Francia

Lecornu, amenazado con una moción de censura al día siguiente de ser nombrado primer ministro

El nuevo mandatario francés busca gobierno a contrarreloj y promete "caras nuevas"

El primer ministro francés, Sebastién Lecornu, hablaba con la prensa este sábado en un suburbio del sur de París.
11/10/2025
3 min

ParísEl presidente de la República, Emmanuel Macron, sorprendía el viernes por la noche nombrando, de nuevo, a Sébastien Lecornu como primer ministro. Cuatro días antes, Lecornu había dimitido ante la amenaza de una moción de censura y de la intención de salir del ejecutivo de uno de los socios de gobierno, Els Republicans (LR). Hacía sólo 14 horas que había nombrado a su gobierno. Que el presidente le haya vuelto a situar al frente del gobierno no ha sido bien recibido por los partidos de la oposición: al día siguiente de su nombramiento, su cargo ya peligra.

"Censuraremos de inmediato" al nuevo primer ministro, advertía Jordan Bardella, presidente de Reagrupament Nacional, la extrema derecha de Marine Le Pen. Bardella ha calificado el nombramiento de Lecornu de "vergüenza democrática" y "humillación de los franceses". Al otro lado del arco parlamentario, Francia Insumisa, liderada por Jean-Luc Mélenchon, tampoco tardaba ni cinco minutos este viernes por la noche en anunciar que intentarán derribar al futuro gobierno con una moción de censura "inmediata".

Con la extrema derecha y la izquierda radical dispuestas a todo, la clave para que prospere o no la moción de censura la tienen los socialistas. Son la única esperanza de Macron y Lecornu para que el gobierno –que está por nombrar– se mantenga al menos hasta que los presupuestos para el 2026 sean aprobados. Por ahora, los socialistas también se sumarían a la censura, pero han dejado la puerta abierta a negociarlo. Su condición para no censurar es que se suspenda la reforma de las pensiones de Macron, aprobada en el 2023 y que alargaba su edad de jubilación hasta los 64 años con un calendario progresivo.

Suspensión de la reforma de las pensiones

"En ausencia de una suspensión inmediata y completa de la reforma de las pensiones", votaremos la censura, advirtió este sábado el secretario general del Partido Socialista, Pierre Jouvet. Tanto los socialistas como los ecologistas están muy enfadados por la negativa del presidente a nombrar a un primer ministro de izquierda y por la rigidez de Macron, al que acusan de ser inflexible con sus posiciones. Sin embargo, de las palabras de Jouvet se desprende que están dispuestos a negociar para no dejar caer al gobierno y, sobre todo, para aprobar los presupuestos. La suspensión de la reforma de las pensiones se encuentra en el centro de sus reivindicaciones y será, con toda probabilidad, el caballo de batalla de las negociaciones.

No será fácil porque si Macron y Lecornu aceptan la suspensión de la reforma de las pensiones, podrían perder el apoyo de la derecha. Los Republicanos, hasta ahora socio de gobierno de los macronistas, han anunciado que no van a participar en el nuevo gobierno, pero estarían abiertos a apoyar los presupuestos. Ahora bien, para ellos la reforma de las pensiones es una línea roja y amenazan con dejar caer al gobierno si se toca la reforma. Las posiciones de la derecha y de la izquierda parecen irreconciliables y es lo que puede acabar haciendo que la moción de censura prospere. Si unos u otros la votan, la censura se aprobará.

Butifarra a los franceses

El empeño de Macron en mantener a Lecornu como primer ministro contra viento y marea ha sorprendido. Incluso en las mismas filas macronistas, pero sobre todo en los extremos. "Es una nueva butifarra a los franceses", afirmaba elinsumiso Manuel Bompard. El primer ministro, figura muy cercana y fiel al presidente de la República, justificaba este sábado la decisión de Macron de volver a nombrarle porque "no había muchos candidatos más".

Sébastien Lecornu debe nombrar gobierno en las próximas horas y está haciendo el casting a contrarreloj. El lunes finalizará el plazo para presentar el proyecto de presupuestos al consejo de ministros y, lógicamente, debería haber nombrado antes a los ministros, al menos el de Economía. Esta vez está dispuesto a elegir mejor a los miembros del ejecutivo para no repetir el error del pasado domingo, cuando nombró a un gobierno que estaba integrado por gran parte de los ministros que formaban parte del anterior ejecutivo, que pocos días antes había tumbado la Asamblea Nacional. Lecornu ha prometido ahora "caras nuevas" y un gobierno "libre" y "no sometido a los partidos".

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