UE

Alemania y otros siete países ponen controles fronterizos: ¿el espacio Schengen está en peligro?

Bruselas teme un efecto dominó y avisa de que sólo se pueden poner controles en las fronteras de forma temporal y cuando sea necesario

3 min
Scholz en una comparecencia esta semana en Berlín.

BruselasUna de las grandes victorias de la UE es el espacio Schengen. Cerca de unos 420 millones de ciudadanos se pueden mover libremente entre los 29 estados que forman parte, los cuales comparten fronteras y las gestionan de forma conjunta. Hasta hace poco, la gran mayoría de los dirigentes europeos se llenaban su boca y lo reivindicaban como uno de los hitos más tangibles que ha conseguido el proyecto comunitario. Ahora, sin embargo, el discurso antiinmigración de la extrema derecha va ganando fuerza y ​​poder, y ya son hasta ocho los socios comunitarios que han puesto controles fronterizos dentro del espacio Schengen con sus países vecinos, al menos de forma (teóricamente) temporal.

El último en sumarse ha sido la propia Alemania, el mayor estado e influyente de la UE. El gobierno de Olaf Scholz, pese a ser socialdemócrata y gobernar conjuntamente con liberales y verdes, ha instalado controles en todas sus fronteras, que serán vigentes a partir de este lunes. El objetivo de la medida es aplacar la entrada de recién llegados ilegales y evitar que se repita el caso del autor de el atentado reivindicado por el Estado Islámico en la ciudad Solingen, donde murieron tres personas a finales de agosto. Al terrorista, que era ciudadano sirio, se le había denegado la solicitud de asilo y tenía la orden de regresar a Bulgaria, que era su país de entrada en la UE.

El fracaso del proceso de deportación de este caso volvió a trastornar el tablero político alemán ya principios de este mes la extrema derecha ganó las elecciones en el estado federal de Turingia y quedó en segundo lugar en Sajonia. Además, la oposición conservadora tradicional hace tiempo que tilda a Scholz de blando y le presiona para que endurezca las políticas antiinmigración. "Las elecciones estatales son el próximo año y todo lo que se diga o decida ya forma parte de la campaña electoral", añade la experta del think tank European Council on Foreign Relations Mireia Faro Sarrats.

Les excepcions de l’espai Schengen

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Països de l’espai Schengen

Països que han posat controls fronterers

Fronteres reforçades

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Temor a un efecto dominó

El principal temor a la decisión de Alemania es que acabe provocando un efecto dominó y, por eso, esta semana la prensa internacional se pregunta si esto supone el primer paso hacia el final del espacio Schengen. En este sentido, la investigadora Faro Sarrats señala al ARA que efectivamente "puede convertirse en un precedente para otros estados de la UE que siempre se han mostrado más contrarios a la inmigración", si bien no cree que en estos momentos ponga en peligro la zona de libre circulación.

Aunque, por ejemplo, el primer ministro polaco, el conservador Donald Tusk, ha cargado duramente contra la decisión del canciller alemán, se teme que Viena o La Haya sigan los pasos de Berlín. Austria ya tiene controles en la frontera con Eslovaquia y Chequia, y ha avisado de que no piensa quedarse con los inmigrantes que rechaza al socio germano. Además, celebra elecciones a finales de mes y la extrema derecha lidera también las encuestas electorales.

Por lo que respecta a los Países Bajos, también han puesto el grito en el cielo. De momento, todavía no han hablado de poner controles fronterizos, pero el pasado viernes presentaron un programa de gobierno que pretende solicitar una exclusión de la legislación migratoria de la UE –habrá que ver cómo se concreta esta petición–, limitar el entrada de inmigrantes y refugiados, e incrementar las expulsiones de recién llegados que ya se encuentren en tierras neerlandesas.

De hecho, más allá de Alemania y Austria, ya hay otros siete países que también han puesto controles en sus fronteras. Francia alegó que quería reforzar al máximo la seguridad con motivo de los Juegos Olímpicos y el resto de socios, como Italia, Dinamarca o Eslovenia, señalan como potenciales peligros la guerra de Ucrania o las injerencias rusas, así como las oleadas migratorias y la guerra de Israel y Palestina.

Bruselas, atada de pies y manos

La Comisión Europea no tiene muchas herramientas para evitar que más socios comunitarios suban al carro de Alemania. Todos los países que forman parte del espacio Schengen tienen derecho a poner controles fronterizos cuando quieran y no es necesario que pidan permiso en Bruselas, sencillamente se lo debe notificar. Es decir, por mucho que el ejecutivo comunitario asegure que está estudiando la medida de Berlín y le haya recordado que la instalación de controles fronterizos debe ser proporcional, nada puede hacer. Y, aunque sea de forma temporal, los Estados miembros pueden ir aplazandolo sine die.

Pese a que la normativa europea requiere que la instalación de controles fronterizos debe ser estrictamente necesaria, hay hasta ocho países que han implementado justamente en un año en el que se ha reducido la entrada de inmigrantes ilegales. Según los datos de Frontex, en los primeros ocho meses de este 2024 hubo 140.000 intentos de entrar en la UE de forma irregular, mientras que durante el mismo período del año pasado esta cifra ascendió a 225.000.

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