Guerra en Ucrania

Un nuevo paso de la UE hacia la autonomía militar: la compra conjunta de armas

Bruselas prepara un plan de compras anticipadas de armas similar al de las vacunas para potenciar la industria armamentística europea

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La cabeza de la diplomacia europea, Josep Borrell, ayer en Estrasburgo.

BruselasLos Veintisiete siempre se han negado a ceder competencias a la Unión Europea en uno de los pilares fundamentales de un estado, la defensa, pero el ataque del régimen de Vladímir Putin a Ucrania está consiguiendo que se encaminen hacia una unidad más grande en esta área, también para tratar de revertir su dependencia militar respecto a los EE.UU.. Desde el inicio de la guerra, el bloque comunitario ha enviado armas y munición a Kiev con una rapidez, cantidad y conformidad sin precedentes. Y, ahora, un año después del inicio de la guerra, está dispuesto a dar un paso más allá: comprar de manera conjunta equipos militares y encomendar a Bruselas que coordine un crecimiento acelerado de la industria militar europea para seguir armando a las tropas ucranianas. "Esta decisión sería totalmente revolucionaria en la política militar de la Unión Europea", asegura Ana Sánchez-Cobaleda, doctora y profesora de la Universitat de Barcelona en derecho de la UE.

Diferentes dirigentes comunitarios han insistido esta semana en que los estados miembros no pueden dar apoyo militar en Ucrania a medio y a largo plazo solo a través de sus reservas armamentísticas, como hasta ahora, sino que tienen que ampliar su capacidad de fabricar armas. En cuanto a la munición, por ejemplo, que es lo que ahora urge más en Ucrania, la necesidad se hace muy evidente. Las tropas rusas disparan más de 20.000 balas al día, la misma cantidad que la industria militar de la Unión Europea puede producir durante todo un mes. “Ucrania necesita tener la misma capacidad que Rusia. Si fallamos en esto, el resultado de la guerra peligra”, ha remarcado en más de una ocasión el alto representante de la diplomacia europea, Josep Borrell.

En este sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya señaló en la Conferencia de Múnich que una de las opciones para reforzar la industria militar europea es que Bruselas acuerde compras anticipadas con compañías privadas, como se hizo con las vacunas o las mascarillas durante la pandemia del covid . De este modo, tal como apunta la investigadora militar de la European Policy Center Amanda Paul, la UE facilitaría que las compañías puedan “invertir en más líneas de producción" y potenciaría "el crecimiento de la cantidad de armamento" que puede entregar la industria europea. “Ya no estamos hablando de suministrar equipos militares que ya tenemos, sino de crear una maquinaria al servicio de esta guerra. Esto supone otra escalada en el conflicto”, apunta el investigador en Geopolítica y Seguridad del CIDOB Pol Bargués.

Fuentes comunitarias afirman que la Comisión Europea concretará y trasladará a los estados miembros este plan antes del encuentro del próximo 7 de marzo de los ministros de Defensa de la UE. Además, en la última reunión de titulares de Asuntos Extranjeros de los Veintisiete de esta semana, Estonia ha presentado una propuesta a la cual ha tenido acceso el ARA en la que insta a los socios europeos a enviar a Ucrania de manera “urgente” un millón de cartuchos, que costarían cerca de unos 4.000 millones de euros. La mayoría de estados miembros, entre ellos España, ya se han mostrado a favor.

El cambio de estrategia militar de la UE

Más allá de las ayudas que la UE está destinando a Kiev de manera excepcional, los expertos coinciden en que la guerra puede acelerar un cambio de política militar comunitario que perdure en el tiempo. Históricamente, los Veintisiete se han despreocupado de la defensa y lo han delegado a Estados Unidos y a la OTAN. El distanciamiento entre Bruselas y Washington durante el mandato de Donald Trump, que amenazó incluso con salir de la OTAN si el resto de aliados no elevaban su inversión en defensa, ya hizo encender las alarmas a los socios comunitarios, que pedían potenciar la capacidad militar europea. Ahora, a pesar de que la amenaza rusa ha vuelto a cohesionar la UE con la OTAN, también ha impulsado el bloque comunitario a persistir, más que nunca, en su voluntad de ganar autonomía militar. “La guerra nos ha recordado la razón de ser de la Alianza Atlántica, pero ha evidenciado que la Unión Europea por su parte puede y tiene que mejorar su capacidad militar”, remarca Sánchez-Cobaleda. 

De hecho –coinciden los expertos–, el reforzamiento de su industria armamentista sería un paso importante de los Veintisiete hacia la autonomía militar y para ganar peso geopolítico en un mundo cada vez más multipolar, donde la hegemonía estadounidense –y, por lo tanto, de Occidente– ya no está asegurada, y China y la India están creciendo y ganando poder a paso de gigante. “Tantos años de invertir tan poco han hecho a la UE vulnerable y dependiente de los EE.UU., pero ahora quiere y se ve obligada a tomar más responsabilidad en defensa”, asegura Paul.

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