Le Pen aboga por una aproximación entre la OTAN y Rusia

La ultraderechista Marine Le Pen.
ARA
14/04/2022
2 min

BarcelonaLa candidata ultraderechista Marine Le Pen, que el domingo 24 se disputará la presidencia de Francia con Emmanuel Macron en la segunda vuelta, apostó este miércoles por una “aproximación” de la OTAN a Rusia una vez acabe la guerra de Ucrania, con el objetivo de evitar que Moscú y Pekín estrechen relaciones.

“Hay que preguntarse sobre el papel de la OTAN después de la caída del Pacto de Varsovia y por eso después de la guerra en Ucrania me posicionaré a favor de una aproximación entre Rusia y la OTAN, cosa que también responde a los intereses de Estados Unidos”, dijo en una rueda de prensa sobre sus propuestas en materia de política exterior y de defensa. Le Pen defendió que Francia abandone el mando integrado de la OTAN.

Sobre la apuesta de Finlandia y Suecia por incorporarse a la Alianza Atlántica, la líder de Reagrupamiento Nacional quiso dejar claro que quiere “volver a la política del 1966 al 2009”, los años en los que París estuvo fuera de la dirección militar. Le Pen aseguró que “esto no implica una sumisión a Moscú”. Le Pen ha tenido una relación estrecha con el presidente ruso, Vladímir Putin, que ha intentado tapar desde la invasión rusa de Ucrania, que ha coincidido con la campaña electoral para la presidencia francesa.

La candidata euroescéptica también quiso aclarar que quiere que Francia continúe dentro de la Unión Europea, “pero reformándola desde dentro”, para que las instituciones comunitarias cedan competencias a los estados miembros, lo cual convierta la Unión en una “alianza de naciones soberanas”. Le Pen quiso recordar que no se ha producido ningún “cataclismo” en el Reino Unido después del Brexit.

Soberanía europea

La propuesta lepenista es reforzar las relaciones bilaterales por encima de las multilaterales, y remachó que el presidente francés “es el único que cree en la soberanía europea”. Le Pen insistió que querría establecer una relación con China. Sobre Alemania, se limitó a decir que no siente “ninguna hostilidad”, pese a sus “discrepancias estratégicas” con Berlín sobre la OTAN y la política energética.

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