Francia estudia la retirada de sus tropas de Malí tras la expulsión de su embajador

El ministro de Exteriores habla de "ruptura" con la junta militar que gobierna el país y abrirá contactos con la UE

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Tancs del ejército francés patrullan en una zona rural a la región africana del Sahel.

ParísLa expulsión este lunes del embajador de Francia en Bamako por parte de la junta militar que gobierna Mali obligará a París a replantearse su presencia militar en el país africano, situado en una región clave para el control del terrorismo yihadista. Después de las tensiones en los últimos meses, la salida forzada del diplomático francés ha sido la gota que ha colmado el vaso. "La situación no puede continuar así", ha advertido el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, este miércoles.

Los problemas entre París y Bamako vienen de lejos pero se han hecho más evidentes en las últimas semanas, cuando la junta militar que gobierna Mali desde el golpe de estado del año pasado ha expulsado del país un contingente militar danés –con el argumento de que la UE no tenía permiso para aumentar el número de militares sobre el terreno– y ha incumplido su compromiso de celebrar elecciones este mes de febrero.

El gobierno francés todavía no ha decidido la respuesta que dará a la expulsión del embajador, pero Le Drien ha hablado de "ruptura" con la junta y ha admitido que la decisión de Bamako lleva a su ejecutivo "a preguntarse sobre la posición" de Francia en Malí. El país presidido por Emmanuel Macron se encuentra ante el dilema de retirar o no las tropas. A pesar de que Francia tenía planes desde hace tiempo de retirar una parte de los soldados, el nuevo incidente diplomático podría acelerar la retirada y replantear su presencia en el país. París abrirá consultas con Bruselas y sus socios europeos ante un hecho tan trascendente para los intereses de la UE en la zona.

En un comunicado, la UE ha expresado su "apoyo y solidaridad" a Francia y ha manifestado que "deplora firmemente" la decisión de las autoridades de transición malienses, a quien ha pedido "que ejerzan moderación en lugar de repetir un comportamiento inaceptable hacia sus socios europeos, como Dinamarca". Ha añadido que este aislamiento es perjudicial para la lucha contra el terrorismo y para la situación humanitaria, y ha instado a las autoridades malienses a retomar el diálogo para "desescalar".

Mercenarios rusos en Malí

Salir de Malí tendría importantes implicaciones: significaría abandonar uno de los puntos clave de la lucha contra el terrorismo yihadista en el Sahel y dejar la puerta abierta a que Rusia ocupe el vacío franco-europeo con los mercenarios rusos de la empresa Wagner, que ya están desplegados en Malí. Una situación que el gobierno francés ha calificado "de inaceptable". Sea como fuere, lo que queda claro es que el deterioro de la situación llevará a una profunda transformación de la misión francesa y de la europea. La idea es mantener operaciones antiterroristas en los países vecinos de Malí –con más protagonismo de las fuerzas locales– y reducir al mínimo la presencia de tropas en el país.

Cómo y cuándo se impulsarán los cambios es una cuestión que todavía tienen que estudiar el gobierno francés y la UE. La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha advertido este miércoles que la Unión Europea se tiene que replantear su "compromiso" con Malí, pero tampoco ha ofrecido pistas de cuál será la solución definitiva. Francia, por su parte, también celebrará en los próximos días un debate en su Parlamento sobre el futuro de sus tropas en el país africano.

Conglomerado de operaciones militares

En Malí conviven diferentes operaciones militares: por un lado, las fuerzas francesas están desplegadas con 4.800 soldados en la llamada operación Barkhane, centrada al combatir el terrorismo islamista, y, por otro, está sobre el terreno la fuerza Tabuka, una coalición de tropas europeas con 900 soldados que colaboran con las fuerzas armadas de Malí, que a su vez están dirigidas por los mandos de Barkhane. En Malí también está la operación Minusma de la ONU, con 18.000 efectivos que trabajan para la estabilización del país, otra fuerza europea dedicada a la formación de las fuerzas de Malí, y una última operación conjunta de diferentes países de la región que cuenta con 5.000 soldados.

La expulsión del embajador francés y la necesidad de mantener o no las tropas en Malí se han convertido en objeto de críticas por parte de los partidos de la oposición. A poco más de dos meses de las elecciones, los candidatos han aprovechado para cargar contra Macron. Las dos principales rivales para el presidente francés, la conservadora Valérie Pécresse y la líder de extrema derecha Marine Le Pen, han hecho públicamente el ridículo cuando han reprochado al gobierno que no respondiera con la misma moneda y expulsara de Francia al embajador maliense. "¿Qué hace todavía en Francia el embajador de Malí?", preguntaba Pécresse. "Hay que expulsarlo inmediatamente", reclamaba Le Pen. El caso es que Malí no tiene embajador en Francia desde hace dos años.

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