Reino Unido vuelve al programa Erasmus, en una prueba más del fracaso del Brexit
En 2027 se reanudarán los intercambios entre las universidades de los 27 miembros de la UE y las de las islas británicas
LondresNueva constatación del fracaso del Brexit, y del castigo que ha supuesto para las generaciones más jóvenes afectadas por el divorcio, que le han tenido que asumir sin haber podido hacer oír su voz en el referendo del 2016. La Unión Europea y Reino Unido han informado este miércoles en un comunicado conjunto que Londres se reincorpora al programa de intercambio de estudiantes Eramus cumbre de mayo", entre el primer ministro, Keir Starmer, y la Comisión Europea.
A partir de septiembre de 2027 los estudiantes comunitarios volverán a tener la oportunidad de estudiar, formarse y hacer prácticas en Reino Unido a través de dicho programa. Y también al revés. A raíz de la formalización del Brexit, el Reino Unido había abandonado la iniciativa emblemática de movilidad de la UE. La reincorporación representa una noticia relevante para una generación que ha crecido con itinerarios educativos internacionales y que ve reabrirse una valiosa puerta para crecer académica y profesionalmente fuera de sus países.
El Brexit supuso, entre otras muchas sacudidas, una ruptura relevante en la cooperación educativa británico-europea. Hasta el curso 2018-19, el Reino Unido era uno de los destinos más importantes para los estudiantes de Erasmus de España: en ese último curso, casi 4.500 estudiantes españoles participaron, y unos 4.300 estudiantes británicos hicieron estancias en España, una de las cifras más altas de la UE con los intercambios bilaterales Real Instituto Elcano.
Con la salida de la UE y la entrada en vigor de las nuevas reglas migratorias, Reino Unido sustituyó al Erasmus por un programa propio, el Turing Scheme, con vocación global, pero que no garantizaba la reciprocidad y facilidades del esquema europeo. Esto tuvo impactos claros: entre los cursos 2020/21 y 2023/24, las matriculaciones de nuevos estudiantes de la UE en universidades británicas cayeron el 57 %, lo que sumergió muchas instituciones en graves dificultades financieras. El volumen total de estudiantes europeos disminuyó significativamente, según los datos del Migración Observatory, de la Universidad de Oxford.
El regreso al Erasmus –con un coste para Londres de 600 millones de euros– implicará que europeos y británicos podrán reanudar estancias de estudio, prácticas, formación y voluntariado con las mismas condiciones que antes del Brexit: con reconocimiento académico, acceso a becas y sin tener que pagar como estudiantes internacionales. Esto abre oportunidades para estudiantes de grado, máster, formación profesional y colleges que hasta ahora se veían obligados a recurrir a dicho Turing Scheme oa otras alternativas menos directas.
El gobierno Starmer ha salido al paso esta mañana del miércoles de las críticas de la oposición por el regreso al Erasmus. Como de costumbre, el gabinete del primer ministro intenta simular que la iniciativa universitaria no socava al Brexit, temeroso de cualquier ataque en este sentido, tanto de los conservadores como del Partido Reformista. Pero lo cierto es que el acercamiento paso a paso de Londres a Bruselas es la prueba más evidente de la falta de viabilidad del proyecto brexitero. No en vano otro de los anuncios realizados hoy a ambos lados del Canal es que Bruselas y Londres ha comenzado las negociaciones para integrar el mercado eléctrico y también para fijar un plazo para pactar el próximo año un acuerdo comercial sobre alimentos y bebidas, así como la conexión de los mercados de emisiones de CO₂.
Una década perdida
Prácticamente, una década después del referéndum –se cumplirá en junio del próximo año–, la percepción de la sociedad británica es que el Brexit ha sido un mal negocio. Las encuestas de opinión de YouGov y otras casas de demoscopia muestran que hoy una mayoría de la población (56%) considera que votar por salir de la UE fue un error. Cada vez existe un apoyo más creciente para mantener vínculos más estrechos con Europa, e incluso para reconsiderar aspectos de la relación post-Brexit. De hecho, el seguimiento de YouGov desde 2016 muestra que progresivamente más gente opina que "fue un error votar por salir", y este cambio ha sido sostenido a lo largo de los años.
Los cambios demográficos también son relevantes para explicar la evolución del debate sobre el Brexit. Aunque no existe una cifra oficial precisa, un análisis de Peter Kellner, fundador de YouGov, sostiene que unos 3,2 millones de electores que votaron a favor del Brexit han muerto desde el referendo, así como aproximadamente 1,8 millones de los que se decantaron por continuar en la UE. El mismo estudio indica que unos 4,1 millones de británicos que votaron por el leave han cambiado de opinión, en contraste con sólo 1,1 millones de remainers que ahora optarían por la ruptura con Bruselas. Las variaciones internas dentro del blog del leave muestran, además, que una parte significativa de los votantes más jóvenes tiende hoy a considerar que el Brexit fue un error, mientras que los votantes de mayor edad son mucho más fieles a la decisión original.
La fractura generacional se refleja con claridad entre los jóvenes que no pudieron participar en el referéndum del 2016. En recientes encuestas, los británicos de entre 18 y 24 años muestran una fuerte inclinación a considerar que el Brexit fue un error, con porcentajes que llegan hasta el 75% en algunos sondeos. Cuando se pregunta cómo votaría hoy la población en un hipotético nuevo referéndum, la opción de quedarse en la UE suele mantener una ventaja sobre el leave (marchar), aunque este margen se reduce cuando la pregunta se formula específicamente en términos de reingreso.