Macron y Le Pen: dos visiones de Francia (y del mundo)

Analizamos las claves de los dos candidatos que este domingo se disputan la presidencia

6 min
Emmanuel Macron y Marine Le Pen

BarcelonaDos visiones de Francia y del mundo. Emmanuel Macron y Marine Le Pen se juegan este domingo la presidencia en Francia. Las encuestas dan una cierta ventaja al actual presidente, pero no ha sido suficiente para hacer desaparecer del todo el fantasma de una victoria de Le Pen y, por lo tanto, la llegada de la extrema derecha al Elíseo. Conocidos y contrincantes ya en 2017, analizamos con profundidad a los dos candidatos.

El president francès Emmanuel Macron
Macron

el presidente que necesita continuar

Emmanuel Macron, que no se fía de la ligera ventaja que le dan las encuestas, busca revalidar la presidencia para consolidar su legado en una Francia cada vez más polarizada y consolidarse como el gran líder de una Europa amenazada

El programa

Encabeza su proyecto, de corte liberal, con el "pacto por las generaciones", donde aborda temas relacionados con educación, sanidad, jubilación y pensiones. Propone atrasar la edad de jubilación a los 64 o 65 años, uno de los puntos más polémicos y al que Le Pen ha respondido con una propuesta para avanzarla a los 60 años en ciertos casos. En cuanto a cuestiones migratorias, Macron opta por un refuerzo de las fronteras europeas, para agilizar los mecanismos de asilo y el endurecimiento del acceso a la residencia. La seguridad también ocupa un papel importante, capítulo en el que el candidato a la reelección propone un replanteamiento de las fuerzas armadas, duplicar el número de reservistas e incrementar el presupuesto militar de 40 a 50 millones de euros a partir de 2025. Coincide con Le Pen en la apuesta por la energía nuclear, pero difiere en la confianza en las renovables y promete conseguir la neutralidad en las emisiones de carbono en 2050. Firme defensor de la Unión Europea, su programa es un canto a seguir reforzando la unidad y la autonomía estratégica europea. También, evidentemente, saca pecho de algunos triunfos que ha obtenido a lo largo de los cinco años al frente del Elíseo: por ejemplo que el poder adquisitivo de los franceses durante el mandato de Macron ha aumentado un 0,9% anual por hogar, el equivalente a 300 euros cada año.

Emmanuel Macron en un acto de este viernes.

Puntos fuertes

Dominio y habilidad

A pesar de que a veces le ha jugado malas pasadas, Macron es uno de los mandatarios del mundo que mejor domina el arte de la política. Inteligente y seguro de él mismo, sabe cómo exhibir un conocimiento impecable de todos los temas que rodean el Elíseo. Esto, sumado a un dominio especial de la diplomacia y la puesta en escena, lo ayudan a salir airoso de cualquier debate: tanto en la calle, con ciudadanos, como en el plató, contra Le Pen.

Peso en Europa

Con la marcha de Angela Merkel, Macron se ha consolidado como el gran líder de la Unión Europea, incluso por delante de Olaf Scholz. Francia sabe que, con Macron, se asegura protagonismo en el tablero mundial y la defensa de los valores y las razones de la UE. También se asegura mantener buena sintonía con aliados tradicionales como Estados Unidos.

El apellido Le Pen

Uno de los puntos fuertes de Macron es que compite contra el apellido Le Pen. Muchos franceses acabarán optando por la papeleta del presidente solo para evitar la llegada de la extrema derecha al Elíseo, que tendría consecuencias oscuras e imprevisibles tanto en Francia como Europa.

Puntos débiles

No puede vender el cambio

A diferencia de 2017, ahora Macron no es ninguna promesa, ni ninguna opción de cambio ni, mucho menos, ninguna revolución (el título del libro que publicó antes de la campaña de hace cinco años). Muchos franceses, descontentos con su situación actual, no lo votarán porque lo considerarán culpable de sus penas. Para lo bueno y lo malo, Macron ya tiene un legado.

Después del covid, guerra

Macron llega a la segunda vuelta después de haber sobrevivido a tres crisis monumentales. Una estatal, la de los chalecos amarillos; y dos mundiales, la pandemia y la invasión rusa de Ucrania. Tendrán un impacto especial las dos últimas, sobre todo por la vertiente económica que deriva y que también toca el bolsillo de los franceses.

