“Patrullas” ciudadanas ultras y antiinmigración encienden la tensión en la frontera entre Alemania y Polonia
Polonia restablece desde hoy los controles temporales en la frontera con Alemania y Lituania y se suma así a los 10 países europeos que ya han suspendido el espacio Schengen
BerlínMiembros de las autodenominadas "patrullas ciudadanas" ultranacionalistas polacas protestan desde hace días en la frontera entre Alemania y Polonia contra la devolución en caliente en Polonia de migrantes que las autoridades alemanas consideran que han entrado ilegalmente en su territorio desde el país vecino. Ante la presión de los ultras, el gobierno polaco restableció este lunes los controles temporales en la frontera con Alemania y Lituania para combatir la inmigración irregular y pidió permiso a la Comisión Europea para suspender temporalmente el espacio Schengen. Se suma así a los 10 estados europeos que ya lo han hecho y que en estos momentos mantienen interrumpida la libre circulación de personas en algún punto de sus fronteras.
Las acciones en la frontera de activistas vinculados al denominado Movimiento de Defensa de la Frontera, fundado por el líder ultranacionalista Robert Bakiewicz, encienden la tensión entre Berlín y Varsovia y ponen de manifiesto las divergencias entre el primer ministro y el presidente polacos en materia inmigratoria. El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha pedido a los "patrulleros" ultras que vuelvan a casa, mientras que el presidente electo, el ultranacionalista Karol Nawrocki, aplaude sus acciones, igual los dos principales partidos de la oposición: el partido nacionalconservador Ley y Justicia (PiS), que apoyó a Nawrocki, y el partido de extrema derecha Confederación.
"Solo la Guardia Fronteriza tiene derecho a controlar nuestras fronteras", reiteró hace algunos días el portavoz del gobierno, Adam Szłapka. "Cualquiera que se haga pasar por agente o entorpezca su trabajo se enfrentará a las consecuencias", advertía.
En las redes sociales y en la prensa polaca se han publicado vídeos de activistas ultranacionalistas bloqueando la frontera en varios puntos, registrando vehículos, pidiendo papeles a personas con apariencia de extranjeras o "deteniendo" por su cuenta a inmigrantes ilegales, a pesar de no tener autorización para ello.
Capitalización de los ultranacionalistas
El presidente electo de Polonia, Karol Nawrocki, culpa al primer ministro de algunos de los conflictos que se han producido estos días entre los activistas ultranacionalistas que patrullan por la frontera entre Polonia y Alemania y los agentes de la Guardia Fronteriza y denuncia la falta de acción del gobierno de Tusk.
Nawrocki ha agradecido al ultra Bakiewicz su "deber cívico en la frontera". "Me duele profundamente que el estado polaco no haya sabido gestionar la crisis fronteriza durante meses. Ha fracasado porque Alemania ha estado enviando a migrantes sin papeles a Polonia. Los ciudadanos polacos han reaccionado ante esta situación y les doy las gracias", declaró Nawrocki, que prometió que, a partir del 6 de agosto, cuando presionen seguras".
"¿Por qué la entrada en Alemania es vigilada por la policía alemana y la entrada en Polonia es vigilada por ciudadanos de a pie? ¿Dónde está nuestro estado cuando se le necesita?", se preguntaba hace algunos días en la red social X Slawomir Mentzen, líder del partido de extrema derecha polaco Confederación. "Si Confederación estuviera en el poder, cualquier policía alemán que intentara introducir a inmigrantes en nuestro país sería arrestado, su vehículo policial sería incautado y el inmigrante sería deportado inmediatamente", añadía. "Desgraciadamente, gobierna Tusk y los alemanes hacen lo que quieren", denunció.
Ante la presión de los ultras, el gobierno polaco ha restablecido este lunes los controles temporales en la frontera con Alemania y Lituania para combatir la inmigración irregular. Varsovia también implementará controles en la frontera con Lituania para frenar la llegada de migrantes que entran en el país desde Bielorrusia y los países bálticos. El gobierno polaco asegura que los controles serán "selectivos" en las fronteras con Alemania y Lituania y que "solo se controlarán determinadas personas o vehículos que entren en Polonia, sin perturbar innecesariamente el tráfico fronterizo".
El ejecutivo afirma que gracias a las medidas del gobierno del primer ministro Donald Tusk han disminuido el número de intentos de atravesar la frontera de forma ilegal. La frontera entre Polonia y Bielorrusia está ahora bajo control, según el gobierno de Tusk.
Alemania mantiene controles temporales en sus fronteras con Polonia y la República Checa para luchar contra la inmigración irregular desde el 2023. En ese momento, en Polonia gobernaba el PiS. Pero en el 2024, Berlín amplió estos controles en todas sus fronteras.
Un espacio Schengen en horas bajas
El espacio Schengen es una de las razones de ser de la Unión Europea y, hasta hace poco, los líderes europeos le reivindicaban como uno de los proyectos comunes más exitosos del blog. Pero en los últimos años, ante el crecimiento de la extrema derecha, cada vez son más numerosos los estados miembros que optan por recuperar el control fronterizo entre países comunitarios y, por tanto, en la práctica no permiten la libre circulación de ciudadanos de los estados que forman el espacio Schengen.
A priori, los gobiernos que han pedido a la Comisión Europea aplicar controles fronterizos argumentan que quieren mantenerlos temporalmente y no de forma permanente. Sin embargo, hay bastantes países que llevan meses o incluso años con desplegadas autoridades de aduanas en los límites fronteras con otros estados que forman parte del espacio Schengen. En concreto, en estos momentos hay 11 de los 29 países de esta zona de libre circulación que le interrumpen con controles fronterizos, entre ellos -además de Polonia- se encuentran Alemania, Francia, Italia y Países Bajos.
A su vez, la Comisión Europea ha anunciado este lunes que ya ha recibido la solicitud de Varsovia de desplegar controles fronterizos dentro del espacio Schengen y minimiza el hecho de que cada vez haya más países que lo respeten. En este sentido, el portavoz de Asuntos Internos del ejecutivo comunitario, Markus Lammert, ha recordado en rueda de prensa que se trata de un derecho que tienen los gobiernos estatales siempre que lo consideren necesario y ha evitado valorar si estos países tienen motivos suficientes para recuperar los controles fronterizos y si el proyecto de libre circulación está en peligro.