Nueva investigación a Boris Johnson por el pago de unas vacaciones en el Caribe

El comité ético que supervisa a los diputados analiza una posible ruptura del código

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Johnson tumba una vez más  al laborismo al norte de Inglaterra

LondresRelativamente poco le ha durado la tranquilidad a Boris Johnson de saberse ganador, al menos en Inglaterra, de las elecciones locales celebradas el pasado jueves en la Gran Bretaña, junto con las nacionales de Gales y de Escocia, donde los tories no han resultado tan beneficiados. El organismo que vela por los estándares de comportamiento de los parlamentarios ha anunciado este lunes que Johnson podría haber roto el código ético en relación con el pago de las vacaciones de Navidad en el Caribe del 2019.

En diciembre de ese año, pocos días después de que ganara las elecciones generales, viajó con su pareja, Carrie Symonds, al complejo de superlujo de Mustique, una isla privada del archipiélago de San Vicente y las Granadinas, situada entre Trinidad y Tobago y la Martinica. La estancia de la pareja, de diez días, tuvo un coste de 15.000 libras (17.500 euros). Pero en el registro de intereses de los diputados Johnson solo declaró que todo fue "cortesía" del fundador de la empresa de telefonía móvil Carphone Warehouse, David Ross, propietario de una casa de vacaciones en la isla.

Un portavoz de Ross, que es donante de los tories, declaró inicialmente a la prensa británica que el magnate no había pagado el viaje y describió la explicación de Johnson como "un error". Pero posteriormente dio marcha atrás y aseguró que Ross había "facilitado" aquellas vacaciones. Entonces Kathryn Stone, la jefa del organismo parlamentario que vela por los estándares de los diputados, aceptó una solicitud presentada por el Partido Laborista para abrir una investigación. Normalmente, Stone informará de sus conclusiones al Comité de Normas de los Comunes, que puede ordenar a los parlamentarios que pidan disculpas o, si es el caso, que paguen el dinero que hayan aceptados si se concluye que han infringido el código de conducta. En casos extremos, se podría recomendar la suspensión de los diputados, a pesar de que esto requeriría la aprobación de la cámara por mayoría, una excepción en la historia de Westminster.

Downing Street había asegurado antes del pronunciamiento de la comisión que el primer ministro había satisfecho "todos los requisitos de transparencia principales" alrededor de ese viaje. La oficina de Ross ha asegurado hoy que todos los trámites habían seguido los estándares requeridos y que la declaración de Johnson había sido "correcta".

El apartamento

La nueva investigación se añade a la que ya había en marcha de la Comisión Electoral sobre el pago de la reforma de la vivienda que Johnson ocupa en el número 11 de Downing Street y que según la denuncia del que había sido el máximo asesor estratégico del primer ministro, Dominic Cummings, habría querido financiar ilegalmente a través de la donación de un préstamo de otro donante del Partido Conservador, que tampoco lo habría declarado de manera correcta.

Pero Boris Johnson es inmune a los escándalos potenciales. La prueba de ello es el resultado electoral del superjueves. Los datos de las elecciones locales en Inglaterra, y de la parcial de Hartlepool en el Parlamento de Westminster, han confirmado la supremacía de los tories en la circunscripción que en el pasado había sido uno más de los graneros de votos por excelencia de los laboristas, el norte de Inglaterra, clave en la victoria de Johnson del 2019.

Mientras tanto, y a la espera de que esta tarde el primer ministro se apunte otro triunfo ante la opinión pública con la confirmación de más medidas de apertura del país a partir del próximo lunes, el laborismo sigue desconcertado y con un líder que hace más de 24 horas que intenta recomponer su gobierno a la sombra en medio de críticas de la izquierda y la derecha del partido.

Lejos de preocuparse por las investigaciones en marcha sobre su estilo de gobernar y su relación con el uso del dinero público, las urnas en Inglaterra han dado la razón a Johnson, que no ha parado de repetir que la opinión pública está preocupada sobre todo por la recuperación económica y la campaña de vacunación.

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