Radiografía de la inmigración

Los planes de Meloni, de momento frustrados, para frenar la inmigración

Inversiones en África y CIES en Albania, las dos nuevas vías de la primera ministra italiana

Mural titulado 'Enjoy - Tutti al mare' creado por el artista callejero Harry Greb para criticar la gestión política italiana sobre el tema de la inmigración. En la obra aparecen los políticos italianos Marco Minniti, Giorgia Meloni, Matteo Salvini, Luciana Lamorgese y Mario Draghi.
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RomaCerca de un centenar de personas han perdido la vida en el Mediterráneo desde inicios de 2024, más del doble que en el mismo periodo del año anterior, que fue el más mortífero desde 2016, según la Organización Internacional para las Migraciones. El 31 de enero la ONG SOS Humanity rescató a 64 personas que viajaban a bordo de una embarcación precaria de madera, pero las autoridades italianas le asignaron el barco humanitario en el puerto de Marina di Carrara, a 1.200 kilómetros de distancia. Ésta es la penúltima estrategia del gobierno ultraderechista de Giorgia Meloni para desincentivar el trabajo de las organizaciones humanitarias que operan en el Mediterráneo central. Sin embargo, una medida que no ha permitido reducir las llegadas de los migrantes.

Italia se convirtió un año más en la principal puerta de entrada para miles de migrantes y refugiados. Más de 155.000 desembarcaron en las costas del país transalpino a lo largo de 2023, un 33% más que el año anterior, según los datos del Ministerio del Interior, mientras que al menos 2.500 personas se ahogaron intentándolo.

Ante los datos, el ministro del Interior transalpino, Matteo Piantedosi, no ha tenido más remedio que admitir recientemente que la medida estrella de su Gobierno, que prohíbe a las ONG llevar a cabo más de una operación de rescate a la vez y las obliga a desembarcar en un puerto alejado, no dio los resultados esperados. También lo reconoció la primera ministra en la rueda de prensa de fin de año, cuando Meloni anunció que reducir los flujos de migrantes irregulares sería una prioridad a partir de entonces.

Con ese objetivo marcado en rojo, la líder de Hermanos de Italia recibió la semana pasada en Roma a los líderes de dos decenas de países africanos y representantes de instituciones europeas para presentar un plan ambicioso de inversiones en África. "Nunca detendremos la inmigración ilegal en masa ni derrotaremos a los traficantes de seres humanos sin afrontar las causas que empujan a una persona a abandonar su casa", defendió Meloni durante la apertura de la cumbre Italia-África, celebrada en la sede del Senado romano.

Azali Assoumani, presidente de la Unión Africana, y Giorgia Meloni, primera ministra italiana, en la cumbre africana, que se ha celebrado en la sede del Senado en Roma.
Una barca con numerosos inmigrantes es interceptada cerca de la isla italiana de Lampedusa, en una imagen de archivo. / Marina Militar Italiana

El Plan Mattei, como fue bautizado en honor de Enrico Mattei, fundador de la petrolera ENI, incluye una batería de proyectos aún por definir en varios países africanos en materia de educación, agricultura o energía. En total, Italia invertirá unos 5.500 millones de euros entre créditos y garantías que el Gobierno ha recortado de otras partidas como el Fondo Italiano para el Clima (3.000 millones) o el Fondo para la Cooperación al Desarrollo (2.500 millones) , porque no existen recursos extras para afrontar la crisis migratoria. La intención de Meloni es que donantes privados se unan a ese plan con el que la primera ministra prometió a los líderes africanos inaugurar una nueva relación entre los dos extremos del Mediterráneo. "Italia y Europa no pueden razonar sobre el futuro sin tener en cuenta África", reivindicó.

Sin embargo, lo que se anunció como la solución definitiva del gobierno italiano para acabar con la inmigración irregular fue recibido con frialdad por los mandatarios africanos, a los que les hubiera gustado ser consultados antes de que Italia presentara su proyecto, tal y como lamentó el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat. “No podemos estar contentos con promesas que nunca se cumplen”, advirtió Faki, ex primer ministro de Chad.

El Plan Mattei es un paso más hacia la estrategia de Meloni de destinar recursos económicos ingentes a las naciones africanas para frenar la inmigración irregular. Sin embargo, la experiencia ha resultado poco fructífera hasta ahora. En 2023 el gobierno italiano intentó llegar a un acuerdo con el autoritario presidente de Túnez, Kais Saied, que logró el visto bueno de la Unión Europea. Pero no sirvió para frenar las salidas desde ese país.

La patrullera 648 de los guardacostas de Trípoli, una embarcación regalada por Italia a las autoridades de la capital libia e implicada en el acoso a las ONG.

La última medida impulsada por la líder ultraderechista es un polémico pacto con Albania –que no pertenece a la UE–, para que se haga cargo de la acogida de los inmigrantes irregulares que son rescatados en el Mediterráneo mientras se tramitan las solicitudes de asilo. El Tribunal Constitucional de Albania ha rechazado el recurso de la oposición albanesa contra el acuerdo bilateral, que permitirá la construcción de varios centros de identificación y acogimiento en el país balcánico gestionados por Italia, y desde donde los inmigrantes podrán repatriarse . Una medida que despertó la inquietud de la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dinja Mitjatovic, preocupada por la tendencia europea a externalizar la gestión de la inmigración, en alusión también a Reino Unido y Dinamarca, que buscan enviar a los solicitantes de asilo en Ruanda.

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