Londres cede en pesca y refuerza la alianza en defensa para rehacer los puentes con la UE
El 'premier' Keir Starmer y los líderes comunitarios coinciden en que se abre "un nuevo capítulo" tras el agro provocado por el Brexit
LondresLa Unión Europea y Reino Unido han llegado hoy a Londres a nuevos acuerdos que suponen pasar página del Brexit. "Un nuevo comienzo para unos viejos amigos", en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Entre lo más destacado, se amplía a doce años el acceso a la pesca para la flota europea en aguas británicas, aunque no habrá ningún aumento en la cantidad de pescado que podrán capturar los barcos de la UE. A cambio, algunos controles rutinarios sobre productos animales y vegetales se eliminarán por completo, lo que permitirá que los bienes vuelvan a circular libremente, también entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Otras medidas permitirán a los turistas británicos utilizar las puertas automáticas de pasaporte (e-gatas) en Europa. Reino Unido y la UE también han acordado cooperar en un programa de experiencia juvenil, que permitirá a los jóvenes trabajar y viajar libremente por Europa otra vez durante un tiempo limitado. Por último, se pondrá en marcha una nueva asociación en materia de seguridad y defensa.
Londres ha vuelto este lunes más de cinco años atrás: en la época de las batallas del Brexit. Difundido por partidarios del reingreso en la Unión Europea, el Canto de júbilo –el himno europeo– ha retronado en las afueras de Lancaster House, a 300 metros del Palacio de Buckingham, cuando el primer ministro británico, Keir Starmer, ha recibido a la presidenta Von der Leyen, y al presidente del Consejo Europeo, António Costa, para la primera cumbre desde el rotura, a 31 de enero de 2020. Una cumbre que Downing Street ha vendido como el "reinicio" de los vínculos con Bruselas y que, según Von der Leyen, supone "un nuevo capítulo en la relación con Reino Unido", "un socio global", como también ha dicho Costa al inicio de la reunión.
Desde que Starmer llegó al poder en julio del año pasado, el premier había expresado la voluntad de rehacer puentes con la UE, lo que debe permitir "mejorar la vida de los trabajadores del país en tiempos de incertidumbre", dijo. El primer ministro, de hecho, también aseguró que los nuevos acuerdos posibilitarán la "rebaja de las facturas a los ciudadanos", por ejemplo, en el campo energético. brexitero, que ya le está acusando de "traicionar la voluntad del pueblo". En todo caso, lo más doloroso para los anti-UE de los distintos acuerdos alcanzados es la mencionada ampliación de la extensión de los permisos de pesca en las aguas territoriales del Reino Unido.
La orquestada coreografía de hoy es la culminación del citado "reinicio" y, al mismo tiempo, es también el inicio de un proceso que debe tener etapas futuras. "Aún nos queda mucho trabajo por hacer", ha dicho también Ursula von der Leyen.
La débil economía del Reino Unido, los perjuicios comerciales causados por el Brexit y la sacudida en el tablero geopolítico global por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca han hecho posible los tres tipos de acuerdos alcanzados. Pero en ningún caso traspasan las líneas rojas ni de los 27 ni del Reino Unido: no al regreso a la unión aduanera ni al mercado único ni a la libertad de movimientos, por lo que los especialistas consideran que el alcance de todo ello es "poco ambicioso".
Tres marcos de referencia
Londres y Bruselas han firmado una declaración política conjunta, un acuerdo en seguridad y defensa y un acuerdo común sobre diversos ámbitos de cooperación. En la declaración se exponen posiciones comunes ante los grandes retos globales, como el conflicto en Ucrania, en el que ambas partes se comprometen a colaborar para lograr una paz duradera. El texto también aborda cuestiones como la estabilidad en Oriente Medio, los Balcanes Occidentales y Moldavia, además del compromiso con el multilateralismo y la seguridad económica mundial.
El capítulo sobre seguridad y defensa –en el que Londres ha querido poner el énfasis– formaliza en tiempo récord un marco sólido para profundizar la colaboración en ámbitos como la ciberseguridad, la lucha contra la desinformación, la protección de infraestructuras críticas, la seguridad marítima y espacial y la respuesta amena.
Además, este acuerdo abre la puerta a la participación británica en iniciativas clave de la UE, como la compra conjunta de equipamiento de defensa. En otras palabras, la industria bélica de las islas –BAE Systems y Rolls-Royce, principalmente– podría llevarse parte del pastel de 150.000 millones de euros, impulsado por el plan de defensa de Ursula von der Leyen. Sin embargo, habrá que desarrollar normas específicas para que las empresas británicas puedan acceder. Además, se extiende a áreas como migración irregular, seguridad sanitaria global, contraterrorismo y vínculo entre cambio climático y seguridad.
En cuanto al acuerdo de entendimiento común, se considera la reactivación de un mercado energético común, que incluiría la participación británica en el sistema eléctrico europeo, lo que abarataría costes e impulsaría las renovables en Reino Unido También se prevé la ya mencionada iniciativa para favorecer la movilidad juvenil, los detalles y el detalle. En principio, permitiría el asentamiento tanto en el territorio de la Unión como en el británico, por un tiempo limitado, de los ciudadanos de 18 a 30 años. Sin embargo, los 27 y Londres trabajarán para reincorporar a los estudiantes británicos al programa de intercambio Erasmus
En materia comercial y ambiental, el entendimiento común prevé facilitar las exportaciones agroalimentarias. Sin embargo, el Reino Unido toma las normas fitosanitarias de la Unión de forma dinámica: si Bruselas las cambia, Londres las aceptará sin poder decir nada. También se pretende vincular a los sistemas de comercio de emisiones. Por lo que respecta a la seguridad interior, se fortalecerán los vínculos con Europol y el intercambio de información criminal y biométrica. Todo ello apunta a una relación más cooperativa y estable entre Londres y Bruselas, aunque todavía harán falta acuerdos específicos para concretar sus efectos.
Y si bien Starmer ha querido también destacar que "hoy dejamos atrás debates viejos y estériles" y que "miramos adelante y no atrás", a la oposición conservadora ya Nigel Farage, del Partido Reformista, les ha faltado tiempo para criticar duramente el acuerdo sobre pesca y la inconcreción sobre la movilidad juvenil. "Rendición", "traición" y regreso a la "libertad de movimiento" son los argumentos recurrentes de la derecha y la extrema derecha. Lejos de tener razón, Starmer a quien se ha rendido no está en Bruselas, sino, una vez más, a los populistas que con el Brexit favorecieron el declive económico del país y favorecieron, al contrario de lo que prometieron, un aumento exponencial de la inmigración. Una inmigración que ahora lo premier quiere rebajarpero que, paradójicamente, sigue siendo más necesaria que nunca.