Europa

Miles de personas desafían a Orbán en Budapest por el Día del Orgullo

Eurodiputados y políticos de toda Europa participan en la marcha, impulsada por el alcalde de la capital

Participantes de la manifestación por el Día del Orgullo en Budapest.
ARA
28/06/2025
3 min

BarcelonaDecenas de miles de personas, más de 100.000 según la organización, han participado este sábado en la Marcha del Orgullo 2025 en Budapest, pese a la prohibición impuesta por el gobierno ultranacionalista de Víktor Orbán en Hungría, que lleva años persiguiendo política y judicialmente al colectivo.

El evento, que se ha desarrollado en un ambiente festivo y pacífico, con los participantes avanzando por el centro de la capital húngara bajo el lema "La libertad y el amor no se pueden prohibir", ha contado con la participación de varios eurodiputados y políticos venidos de toda Europa. Representantes del gobierno español, como la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, hicieron acto de presencia. También el alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni. La protesta tenía vocación internacional y una gran carga política contra las crecientes medidas que el ejecutivo de Orbán está llevando a cabo contra el colectivo LGBTIQ+.

El gobierno prohibió la marcha, ya que la consideró perjudicial para el "desarrollo adecuado" de los menores, pero el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, ecologista y progresista, ha optado por incluir la convocatoria dentro de un evento municipal, una maniobra legal que, según él, no requiere. Karácsony es rival declarado de Orbán y una de las grandes voces opositoras del país. El Budapest Pride, de hecho, se ha convertido en un icono por los derechos de los húngaros y, por extensión, una protesta contra las políticas de Orbán.

Participantes en la Budapest Pride desfilan por las calles de la capital húngara durante la celebración del orgullo LGTBI+.
Participantes en la Budapest Pride desfilan por las calles de la capital húngara durante la celebración del orgullo LGTBI+.

El primer ministro húngaro había advertido de que los participantes en la movilización podrían afrontar consecuencias legales como multas de hasta 200.000 fórintos (aproximadamente 500 euros). Según una reciente encuesta del instituto Publicus, un 78% de la población de Budapest se mostraba en desacuerdo con la prohibición del Pride decretada por la policía, que se basa en una ley aprobada recientemente por el gobierno. Esta norma, impulsada por el partido Fidesz, permite vetar a actos públicos como el citado alegante que va en contra de los valores tradicionales de la sociedad húngara y que amenaza el desarrollo de los menores de edad.

Sin incidentes destacables

La marcha ha empezado en la plaza Deák, junto al Ayuntamiento, sin incidentes destacables, más allá de algunas provocaciones puntuales por parte de grupos contrarios a la concentración. Algunas personas han mostrado actitudes hostiles. Un individuo con una camiseta en la que se podía leer "Predicador cristiano" gritaba consignas como "¡Penídese! ¡Se puede evitar morir de sida. Abandone la homosexualidad!", mientras otro le acompañaba levantando una Biblia, según recoge la agencia de noticias Efe. Los manifestantes, por el contrario, contestaban con proclamas en favor del amor, la libertad, el respeto y la paz. Había pancartas destacadas, como una que imaginaba un Orbán y un Vladimir Putin besándose apasionado.

Apenas iniciada la movilización, una docena de agentes de policía han intentado desviar su recorrido original bloqueando el paso. No fue posible. Mientras, un grupo de unos cuarenta ultras de extrema derecha ha bloqueado el puente de la Libertad, por donde estaba previsto que pasara la marcha. Las autoridades gubernamentales sí habían autorizado esta contraprotesta organizada por un partido de ultraderecha.

Una imagen aérea de la manifestación de este sábado en Budapest.

Pese a todas las presiones de Orbán para impedir muestras de apoyo al colectivo LGBTI+ en Budapest, las imágenes que llegan por agencias ya indican que ha sido una manifestación multitudinaria, que tendrá eco en todo el continente europeo. El gobierno de Orbán, cercano a Rusia y con frecuencia una piedra a zapato para la Unión Europea, ha recibido en varias ocasiones acusaciones y toques de atención por su deriva autoritaria, que está comprometiendo derechos básicos de la ciudadanía.

"Hemos organizado esto porque nadie debe ser discriminado", ha proclamado el alcalde de la capital, Gergely Karácsony, poco antes de iniciar la manifestación. Al frente de la protesta, estaba la delegación de políticos internacionales llegados para apoyar. Desde allí, Yolanda Díaz ha dicho: "Estamos luchando por el alma de Europa".

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