Un presidente soberbio

No se sabe muy bien por qué, pero Macron es un presidente que genera un odio especial entre muchos franceses. Una parte de la ciudadanía lo considera soberbio y alejado de los problemas reales que pasan en la calle. La fama de ser “el presidente de las élites” ya le ha pasado factura en la primera vuelta.

Marine Le Pen a un punt de votació
Le Pen

la moderación de la amenaza de siempre

Por primera vez, Marine Le Pen llega con opciones reales –a pesar de que aparentemente mínimas– de instalarse en el Elíseo como presidenta de Francia. La hija de Jean-Marie ha trabajado para vender una imagen más moderada a pesar de que la esencia es la de siempre

El programa

El programa de la candidata ultraderechista prioriza las cuestiones relacionadas con la inmigración, que relaciona con la seguridad nacional. Los tres primeros puntos del programa de la candidata ultraderechista abordan desde un referéndum para "detener la inmigración incontrolada", hasta la erradicación del islamismo, y "hacer de la seguridad la prioridad". Le Pen quiere cortar la llegada de migrantes, restringir el acceso a la nacionalización, retirar permisos de residencia y expulsar a los que no hayan trabajado en el último año. A partir de la "prioridad nacional", prevé que los franceses tengan acceso prioritario a trabajo, vivienda y servicios sociales. Le Pen promete también una rebaja del 20% al 5,5% en los impuestos de la energía y un aumento de los salarios del 10% a partir de incentivos a empresas. La transición ecológica no está entre sus prioridades y plantea una moratoria en la implantación de la energía solar y eólica. Aunque no esconde su euroescepticismo, y querría que la ley francesa primara por encima de la europea, ha moderado el tono respecto a la última campaña. Y en cuanto a la relación con la OTAN, Le Pen se compromete a sacar a Francia del mando integrado de la Alianza Atlántica.

Marine Le Pen, en un acto este viernes.

Puntos fuertes

Candidata del pueblo

En los últimos años, Marine Le Pen ha centrado una parte de los esfuerzos en venderse como la candidata del pueblo. La líder de extrema derecha quiere explotar el hecho de que, a ojos de muchos franceses, Macron es un presidente distante, alejado de las clases populares y absorbido por la geopolítica y las desazones de las élites de París. El populismo de Le Pen busca conectar con la población que vive al margen, sobre todo en suburbios y zonas rurales. 

Una moderación aparente

Empezando por el cambio de nombre del partido, hace tiempo que Le Pen puso en marcha un proceso de maquillaje para tratar de ensanchar la base. Ha sudado para aparentar ser más moderada y conseguir que más franceses le pierdan el miedo. El frente a frente del miércoles fue la última muestra.

Castigar al presidente

Le Pen, a diferencia de Macron, sí que se puede presentar como una promesa y, por lo tanto, conseguir el voto de aquellos franceses que creen en la necesidad de un cambio en el Elíseo para paliar su descontento. Será interesante ver cuántos llegarán al extremo de votar a la derecha radical por el simple hecho de castigar al presidente.

Puntos débiles

El ADN no cambia

A pesar de este proceso de moderación que ha querido vender, el ADN de Le Pen es el de la extrema derecha. La política antiinmigración de su programa muestra que la esencia del partido sigue siendo la misma a pesar de que la irrupción de Zemmour –todavía más xenófobo– la ha podido eclipsar. Minutos después de saberse los resultados de la primera vuelta, la mayoría de los candidatos suplicaron no votar a Le Pen.

Aliados incómodos

“Usted depende de Putin”, le espetó Macron en el debate del miércoles. Las amistades que la líder de extrema derecha ha ido forjando durante su carrera son una auténtica losa y una muestra de hacia donde viraría una Francia lepenista. Orbán, Trump, Salvini y, sobre todo, Vladímir Putin. 

Dudas

Si Macron tiene una facilidad más que contrastada a la hora de comunicarse con seguridad y contundencia, a Le Pen la ha penalizado verla dudar o caer en incoherencias a la hora de defender su programa. El miércoles, durante el debate, el presidente supo desmontar con cierta facilidad muchos de sus argumentos.

stats