Europa

Macron tensa la cuerda y vuelve a nombrar primer ministro Lecornu

La extrema derecha y la izquierda radical anuncian que censurarán de inmediato al nuevo jefe de gobierno

Sebastien Lecornu
10/10/2025
4 min

ParísTras cinco días de caos en la política francesa, el presidente de la República ha nombrado finalmente a un primer ministro este viernes, con la esperanza de cerrar la enésima crisis. Sin embargo, Emmanuel Macron no ha ido a buscarlo muy lejos. En una nueva pirueta surrealista, ha elegido, de nuevo, a Sébastien Lecornu, que hace sólo cuatro días anunciaba su dimisión y dos días después aseguraba que no volvería a ser jefe de gobierno. "Mi misión ha terminado", había afirmado. Con el nombramiento de Lecornu, figura procedente de la derecha y muy cercana al presidente, se cierra definitivamente la posibilidad de un gobierno de izquierda.

"Acepto –como deber– la misión que se me ha confiado", ha escrito en X Lecornu minutos después de volver a ser nombrado. "Hay que acabar con esta crisis política que está exasperando a los franceses ya esta inestabilidad que es mala para la imagen de Francia y sus intereses", ha subrayado.

Su nombramiento cuatro días después de dimitir ha creado estupor entre los partidos de la oposición. "Increíble", ha reaccionado la líder de los ecologistas, Marine Tondelier. Francia Insumisa (LFI) ya ha anunciado que presentará una moción de censura inmediata, probablemente la próxima semana. A estas alturas es difícil saber si tiene posibilidades de aprobarse, dependerá de lo que decidan votar los socialistas y la derecha.

En la extrema derecha, los de Le Pen ya han anunciado que censurarán a Lecornu. Volver a situar a Lecornu al frente del gobierno "es una broma de mal gusto, una vergüenza democrática y una humillación para los franceses", ha afirmado el presidente de Reagrupament Nacional, Jordan Bardella.

Críticas de los macronistas

Desde este viernes a primera hora de la mañana, su nombre ya sonaba como jefe del gobierno, aunque volver a apostar por un primer ministro dimitido había levantado ya las críticas tanto de los partidos de izquierda como de los propios macronistas. Sin embargo, el inquilino del Elíseo defiende que Lecornu, a diferencia de los anteriores jefes de gobierno, nunca ha sido censurado por la Asamblea. En rigor, la idea es cierta pero a la vez artificiosa porque dimitió ante la más que probable censura tras las críticas de los partidos por haber nombrado a un gobierno con casi los mismos ministros que el ejecutivo que había tumbado la Asamblea. El problema de volver a apostar por él "es el mensaje que enviamos a los franceses", aseguró este viernes la ministra de Transición Ecológica en funciones, Agnès Pannier-Runacher.

Ahora Sébastien Lecornu tendrá que nombrar un nuevo gobierno en los próximos días, que tendrá como prioridad máxima aprobar los presupuestos para 2026. Y tendrá que aprobarlos en un tiempo récord. El lunes termina el plazo legal ordinario para que el ejecutivo presente el proyecto de presupuestos, aunque existe una fórmula para hacerlo fuera de plazo. En cualquier caso, es una cuestión urgente, sobre todo teniendo en cuenta que Francia se ha convertido en uno de los peores alumnos de la zona euro, con un crecimiento muy modesto, una deuda de las más elevadas y un déficit muy por encima de lo que permite Bruselas.

Gobierno en minoría

Sin embargo, el nuevo ejecutivo contará con menos apoyo político que el anterior, algo que puede complicar aún más las cosas. Durante las negociaciones de esta semana, Macron ha perdido el apoyo del partido de Els Republicans (derecha), que se alejan del gobierno por las ambiciones presidenciales de su líder, Bruno Retailleau, hasta ahora ministro del Interior. Retailleau, que aspira a ser el candidato de la derecha a las presidenciales de 2027, ha calculado que le sale más a cuenta marcar distancias con el presidente de la República.

Uno de los partidos que ha sido siempre aliado de Macron, Horitzons, liderado por el ex primer ministro Édouard Philippe, también ha insinuado que podría renunciar a formar parte del nuevo gobierno si éste toca una coma de la reforma de las pensiones, una de las concesiones que el nuevo primer ministro podría hacer a la izquierda. Philippe, al igual que Retailleau, también quiere presentarse a las elecciones presidenciales.

El nuevo primer ministro ya advirtió el miércoles de que parte del problema por encontrar un acuerdo de gobierno eran las ambiciones presidenciales de algunos líderes, que quieren marcar distancias con el macronismo para tener más perfil propio. Y esto complica hacer concesiones y llegar a acuerdos. "Todas las ambiciones son legítimas y útiles, pero quienes entren en el gobierno deben comprometerse a desconectarse de las ambiciones presidenciales para 2027", ha advertido Lecornu este viernes por la noche.

Asamblea fragmentada

Con el nombramiento de un primer ministro, Macron aleja la posibilidad de elecciones legislativas anticipadas –al menos por ahora– y pasa página a una semana difícil para Francia, que nada en la inestabilidad política desde junio del 2024, cuando las elecciones legislativas dejaron una Asamblea Nacional extremadamente fragmentada, sin mayorías sólidas. La fragmentación hace que censurar gobiernos sea relativamente fácil y que formar gobierno con apoyo parlamentario suficiente sea extraordinariamente complicado.

Pese a que Francia ya tiene primer ministro, la inestabilidad es más que previsible que continúe hasta que se renueve el Parlamento. "Vamos a censurarlo todo", había advertido esta semana Le Pen.

Macron había reunido esta tarde en el Elíseo a los líderes de los principales partidos en un encuentro para buscar consensos calificada por el Elíseo de "momento de responsabilidad colectiva", pero la reunión ha terminado sin ningún acuerdo concreto y con los partidos muy molestos por lo que consideran una falta de flexibilidad del presidente. Macron había ofrecido a la izquierda aplazar un año la entrada en vigor del aumento de la edad de jubilación, propuesta considerada insuficiente por las formaciones progresistas. Ni la extrema derecha de Marine Le Pen ni la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon –los dos partidos que reclaman elecciones con mayor vehemencia– han sido invitadas a la reunión.

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