Las ciudades, campo de batalla y esperanza del Mediterráneo
Los alcaldes de la red MedCities buscan desde Barcelona soluciones para esta región atravesada por crisis simultáneas
BarcelonaEl Mediterráneo es un rincón del mundo atravesado por muchas crisis simultáneas: el genocidio en Gaza, el cambio climático, las migraciones y las desigualdades, y la deriva autoritaria. Las ciudades son el campo de batalla en el que confluyen todas estas crisis. Y también espacios donde, frente a la incapacidad de los estados, se buscan soluciones. Hablamos con cuatro alcaldes de ciudades de la región que participan en Barcelona en la asamblea anual de la red MedCities. Hasta 91 representantes de las ciudades han sellado la voluntad de cooperar en una declaración en la que se comprometen a actuar desde el ámbito municipal en cuestiones como la paz, el clima, el desarrollo económico y los derechos humanos.
Paz y seguridad
Maher Canawati, alcalde de Belén (Palestina)
El alcalde de Belén dice que no puede perderse la esperanza y ha llegado a Barcelona con una buena noticia: después de dos años sin celebraciones navideñas en la ciudad, ahora han decidido volver a poner un gran árbol frente a la iglesia de la Natividad. Nadal vuelve a Belén como una muestra de resiliencia. "No hay palabras para describir lo que ocurre en Gaza, y es evidente que a los estados les cuesta cambiar políticas que mantienen desde hace décadas, pero el apoyo de la gente y de muchos ayuntamientos de Europa es un gran mensaje de que el mundo no se ha olvidado del pueblo palestino. Y eso nos ayuda mucho", afirma. La receta del alcalde para llevar la paz al Mediterráneo se resume en una sola palabra: "Justicia, porque sin justicia no habrá paz ni futuro".
Crisis climática y sostenibilidad
Majlinda Bufi, alcaldesa de Roskovec (Albania)
El mar Mediterráneo se considera un sitio de alta concentración de contaminación. El agua se calienta un 20% más rápido que la media mundial y se vierten anualmente más de 200.000 toneladas de plásticos. Éste es un problema que toca de cerca Albania, que tiene el reto de mejorar la gestión de residuos urbanos para continuar con el camino de la integración en la Unión Europea. En la localidad albanesa de Roskovec son muy conscientes de este reto común y llevan tiempo poniendo en marcha iniciativas para implantar una economía circular: compostaje de residuos orgánicos para producir fertilizante para los agricultores, venta de papel reciclado y un futuro proyecto para producir pellets de madera para calentar las escuelas. Además, han construido un parque fotovoltaico que les permite "cubrir gran parte de las necesidades energéticas con energía solar", sostiene la alcaldesa.
Bufi reivindica que las ciudades deben ser actores centrales en este combate: "Las políticas deben diseñarse desde los gobiernos y los ministerios. Pero las ciudades son la puerta más cercana al ciudadano. Cuando una persona tiene un problema, va al ayuntamiento. Por eso las ciudades son el espacio clave para apoyar directo a la población". Y también destaca la necesidad de cooperación entre municipios, para encontrar soluciones comunes a estos retos compartidos.
Desigualdades sociales
Mustafa Hijazi, alcalde de Saida (Líbano)
El alcalde de Saida, la antigua Sidón del sur del Líbano, Mustafa Hijazi, explica que hace décadas que la suya es una ciudad de acogida. Acoge el mayor campo de refugiados palestinos fuera de Palestina, desde 1948, y que también ha absorbido la llegada masiva de refugiados sirios y desplazados internos durante las sucesivas crisis. En los momentos más tensos, asegura, Saida, de 200.000 habitantes, ha llegado a recibir hasta 35.000 personas desplazadas. Hijazi dice que su trabajo consiste en "calmar las cosas", toda una lección para una Europa que tiembla ante la llegada de unos pocos miles de refugiados, instrumentalizada por la ultraderecha.
Hijazi advierte que esta presión sostenida "tensa hasta el límite" las infraestructuras básicas –agua, electricidad, alcantarillado– y reclama que la comunidad internacional apueste por empoderar a las municipalidades con proyectos transformadores, y no solo con ayudas económicas puntuales. "Habrá más guerras y más crisis y debemos estar preparados, pero yo dirijo la unidad de gestión de emergencias y puedo decirte que nuestros almacenes están vacíos". También denuncia que la gobernanza centralizada impide a las ciudades tomar decisiones ágiles y defiende la cooperación entre ciudades mediterráneas como herramienta útil para construir una "visión estratégica", otra cosa que parece haber desaparecido del diccionario de los estados.
Migraciones
Nazar Fakih Lanjri, vicepresidente del municipio de Tetuán (Marruecos)
El vicepresidente del municipio de Tetuán, Nazar Fakih Lanjri, explica que su ciudad es un punto clave de paso migratorio hacia Europa, tanto de jóvenes subsaharianos que huyen de sus países de origen como de los propios marroquíes. Admite que éste es uno de los principales problemas que afronta Marruecos, la fuga de talento: "Cada año más de 500 o 600 licenciados en medicina se marchan de Marruecos nada más terminar los estudios, sobre todo hacia Europa, lo que genera un déficit claro en el ámbito sanitario". Por eso las autoridades locales trabajan con las instituciones marroquíes y españolas para reducir la emigración irregular y fomentar el retorno y la inserción laboral local de los jóvenes a través de formación y acompañamiento empresarial. "Si existe un auténtico desarrollo económico, industrial, con creación de empleo y riqueza, la gente se queda", afirma. Lanjri también detecta otro éxodo, el de personas que emigran del campo a la ciudad: más del 70% de la población del país vive en áreas urbanas, por lo que reivindica que las ciudades deben ser actores fundamentales en las políticas públicas.
Democracia
Clare Hart, vicepresidenta de la metrópoli de Montpellier (Francia)
Uno de los retos más graves que afrontan las ciudades es la extrema derecha. La vicepresidenta de la metrópoli de Montpellier, Clare Hart, sostiene que Europa y Estados Unidos viven un repliegue identitario que intenta enfrentar el "Sur Global" con Occidente. "Nosotros, las ciudades y la red de las MedCities, trabajamos para superar este repliegue, que es la base del populismo y de la extrema derecha: el rechazo del multilateralismo y de las instituciones internacionales", sostiene, y reivindica estos encuentros como los "puentes que deben mantenerse de una ciudad a otra". "Hay que defender por todas partes la democracia, el estado de derecho, las elecciones libres, la libertad de expresión. En el norte del Mediterráneo debemos apoyar a ciudades que hoy luchan por la libertad, como las ciudades turcas".
Hart reconoce que "en Francia nadie sabe qué pasará en las próximas elecciones". Y esto plantea una pregunta: ¿cómo defender la democracia desde las ciudades cuando la extrema derecha llega a las instituciones? Montpellier está rodeada por ciudades gobernadas por la extrema derecha y, sin embargo, resiste. Para Hart, la clave está en fortalecer la red y una política de tolerancia cero. "No dejamos pasar nada. Ninguna acción queda sin respuesta. En Montpellier, vamos a permitir que nadie nos dicte cómo vivir", asegura.