Entradas de 22.000 euros para ver el Arsenal: los regalos polémicos para Keir Starmer en plenos recortes
La mujer del 'premier' también ha recibido obsequios de un donante del Partido Laborista
LondresHay sacrificios que el primer ministro británico, Keir Starmer, no está dispuesto a realizar. Aunque sea a expensas de su imagen pública de hombre honesto y seguidor de la ley, como buen ex fiscal general de la Corona que es. Por ejemplo, renunciar a asistir en directo a un partido del Arsenal, su equipo. Desde las elecciones del 2019 ha aceptado más de una veintena de pases VIP para ver a los Gunners, tanto en el Emirates Stadium como en algunos desplazamientos, por un valor de 19.340 libras (22.880 euros). En total, el valor de los regalos que ha recibido en los últimos cuatro años y medio asciende a 100.000 libras (118.000 euros). Se incluye de todo: conciertos, ropa, gafas, alojamientos. Es el líder laborista que más prebendas ha aceptado nunca.
El pasado domingo el Tottenham y el Arsenal se enfrentaban en la cuarta jornada de la Premier League en lo que es considerado el clásico del norte de Londres. Ganaron los de Starmer –mejor dicho, los de Mikel Arteta– por 0 a 1 en un partido en el que las crónicas aseguran que los locales merecieron mejor suerte. Y el premier le vio acompañado del responsable del Foreign Office, David Lammy, seguidor apasionado de los Spurs. Al final del encuentro, el jefe de la diplomacia británica dejó testigo a X. Decía: "El equipo del jefe ha ganado en esta ocasión, aunque [el Tottenham] ha jugado mejor, pero todavía estamos al principio de la temporada".
El el día siguiente, aprovechando la imagen difundida por Lammy, el Daily Mail dirigía una cuestión directa al jefe de gobierno en uno de sus titulares: "¿Pero quién pagó las entradas, Keir?" La pregunta no era nada inocente. Porque en las últimas horas ha reavivado una información conocida el pasado julio según la cual desde las elecciones de diciembre del 2019, Starmer había aceptado regalos de distintos donantes del partido por valor de 76.000 libras (90.000 euros). Más los últimos obsequios que ha declarado después de llegar a Downing Street suman las citadas 100.000 libras.
Últimamente, por ejemplo, se ha beneficiado de entradas para conciertos de Cold Play en 698 libras (825 euros) o Taylor Swift (cuatro entradas a mil libras cada una: 4.700 euros) o los más recientes partidos del Arsenal. En abril de este año también recibió donaciones por valor de 16.200 libras (19.200 euros) para comprarse ropa y otras 2.450 libras (3.000 euros) para gafas y 20.000 libras (23.600 euros) más en alojamientos.
Sorprende tanto gasto en gafas: sólo se podría justificar con la esperanza de que le permitan ver bien y bien claro, en especial en materia económica. Una clarividencia que este pasado lunes han puesto en duda algunos de los más prestigiosos economistas que trabajan en el país, como Mariana Mazzucato, y que apoyaron el laborismo durante la campaña electoral.
En una carta abierta al Financial Times –firmada con otros miembros destacados de la academia y la política británica–, Mazzucato pedía al gobierno que abandone sus planes fiscales. Es necesaria inversión pública para favorecer el crecimiento. Si lo que pretende Downing Street es reducir el déficit con recortes, lo que se impulsa es "un pensamiento a corto plazo que crea un sesgo contra la inversión", decían los firmantes. Y la falta de inversión pública es una de las causas centrales de la muy baja productividad del Reino Unido, añadían.
¿Anécdotas o problemas estructurales?
Pero la política británica hace tiempo que no se ocupa de los problemas estructurales, tampoco del Brexit –el laborismo no se atreve a mencionarlo–, causa directa de que el comercio de mercancías entre la UE y el Reino Unido haya caído en picado, según un estudio hecho público el martes. Muchos pequeños productores han renunciado a exportar a la Unión por no tener que sufrir la burocracia que supone, según el informe de la Aston University Business School. Entre 2021 y 2023 las exportaciones de bienes del Reino Unido a la UE se han reducido el 27% y las importaciones cayeron el 32%. Pero sobre todo los británicos salieron perdiendo. Sin embargo, el gobierno no llama ni burro ni bestia.
Westminster prefiere dedicarse a cuestiones… anecdóticas? ¿Lo son? En cualquier caso, los citados regalos que ha aceptado Starmer y también su esposa, Victoria, han ocupado buena parte de los titulares locales desde el domingo.
El Daily Mail –un diario conservador– puso el foco en las entradas del fútbol –no en la economía o el Brexit– aprovechando la semilla plantada el día anterior por el The Sunday Times –otro medio conservador–, que denunciaba que la mujer del primer ministro había recibido regalos de un donante laborista por valor de 5.000 libras (6.000 euros) en trajes, las modificaciones necesarias que hubo que hacer y también para el coste de uno personal shopper. Unos regalos que, crucialmente, Starmer habría declarado fuera del plazo al que estaba obligado: 28 días. El donante, tal lord Waheed Alli, es el mismo que ha provisto de ropa, gafas y alojamiento Starmer, y que también ha disfrutado de un paso de libre acceso a Downing Street entre julio y mediados de agosto, hasta que se va publicó una información sobre el tema y se le canceló, para evitar suspicacias.
El lunes, desde Roma, Keir Starmer fue preguntado sobre sus gastos en ropa, gafas y entradas de fútbol por los periodistas que le acompañaron en su visita a Giorgia Meloni. Starmer dijo: "Soy un gran fan del Arsenal. No puedo entrar en las gradas por motivos de seguridad. Por tanto, si no acepto un regalo, no puedo ir a un partido. Puedes decir: 'Bueno, mala suerte' . Por eso hay que registrar los regalos. Pero no volver nunca a un partido del Arsenal porque no puedo aceptarlos es llevarlo un poco al extremo, ¿verdad?
¿Es razonable que al primer ministro oa su mujer les pague la ropa un donante del partido cuando tiene un sueldo de 166.000 libras anuales, casi 200.000 euros? Los conservadores han intentado denunciar al comité de ética parlamentaria el retraso en la declaración de los presentes a Victoria Starmer por hervir la olla y crear una tormenta política. Pero no han salido adelante. Al fin y al cabo, nunca vieron ninguna polémica en las donaciones millonarias que recibía Boris Johnson. Entre otras muchas, los 131.612 euros que costó la nueva decoración de las dependencias privadas de Downing Street. El rollo de papel para las paredes costaba mil libras.
Algunos ministros y secretarios de estado han tenido dificultades para justificar tanto dinero en regalos. Y la izquierda del laborismo ya ha criticado abiertamente el nivel de donaciones que ha recibido Starmer, quien también en Roma insinuó que seguiría aceptando. Owen Jones, en otros tiempos militante del partido y entusiasta de Jeremy Corbyn, ha dicho a X: "Que los ministros lo pasen mal para defender el comportamiento indefendible del primer ministro normalmente llega al final de un gobierno. Y éste sólo lleva dos meses .Starmer les ha obligado a defender que él sea regado con regalos mientras recorta el apoyo a los pensionistas con dificultades. Quizás, al fin y al cabo, las donaciones y los regalos, como el Brexit o los objetivos fiscales, son también cuestiones estructurales de una política británica desorientada y de un gobierno que no ha empezado con buen pie.