Europa, entre Putin y Donald Trump, a los 80 años del VE Day

La guerra de Ucrania y el rearme de la UE definen el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el continente

Soldados del ejército ucraniano, que entrenan en Reino Unido, durante el desfile del Día de la Victoria en Europa, este pasado lunes, en el centro de Londres.
08/05/2025
4 min

LondresUna sección de honor ucraniana tomó parte el pasado lunes en el desfile militar de 1.300 soldados que recorrió el centro de Londres, y que abría los actos de conmemoración en Reino Unido del 80 aniversario del VE Day en Europa (Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial). En la avenida de Whitehall, que conecta la plaza del Parlament con Trafalgar Square –donde se concentran varios ministerios británicos–, los edificios lucían la Union Jack (la bandera británica) y la bandera de Ucrania.

Que ocho décadas después de la derrota del régimen nazi, con el sacrificio de millones de vidas y el esfuerzo combinado de los aliados –incluidos los soviéticos, que avanzaban desde el este–, una pequeña representación de once soldados del ejército de Volodímir Zelenski –del contingente que se entre banderas azul y amarilla a lo largo del recorrido que completaban los uniformados, debe leerse como el indicador más desgarrador de la tensa situación geopolítica que vive el continente.

El VE Day de este jueves habla más del presente en guerra que vive Europa, que de un pasado de lucha por la libertad que, para muchos millones de ciudadanos europeos, es sólo historia. Pero el entorno ha cambiado. Y Europa celebra la victoria sintiéndose, al mismo tiempo, amenazada por la Rusia de Vladimir Putin y abandonada por el tradicional amigo americano, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Una encuesta de YouGov, difundida el martes y hecha en cinco países europeos (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España), indica que entre el 41% y el 55% de los consultados creen que una tercera guerra mundial es muy probable dentro de cinco o diez años. También el 45% de los estadounidenses lo creen.

¿Unidad europea y transatlántica?

Al tiempo que tenía lugar el desfile de Londres este lunes, en Wageningen (Países Bajos), donde se celebraron las conmemoraciones de la victoria y la liberación del país de las últimas tropas nazis, el primer ministro polaco, Donald Tusk, reflexionó ante el anfitrión, Dick Schoof, sobre la situación actual a raíz de la invasión rusa de Ucrania: "Ya es el tercer año que celebramos el aniversario de nuestra victoria sobre el Tercer Reich bajo la sombra de la agresión rusa contra Ucrania. Esto lo cambia todo. Ante las amenazas que supone la Rusia de Putin, debemos profundizar nuestra unidad europea y transatlántica y necesitamos una solidaridad de genuina".

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk (a la izquierda), y el primer ministro de Países Bajos, Dick Schoof, llegando a los actos finales del Día de la Victoria, en Amsterdam, este lunes.

Estas palabras, comprensibles en un contexto en el que Polonia tiene Rusia en sus puertas, reflejan la realidad de un país que planea introducir el entrenamiento militar para todos los hombres y que, como miembro de la OTAN, es uno de los socios que más invierten en defensa (el pasado año, el 4,1% del PIB). Para consolidar aún más sus lazos con la Europa occidental, Polonia firmará este viernes en París, en el mismo momento en que Putin esté celebrando su propio desfile de Francia en Moscú, un tratado.

El encuentro entre Tusk y Emmanuel Macron, que ratificará un acuerdo fruto de largos años de negociaciones, quiere demostrar en Washington que Polonia no sólo depende de EEUU, sino que también tiene aliados nucleares poderosos en Europa Francia sigue una doctrina ambigua sobre el uso de armas nucleares para proteger a "intereses vitales poner esta fuerza de disuasión nuclear al servicio de una defensa conjunta europea. Que le llovieran críticas, tanto desde la derecha como desde la izquierda, demuestra, sin embargo, lo delicado que es el tema.

Por su parte, a finales de marzo, durante una visita a un submarino nuclear Vanguard, y tras presenciar un ejercicio de maniobras, el primer ministro británico, Keir Starmer, dijo a la tripulación: "En el fondo de nuestro corazón, sabíamos que llegaría el momento de tomar la iniciativa", en relación con la vulnerabilidad de Europa y la vulnerabilidad de Europa y militar.

El paraguas de Estados Unidos ya no se puede garantizar. Starmer, como Tusk en los Países Bajos hace sólo tres días, dijo también: "Mucha gente nos insta a elegir entre EE.UU. y Europa", dijo. "Churchill no lo hizo. Attlee no lo hizo. Sería un gran error, en mi opinión, elegir ahora".

El rol de Trump

Sin embargo, la gran diferencia es que Donald Trump ya parece haber elegido, y que hablar de profundización de la "relación transatlántica" es más un ejercicio de la voluntad que de la razón. América primero y, después, Rusia, ha dicho Trump; al menos si se tiene en cuenta la gran presión sobre Zelenski -y la muy poca sobre Putin- en las mal llamadas conversaciones de paz, que, a juicio de los expertos consultados por el ARA, ni siquiera lo son, y que no han conducido a un alto el fuego de treinta días, como anunciaba la Casa Blanca.

Putin se ha limitado a decretar uno, de sólo setenta y dos horas (los días 8, 9 y 10 de mayo), con motivo de la celebración rusa de la victoria sobre los nazis, que tendrá lugar este viernes en Moscú, con la presencia de una nutrida representación de líderes extranjeros: entre otros, Xi; Lula da Silva, de Brasil, y Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia.

La sensación general en Europa es que "Estados Unidos ya no es un socio fiable", en palabras del ex embajador alemán en Washington, Peter Wittig. No por casualidad, uno de los muchos retos del apenas nuevo canciller Friedrich Merz es poner en marcha el plan de rearme, para el que logró, antes de ser investido, poner fin al freno de la deuda para aumentar el gasto en defensa e infraestructuras. Un rearme que también impulsa la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha asegurado, a su vez, que "Occidente, tal y como lo conocíamos, ya no existe".

Ochenta años después, pasadas tres generaciones desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa se encuentra en un cruce. Las ocho décadas de paz –relativa, si no se tiene en cuenta la Guerra Fría y la guerra de la ex-Yugoslavia– podrían quedar, por citar a Churchill en relación con el Día de la Victoria, "en un breve período de alegría".

El presidente de Serbia viaja a Moscú invitado por Putin

El presidente de Serbia, el nacionalista populista Aleksandar Vucic, ha aterrizado este miércoles en Moscú, donde asistirá el viernes al desfile con motivo del Día de la Victoria, según ha informado él mismo en sus redes sociales. Vucic participará en las celebraciones del 9 de mayo en Rusia y se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, en contra de las advertencias de Bruselas a los países candidatos a ingresar en la Unión Europea (UE) para que no rompan el aislamiento internacional de Putin impulsado a raíz de la invasión en Ucrania. Serbia negocia desde hace años su entrada en la UE, pero no ha alineado plenamente la política exterior con el blog comunitario. "Después de muchos años, estoy de nuevo en Moscú. Estoy orgulloso de la lucha antifascista de mi pueblo serbio y agradecido por la enorme ayuda que recibimos del Ejército Rojo durante la liberación de Serbia", ha escrito Vucic en Instagram. Su vuelo desde Belgrado hasta Moscú no pudo seguir la ruta habitual debido a la prohibición impuesta por Lituania, Letonia y Estonia y tuvo que sobrevolar Turquía.

stats