Unión Europea

La extrema derecha ya mina la Unión Europea desde dentro

La derecha radical europea logra ocupar puestos de poder e influir en las políticas del bloque comunitario, sobre todo en ecologismo e inmigración

El presidente de Reagrupament Nacional, Jordan Bardellan, y eurodiputado de Patriotes por Europa.
12/07/2025
3 min

EstrasburgoUna de las obsesiones de la extrema derecha europea era acabar con el proyecto europeo. La Unión Europea era el origen de todos los males y abogaban por que los Estados miembros recuperaran todas las competencias que han cedido a Bruselas. Sin embargo, el tono de las formaciones de, por ejemplo, la italiana Giorgia Meloni o Marine Le Pen contra el blog comunitario se ha suavizado y cada vez están copando más espacios de poder dentro de las instituciones europeas. Así pues, han dejado de jugar sólo el papel de eterno rebelde en la UE para desempeñar un papel activo en su gobernabilidad y participando completamente de las decisiones que se toman.

El último ejemplo se ha visto en la Eurocámara esta última semana. Patriotas por Europa, que es uno de los grupos europarlamentarios más escorados en la extrema derecha, ha conseguido liderar la tramitación en el Parlamento Europeo de una de las leyes más importantes de la agenda europea verde: la que marca las obligaciones y las medidas a tomar para reducir un 90% las emisiones de dióxido de carbono en 1990 respecto a los niveles9 Pen o, entre otros, de Vox no habría conseguido sin el apoyo de los otros grupos de extrema derecha y los votos a favor del Partido Popular Europeo, que ya ha roto definitivamente el cordón sanitario.

El hecho de dirigir la tramitación de esta ley en la Eurocámara permitirá a Patriotes por Europa influir de lleno en las negociaciones y marcar los tempos de los procesos legislativos; es decir, puede ponerle trabas. En este sentido, el presidente de Reagrupament Nacional, el francés Jordan Bardella, ya ha avisado de que está "completamente" en contra de esta ley y que pretende "dejar clara" su "visión". Ante esto, la mayoría de grupos parlamentarios querían tramitar de urgencia esta ley ecologista para evitar que se quedara en manos de la extrema derecha, pero el Partido Popular Europeo también lo ha evitado.

De hecho, si la extrema derecha ha logrado entrar en la sala de máquinas de las instituciones europeas es en gran parte gracias a los conservadores. Por primera vez en la historia, la derecha y la extrema derecha suman mayoría y, por tanto, pueden tramitar iniciativas con los votos en contra de los socialdemócratas –que es la segunda familia con más eurodiputados del Parlamento Europeo– ni los liberales y los verdes, que forman la conocida como la gran coaliciónDe esta manera, cuando los conservadores quieren aprobar medidas contra la lucha por el cambio climático o la inmigración a veces optan por aliarse con la extrema derecha y obvian el Partido Socialista Europeo, que ha visto mermar su influencia en la Eurocámara en la Comisión Europea Consejo de la UE, que es la institución que representa a los estados miembros. Tampoco nunca había ocupado un cargo tan importante como una vicepresidencia en el ejecutivo comunitario y, esta legislatura, uno de los hombres fuertes de Meloni, Raffaele Fitto, fue nombrado al frente de la cartera de Cohesión y también con el presupuesto comunitario. club europeo dirigentes como Meloni o, por ejemplo, el nuevo primer ministro belga, Bart De Wever, que antes de llegar al poder se habían mostrado muy críticos con la UE. Así pues, por lo general no vetan ni ponen trabas a los consensos generales del resto de socios, al contrario del húngaro proruso Viktor Orbán.

La UE abraza las medidas de la extrema derecha

La extrema derecha no sólo está consiguiendo sillas de poder en las instituciones europeas, sino también cambiar el rumbo del proyecto europeo en distintos sentidos. Lo claro está en la agenda verde: ha pasado de ser una de las joyas de la corona de la UE a una ambición desmedida que hay que rebajar para no perder competitividad, según defienden ahora la mayoría de los dirigentes europeos. Se trata de un discurso que la extrema derecha hace tiempo que repite hasta el aburrimiento y ahora está empezando a cosechar sus frutos, con flexibilizaciones y rebajas de todo tipo de medidas ecologistas.

También es evidente la mano de la extrema derecha en cuestiones de inmigración. Hasta hace pocos meses, la deportación de solicitantes de asilo fuera del territorio de la UE parecía una línea roja que no podía traspasarse y la propia Comisión Europea advertía que no cumplía con el derecho humanitario e internacional. En cambio, en la última legislatura Von der Leyen ha presentado un paquete de medidas antiinmigración para dotar de un marco legal para permitir este tipo de expulsiones, una de las principales reivindicaciones de la extrema derecha.

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