Von der Leyen se inspira en Meloni y quiere crear campos fuera de la UE para deportar a migrantes
La presidenta de la Comisión Europea apuesta por intensificar la deportación de inmigrantes ilegales
BarcelonaLa Unión Europea cada vez endurece más su discurso contra la inmigración. Tras los resultados históricos de la extrema derecha en las elecciones europeas, que Alemania haya instalado controles en todas sus fronteras pese a formar parte del espacio Schengen, que Polonia se plantee la anulación del derecho de asilo y que una mayoría de Estados miembros de la UE haya instado a Bruselas a endurecer la política de deportación del blog; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha recogido el guante y en una carta en la que recoge todas estas quejas promete proponer diferentes medidas para luchar contra la entrada de inmigrantes y refugiados ilegales.
La propuesta más polémica que plantea Von der Leyen pocas horas antes de la cumbre de líderes europeos de este jueves y viernes es la creación de campos de inmigrantes fuera de la UE para poder deportar a los que viven de forma irregular dentro del blog. La conservadora alemana pone de ejemplo en una carta enviada a todos los gobiernos comunitarios el acuerdo entre Italia y Albania, que a cambio de una gran cantidad de dinero que le desembolsa Roma ha creado centros de recepción de recién llegados que, precisamente, han entrado en funcionamiento este mismo martes. "Vamos a sacar lecciones prácticas", asegura la jefa del ejecutivo comunitario en la misiva.
De esta forma, aunque en un principio se temía por el aterrizaje en la UE de la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, finalmente ha sido el global de los líderes europeos quienes se han acabado decantando por hacerse suyos las políticas migratorias de la italiana, y no a la inversa. De hecho, la Comisión Europea en 2018 aseguró que la creación de campos de inmigrantes fuera de la UE contravenía el derecho internacional, y la propia comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, aseguró que el Plan Ruanda del Reino Unido, similar al de Italia con Albania, no era una "política digna ni humanitaria".
Sin embargo, en ningún caso Von der Leyen defiende en la misiva la necesidad de que estas deportaciones cumplan el derecho humanitario y se garantice que no se pone en peligro la vida de los inmigrantes, tal y como pedían algunos estados miembros, como España. En cambio, apuesta por revisar qué países terceros son seguros y estudiar "la idea de desarrollar centros de retorno".
En la misma línea, la conservadora alemana avanza que "planteará una nueva propuesta" en política de deportaciones para hacerlas más "eficientes". Bruselas pretende armonizar el marco legal comunitario para evitar que los inmigrantes ilegales se beneficien de la falta de colaboración entre Estados miembros. "La mayoría de gente que viene a Europa no tiene ninguna intención criminal, pero no se puede ser tolerante con quienes cometen crímenes", dice la misiva.
De esta forma, la presidenta de la Comisión Europea incluiría la petición de la gran mayoría de socios europeos –como Alemania, Francia e Italia, entre otros– de "establecer una nueva base legal que defina de forma clara las obligaciones y los deberes" para el global de los recién llegados. Y, en caso de que no los cumplan, hacerles asumir las "consecuencias" de su "no-cooperación" y se les "sancione", si bien no concretaban exactamente cómo.
Aunque Von der Leyen asegura que "da igual de dónde vienen" los inmigrantes, solo pide reforzar los acuerdos millonarios con países terceros que pueden frenar las oleadas migratorias del Sur Global que se dirigen a Europa. En este sentido, pone de ejemplo pactos muy polémicos que Bruselas ha cerrado con Túnez, Egipto, Marruecos y Mauritania, que a menudo no respetan los derechos humanos en el trato a la gente que aspira a vivir en la UE.
Las dos varas de medir de Bruselas según el origen de los refugiados también se hace evidente cuando, en la misma misiva, pide mantener el apoyo y el buen recibimiento a los ucranianos que huyen de la guerra. Así pues, asegura que la Comisión Europea ampliará las ayudas a los estados miembros que reciban recién llegados de Ucrania y que está estudiando la forma de garantizar su recepción tanto tiempo como haga falta.
Uno de los pocos países que hasta ahora se ha mostrado en contra de las medidas que quiere propulsar a Von der Leyen es España. La portavoz del gobierno español, Pilar Alegría, se mostró "contraria" en rueda de prensa a la externalización de la gestión migratoria por parte de la UE y avanzó que defenderán "la aplicación humanitaria del pacto de migración y asilo" , el cual no hace ni un año que se acordó y aún está por desplegar por completo. Así, la Moncloa apuesta "por vías seguras y trabajar con los países de origen y de tráfico" de las rutas migratorias, y no por crear campos de inmigrantes.
Reforzar el espacio Schengen
Von der Leyen también apuesta por "reforzar las políticas migratorias conjuntas" y dice que la única forma de reducir la entrada de inmigrantes ilegales en el espacio Schengen es incrementar la "coordinación y colaboración" entre estados miembros. Por eso, después de que Alemania haya instalado controles en todas sus fronteras, la presidenta de la Comisión Europea lanza un dardo al canciller germánico, el socialdemócrata Olaf Scholz, y le recuerda que "la reimposición de controles debe ser la última opción al alcance, excepcional y proporcionada".
Por otra parte, la conservadora alemana también se ha hecho eco de las denuncias del primer ministro polaco, Donald Tusk, que anunció que suspendería el derecho de asilo en su país, lo que contraviene el derecho internacional y humanitario. Von der Leyen, aunque evita entrar a valorar esta polémica medida, asegura que pretende luchar contra "la instrumentalización" que hacen Rusia y Bielorrusia de la inmigración porque lo considera una "táctica de guerra híbrida" que "debilita la seguridad de la UE ".