La OTAN reclama un "buen acuerdo" de paz en Ucrania que no dé alas a Putin ni a Xi
Los líderes occidentales presionan a Kiiv y empiezan a hablar abiertamente de negociar el fin de la guerra
BarcelonaLos líderes occidentales comienzan a hablar abiertamente de unas potenciales negociaciones de Ucrania con Rusia y, este martes, se ha sumado sin tapujos el propio secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El dirigente neerlandés ha instado a los aliados atlánticos a incrementar aún más su ayuda a las tropas ucranianas para que Kiiv pueda conseguir un "buen acuerdo" de paz con Moscú. "Cuanto más apoyo militar reciba, más valiente será en una mesa de negociación", ha dicho Rutte en la rueda de prensa inicial de un encuentro de ministros de Exteriores de la Alianza en Bruselas.
De este modo, el secretario general de la OTAN ha pedido por primera vez prepararse para unas posibles negociaciones con el régimen de Vladimir Putin precisamente pocos días después de que Zelenski se muestre dispuesto a ceder temporalmente territorio a Rusia en cambio de entrar en la Alianza Atlántica y detener el conflicto armado. También ha hablado de negociaciones de paz el canciller alemán, Olaf Scholz, que incluso se llamó con Putin, y el lunes el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, se pronunció en la misma línea que Rutte. "Debemos poner a Ucrania en la posición más fuerte posible para las negociaciones", dijo el dirigente británico.
Ahora bien, tanto Rutte como Zelenski y el resto de aliados advierten a Putin de que no están dispuestos a aceptar la paz a cualquier precio. "En el momento que lleguemos a un acuerdo sobre Ucrania, debe ser un buen acuerdo", ha dicho el secretario general de la Alianza Atlántica. En ningún caso la OTAN puede asumir la sensación de que claudica fácilmente ante una invasión como la de Rusia y sus aliados, como son –según Rutte– China, Irán o Corea del Norte. "No podemos tener Xi Jinping, Kim Jong-uno y otros celebrando el acuerdo, esto puede dar ideas a otros", ha remarcado el líder neerlandés, que encuentra "crucial" mantener la imagen de una OTAN "fuerte" para la seguridad de Europa, Estados Unidos y el Indo-Pacífico.
Sin embargo, Rutte ha evitado entrar en los detalles del acuerdo que desearía la OTAN y, de hecho, ha criticado las diferentes ideas que se ciernen sobre cómo llegar a un entendimiento con Putin. "Creo que no es necesario debatir cada paso sobre un proceso de paz, sino asegurar que Ucrania tenga una posición de fuerza para cuando las conversaciones empiecen", ha dicho el dirigente de la Alianza Atlántica. En este sentido, ha evitado valorar la propuesta de Zelenski de entrar en la OTAN a cambio de ceder territorio a Rusia temporalmente y se ha limitado a repetir que debe ser el gobierno ucraniano quien decida cuándo sentarse a una mesa de negociaciones.
Preocupación por la situación de Ucrania
Fuentes diplomáticas de la Alianza admiten que existe cierta preocupación en los cuarteles generales de la OTAN sobre la debilitación de Ucrania en el campo de batalla y la internacionalización del conflicto. Cabe recordar que Corea del Norte ha enviado miles de soldados a luchar contra las tropas ucranianas, y Rutte ha acusado a China e Irán de trabajar "estrechamente" con Putin en su invasión contra Ucrania.
Tampoco ayuda el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El magnate neoyorquino mantiene en el aire el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, lo que debilita la posición de Kiiv frente a Moscú. Por este motivo, fuentes diplomáticas de la Alianza aseguran que la propuesta de Zelenski de abrir negociaciones con Putin y cederle territorio ucraniano temporalmente no es "forasseñada". De hecho, el presidente ucraniano lleva días señalando que el 2025 será el año de la paz.
Más gasto militar
En su primer mandato, Trump ya presionó al resto de aliados para que incrementaran su gasto militar y, al menos, alcanzara un 2% de su producto interior bruto (PIB, el índice que se utiliza para calcular la riqueza de un país). Aunque hay aliados que, como España, todavía no han alcanzado esta tasa, la OTAN –que está controlada de facto por EEUU– quiere ahora subir el porcentaje del PIB que los aliados deben gastar obligatoriamente en defensa.
De hecho, según fuentes diplomáticas, la Alianza ya está discutiendo sobre el hecho de que esta tasa sea de un mínimo del 3% en el 2030. Un objetivo, sin embargo, que cuenta con la oposición de los socios de la OTAN que se sienten menos amenazados por el expansionismo de Putin, como son por lo general los del suroeste de Europa. España, por ejemplo, asegura estar preparada para alcanzar un 2% de gasto militar en el 2029 pero no un 3% en el 2030. Sin embargo, la presión de la Alianza no afloja. "Tenemos que hacer más, no podemos quedarnos al 2%, China y Rusia están trabajando juntos", ha insistido Rutte.