Los laboristas ganan las elecciones en Noruega pese a que la ultraderecha se dispara
El bloque de centroizquierda obtendría mayoría absoluta y podría mantenerse en el gobierno, según los resultados provisionales
BarcelonaEl Partido Laborista (Arbeiderpartiet) ha ganado las elecciones legislativas en Noruega con un 28% de los soportes y 53 escaños, según los resultados todavía provisionales. Las proyecciones de la autoridad electoral, con un 62,5% de los votos escrutados, apuntan a que el bloque de centroizquierda obtendría 87 escaños y superaría en dos diputados la cifra que marca la mayoría absoluta en el Parlamento noruego. Así, Jonas Gahr Store podría repetir como primer ministro en los próximos cuatro años, si logra que sus socios tradicionales le mantengan apoyo.
La victoria del bloque de centroizquierda, sin embargo, no esconde un cambio de tendencia muy significativo al otro lado del espectro político. El Partido del Progreso (FrP por sus siglas en noruego), una formación de derecha populista con cuatro décadas de historia, ha recuperado el terreno perdido en el fuerte batacazo que sufrió en las elecciones anteriores. El partido, a menudo descrito como ultraderechista, obtuvo un 23,9% de los votos (12 puntos más que hace cuatro años) y 48 escaños (27 más). De esta manera, hace el sorpasso en el partido conservador (Hoyre), que se queda en tercera posición con un 14,6% de los votos (casi seis puntos menos) y 24 escaños (12 menos), los peores resultados en veinte años.
Aunque, según los resultados actuales, entrarían en el Parlamento nueve partidos, sólo optan a ser primeros ministros los líderes de los laboristas, del Partido del Progreso o de los conservadores. Si finalmente Jonas Gahr Store no lograra suficientes apoyos, la alternativa debería ser o bien Erna Solberg, líder conservadora que ya fue jefe del gobierno noruego entre 2013 y 2021, o bien Sylvi Listhaug, líder del Partido del Progreso.
La alta fragmentación de la cámara baja noruega obliga tradicionalmente a tener que pactar y gobernar en coaliciones de varios partidos. Por eso, los medios suelen hablar de blogs ganadores, y no de partidos. Si se mantienen las cifras provisionales, el bloque de centroizquierda –blog "roig-i-verd"– obtendría 87 escaños, y el de centroderecha, 82.
En 2021, después de ocho años de gobierno de derechas, el bloque de izquierdas ganó mucho más cómodamente: entre todos los partidos del blog (laboristas, Partido de Centro, Izquierda Socialista, Partido Rojo y Verdes) sumaban 100 escaños.
Las últimas encuestas auguraban una victoria de los laboristas con un 27% de los apoyos. Desde enero, el partido gobernaba en minoría, después de que el Partido de Centro abandonara la coalición por discrepancias sobre las medidas energéticas. La formación, antieuropeísta y proteccionista, se opuso a la adopción de un paquete de medidas energéticas de la UE. Noruega no forma parte de la UE, pero sí del Espacio Económico Europeo (EEE), lo que supone que debe adoptar la legislación comunitaria en ciertas áreas. El Partido de Centro ha sido el más perjudicado en estas elecciones: ha obtenido un 5,6% de los soportes, ocho puntos porcentuales menos que hace cuatro años.
Poco después de la salida de los centristas, el gobierno laborista se vio reforzado con el regreso por sorpresa a la política noruega de Jens Stoltenberg, hasta entonces secretario general de la OTAN, que asumió el ministerio de Finanzas.
Una campaña en clave económica
La campaña electoral ha estado marcada sobre todo por cuestiones económicas, como la inflación, la política fiscal, el precio de la vivienda y la posible eliminación del impuesto de patrimonio.
En declaraciones a los periodistas tras votar este lunes, el primer ministro ha afirmado que la cuestión que más ha pesado en la decisión de los votantes ha sido el aumento de los precios. "La cuestión de cómo afrontar los gastos diarios ha sido clave... Y también qué pasa con Noruega con la guerra en Ucrania, Oriente Medio y cómo aseguramos nuestra política exterior de una manera predecible", ha dicho.
Los laboristas abogan por mantener los impuestos al nivel actual, mientras que algunos de los otros partidos de izquierda defienden subirlos a las rentas más altas. La derecha promete rebajas generalizadas y eliminar el impuesto al patrimonio. El Partido del Progreso ha realizado una campaña muy centrada en la reducción de los impuestos y ha atraído a votantes tanto de los conservadores como de los centristas.