UE

Meloni triunfa en Bruselas: la idea de deportar a migrantes fuera de la UE gana fuerza

Las conclusiones del consejo no incluyen la construcción de centros pero sí estudiar "acciones decididas"

BarcelonaTanto era el resultado final de la cumbre. El solo hecho de que los líderes europeos discutieran este jueves en Bruselas sobre la creación de campos fuera de la Unión Europea para deportar a inmigrantes, tal y como Italia ya hace con Albania, ya ha sido una gran victoria política para la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. "Hay muchos países que están observando las políticas que implementa Italia en materia de inmigración", se ha congratulado la dirigente italiana, que celebra que sus recetas contra los recién llegados cada vez ganan más adeptos dentro del blog.

Una gran mayoría de estados miembros se han mostrado favorables a la instalación de centros de inmigrantes fuera del territorio comunitario y, de hecho, Meloni ha aprovechado la cumbre europea para organizar un encuentro paralelo con otros dirigentes que pretenden endurecer aún más las políticas migratorias comunitarias. Ha asistido desde la primera ministra de Dinamarca, la socialdemócrata Mette Frederiksen, hasta la cabeza del gobierno de coalición de derecha y extrema derecha de los Países Bajos, Dick Schoof. De hecho, el gobierno neerlandés ha hecho público este jueves que está estudiando la instalación de campos de deportación de inmigrantes en Uganda. "Es una idea seria", ha insistido Schoof.

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El encuentro también ha contado con la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que mantiene una muy buena relación con la ultraderechista italiana. Cabe recordar que la jefa del ejecutivo comunitario ya la puso de ejemplo el pasado martes y por carta anunció que para luchar contra la entrada de recién llegados en situación irregular propondría "soluciones innovadoras", el nuevo eufemismo que se utiliza en Bruselas para referirse a la externalización de la gestión del reto migratorio. Y, en la misma línea que Von der Leyen, el Partido Popular Europeo (PPE) ha emitido un comunicado este jueves en el que adopta las tesis ultraderechistas en materia migratoria y, entre otros, apuesta por "aprender las lecciones" del pacto de Italia con Albania.

Por último, Italia y los países que más han endurecido el tono contra los recién llegados no han logrado incluir en las conclusiones del Consejo Europeo de este jueves la creación de los campos de inmigrantes fuera de la UE. Sin embargo, el texto acordado por los Estados miembros remarca que "el reto migratorio requiere una respuesta europea" e "invita a la Comisión Europea a proponer una nueva propuesta legislativa" contra los recién llegados irregulares. "Se necesitan acciones decididas a todos los niveles para facilitar, incrementar y acelerar los retornos desde la Unión Europea, utilizando todas las políticas comunitarias relevantes, instrumentos y herramientas, incluida la diplomacia, el comercio o los visados", dicen las conclusiones acordadas.

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España nada sola a contracorriente

La UE se ha hecho suyo el discurso de Meloni hasta el punto de que el único país que se opone abiertamente a los centros de inmigrantes fuera del territorio comunitario es España. Sin embargo, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, negó que se esté quedando solo en la negativa de endurecer la política de deportaciones de la UE, y volvió a pedir este jueves que se priorice la aplicación de la reforma migratoria, que ha entrado en vigor hace apenas cinco meses y todavía se está desplegando.

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Sánchez ha defendido "la aportación positiva de la inmigración" a España ya la Unión Europea, y lo ha calificado de "imprescindible" para aplacar el reto demográfico que afronta el bloque comunitario, un posicionamiento que ha contrastado, y mucho, con la gran mayoría de sus homólogos en la UE. "Nosotros no estamos a favor de este tipo de fórmulas porque no solucionan ninguno de los problemas y crean nuevos", ha insistido el dirigente socialista. En cambio, ha apostado por "anticiparse a la llegada de inmigrantes irregulares a la costa" y tratar directamente de evitar que vengan a la UE, y no tanto por expulsarles una vez ya están dentro.

El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, también se ha mostrado escéptico y ha dicho que los centros de migrantes como los que Italia ha acordado con Albania "no son la verdadera solución para un país tan grande como Alemania" , donde "el año pasado llegaron 300.000 inmigrantes irregulares". Ahora bien, su gobierno tampoco se opone claramente y, de hecho, firmó una carta en la que hasta 17 estados miembros pedían a Von der Leyen endurecer la política de deportaciones y "sancionar" a los inmigrantes que "no cumplían los suyos" deberes y sus obligaciones", aunque no detallaba cómo ni exactamente por qué incumplimientos.

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Por otra parte, las conclusiones también hacen un claro guiño a las reivindicaciones del primer ministro polaco, Donald Tusk, que anunció que anularía temporalmente el derecho de asilo en su país para luchar contra la "instrumentalización política de la inmigración" que acusa de hacer en Rusia y Bielorrusia. "El Consejo Europeo expresa su solidaridad con Polonia y los estados miembros que afrontan estos retos", dice el texto. Y, además, avala implícitamente la polémica anulación del derecho de asilo que quiere aplicar Tusk. "Las situaciones excepcionales requieren medidas adecuadas", se añade en las conclusiones.

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