencillamente, un estado miembro más presionando contra la migración.

Con todo, se prevé que los Países Bajos siga siendo uno de los estados miembros que, pese a no ser uno de los grandes de la UE (Alemania, Francia, Italia y España), suele jugar un papel clave en muchos debates de los pasillos de las instituciones europeas. Así, si pese a la inestabilidad de Wilders ha mantenido este rol todo apunta a que, gane quien gane y gobierne quien gobierne, el país neerlandés seguirá siendo influyente en Bruselas.

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