Reino Unido

Unionistas norirlandeses queman hogueras con muñecos de migrantes en pateras

Los hechos se enmarcan en las celebraciones protestantes contra los católicos y la policía les investiga como delito de odio

Una imagen de la hoguera de Moygashel, este jueves por la noche, en Irlanda del Norte.
11/07/2025
3 min

LondresLa policía de Irlanda del Norte investiga como delito de odio la quema de una hoguera en Moygashel con la representación de una patera con doce maniquíes con chalecos salvavidas y un cartel con el lema "Stop the boats" [Paramos las pateras]. Moygashel es un pequeño pueblo del condado de Tyrone, unos 75 kilómetros al suroeste de Belfast. La representación, que coronaba la pila de palas con las que tradicionalmente se hacen estas hogueras, es una referencia directa a la llegada de refugiados a través del canal de la Mancha. El lema "Stop the boats" le acuñó el anterior gobierno británico, presidido por el conservador Rishi Sunak.

La hoguera se ha encendido este jueves a las once de la noche, hora local, doce horas después de que el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, sellaran en Londres un pacto migratorio para frenar el flujo de paterasEl acuerdo, bautizado como "Uno entra, uno sale", prevé que el Reino Unido aceptaría a un solicitante de asilo, probablemente con vínculos familiares con el país, por cada inmigrante devuelto a Francia que haya atravesado el canal ilegalmente. Las imágenes de la hoguera muestran, además de la patera y los maniquíes, una bandera tricolor irlandesa en lo alto y otro cartel con el mensaje "Veteranos before refugees" [Los veteranos antes que los refugiados], acompañado de dos pistolas. Varias voces políticas, religiosas y sociales de la provincia han condenado la acción, que ven como un claro ejemplo de discurso de odio y racismo en un contexto en el que la violencia religiosa entre católicos y protestantes tiene miles de muertos detrás.

Las bonfires (hogueras) son una tradición lealista y unionista de Irlanda del Norte, vinculada a las celebraciones del 11 y el 12 de julio, cuando las comunidades protestantes conmemoran la victoria de Guillermo de Orange sobre el rey católico Jaime II en la Batalla del Boyne en 1690. Se calcula que este año se une. A menudo estas hogueras generan polémica, porque, aparte de su simbología religiosa e identitaria, se queman, como también ha sido el caso de Moygashel, banderas irlandesas, retratos de políticos nacionalistas y símbolos considerados provocadores. Son también hogueras de gran altura, que pueden intimidar y comportar un grave riesgo si se realizan junto a viviendas.

Condena generalizada

El Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) ha confirmado este viernes que investiga el caso como delito de odio: "Estamos aquí para ayudar a quien se sienta vulnerable y garantizar la seguridad de todos", ha dicho un comunicado, donde también subraya que actúa dentro del marco legal vigente. A pesar de los llamamientos para retirar la efigie antes de la quema, la hoguera se encendió igualmente.

La condena por el acto ha sido casi unánime. Colm Gildernew, diputado de Sinn Féin en la asamblea de Stormont, en Belfast, calificó los hechos de "viles y deplorables" y afirmó que era "claramente un delito de odio". El arzobispo de la Iglesia de Irlanda, John McDowell, ha lamentado la acción y le ha tildado de "racista, amenazante y ofensiva". También el concejal socialdemócrata del distrito electoral, Malachy Quinn, ha denunciado que "el racismo y la intimidación no son cultura". "Esto no es orgullo, es veneno", ha dicho.

Patrick Corrigan, de Amnistía Internacional, ha definido la hoguera como un "acto deshumanizador que alimenta el odio y el racismo". Incluso el Partido Democrático Unionista (DUP), principal fuerza unionista de Irlanda del Norte, ha rechazado la presencia de efigies o símbolos provocadores, a pesar de defender la tradición de las hogueras. "Deben ser celebraciones positivas y seguras", ha dicho un portavoz.

Sin embargo, sectores lealistas radicales defendieron la acción. La activista Jamie Bryson argumentó que se trata de una "expresión política legítima", avalada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y acusó a los críticos de hipocresía por defender al mismo tiempo al grupo de rap Kneecap, partidario de una Irlanda unificada. Los organizadores de la hoguera, la Asociación Moygashel Bonfire, la justificaron asegurando que "la invasión sin control" de migrantes es "la mayor amenaza para el Reino Unido desde Adolf Hitler".

No es el primer incidente en Moygashel de este tipo. El año pasado, la hoguera del pueblo ya provocó polémica al quemar un coche policial de cartón, un gesto especialmente sensible en Irlanda del Norte, donde los policías siguen siendo objetivo habitual de ataques de los radicales. El caso ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre los límites de la libertad de expresión y la tolerancia de la cultura de las hogueras, especialmente en unos momentos en los que la cuestión migratoria domina la agenda política británica y europea.

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