El impacto de las sanciones a Rusia: ir a comprar, una yincana

MoscúIr a comprar en Rusia se ha convertido en una yincana. Las sanciones han dejado en fuera de juego muchos negocios rusos, que ya no pueden aceptar tarjetas de crédito porque están asociados a uno de los bancos sancionados. Lo avisan en la puerta con carteles: no podemos aceptar pagos con tarjetas Swift. Esto afecta todo tipo de negocios, entre los cuales servicios públicos como por ejemplo el metro de Moscú. Sí que aceptan tarjetas MIR, el equivalente ruso: mucho menos habitual, pero que ahora gana adeptos.

¿La alternativa si se tiene que ir a una tienda en concreto? Sacar efectivo. Pero lo que normalmente es una tarea sencilla ahora no lo es. el domingo colas de decenas de personas se aglomeraban para poder sacar efectivo en los cajeros de todo Rusia. Y este lunes muchos cajeros no funcionaban y los que funcionaban tenían escasez de efectivo. Todavía hay menos euros y dólares en efectivo. Por este motivo se ha obligado a las compañías rusas que tuvieran divisas extranjeras que vendan al menos el 80%. Peor lo tienen los rusos que viven en la Unión Europea, que han visto como de un día para el otro sus tarjetas se convertían en plásticos sin ninguna utilidad mientras viven en países que los etiquetan de agresores por las acciones de su gobierno.

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Una de las personas que ha sacado la mayor parte del dinero de su cuenta bancaria es Svetlana –nombre ficticio–, que explica que lo ha hecho porque teme que pronto se quedarán "sin dinero". Las sanciones que han provocado esta situación asegura que los "empobrecerán todavía más que antes". Cree que "en primer lugar sufrirá el pueblo": "Ahora mismo tenemos el miedo de quedarnos aislados, en todos los sentidos, del resto del mundo”. Cuando se pregunta por la opinión sobre los gobernantes rusos, hay silencio. Mientras la población sufre los golpes de las decisiones de las autoridades rusas, las élites quitan importancia a las sanciones y las tildan de ineficaces y afirman que no pararán la guerra. Incluso el expresidente Dmitri Medvédev hizo burla en las redes sociales usando emojis mientras decía que Rusia no pararía.

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Las autoridades rusas afirmaban que estaban preparadas para las sanciones, pero de momento se han tomado pocas medidas para contrarrestar lo que era más que previsible. MIR, el sistema alternativo, se creó en 2015 como medida de precaución por miedo a que Rusia fuera expulsada del Swift, pero no está tan ampliado cómo se querría. Otros países afines a Rusia también lo usan, como Armenia y Vietnam, entre otros.

Fantasmas del pasado

Desde el 25 de febrero los rusos se han preocupado por sacar efectivo, por miedo al que pudiera pasar. Según medios estatales, más de 111.000 millones de rublos, al cambio actual, cerca de 950 millones de euros. Y este lunes, una mala noticia más: el rublo ha pasado de cambiarse a 94 por cada euro a llegar a cambiarse por 123. Por ejemplo, un alquiler en Moscú estándar hace una semana podía valer lo equivalente a 800 euros, mientras que actualmente está sobre los 600 euros. Y los salarios han experimentado un retroceso similar, evidentemente. El salario medio actual no llega a los 300 euros al cambio.

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Entre las 4.30 y las 9 de la mañana es cuando más ha subido, y ha hecho volver uno de los fantasmas de los años 90. Esta época, la peor de la Rusia reciente, es agitada ocasionalmente por personas afines al presidente Vladímir Putin, cuando por ejemplo afirman que votarlo es no volver a los años 90, conocidos por la inseguridad, el aumento de la pobreza y la devaluación de la moneda. Y sin que los rusos hayan escogido a otro para llevar las riendas del oso ruso, vuelve la inestabilidad económica y financiera, esta vez por el ataque a un país vecino.

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Otro de los fantasmas de los rusos es la falta de libertad y las dificultades para viajar al extranjero. Las aerolíneas rusas no pueden sobrevolar el espacio europeo y hay el miedo que se prohíba conceder visados Schengen para viajar a la UE. Desde el inicio del conflicto Rusia ha limitado la velocidad de redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram y ha prohibido a los medios que hablen de “guerra” e “invasión” –tienen que usar el término putiniano “operación militar especial”–. Recientemente, se ha aprobado que quien apoye económicamente a Ucrania se enfrentará a penas de hasta 20 años de prisión, por “traición”. Incluso se ha planteado reintroducir la pena capital, así lo afirmó Dmitri Medvédev después de que Rusia fuera suspendida del Consejo de Europa.