El país que quiere acabar con la violencia machista en una generación
Australia sufre un aumento de la violencia de género, que dejó a más de 100 mujeres asesinadas el año pasado
SydneyDía de San Esteban, Melbourne. Cuando la policía llega, tras la llamada de emergencias a las cinco y media de la mañana, ni los agentes ni los servicios de emergencia pueden salvar la vida de Yvonne Beres. 22 de diciembre. Después de medianoche la policía recibe una llamada. Encuentran inconsciente a Chloe Mason en una calle de Caboolture, en la costa este de Australia. Muere a causa de heridas de bala. 14 de diciembre, aviso a la policía por disturbios dentro de un domicilio en Fitzroy Crossing, en el norte del país. Cuando llegan los paramédicos no pueden hacer nada por salvar la vida de una mujer de 32 años. En todos los casos la policía australiana arresta a hombres conocidos por la víctima.
Éstas son sólo algunas de las 101 víctimas de violencia machista del 2024 recogidas por el Australian Feminist Watch, un proyecto de la periodista Sherele Moody que, desde hace más de una década, recuenta a los niños y mujeres muertos por este tipo de violencia desde principios de 1800. "Mi padrastro asesinó a dos niñas, Sandra Dorothy Bacon y Stacey Anne Tracy –recuerda Moody–. Pasé mucho tiempo rabieta, pero decidí transformar la rabia en activismo”. El pasado año, en Australia, un país de 26 millones de habitantes, fue asesinada, de media, una mujer cada cuatro días.
Si se calcula la media de hospitalizaciones, cada día trece mujeres ingresan en el hospital por violencia en el domicilio. Pero una cifra que se dispara entre las mujeres indígenas, que son las que soportan ratios más altas de violencia, ya que tienen 31 veces más de probabilidades de ser hospitalizadas por violencia machista y con frecuencia, debido al racismo sistémico, son identificadas como las perpetradoras.
Un sistema político "hecho por hombres y para hombres"
Después de que el 13 de abril Joel Cauchi apuñalara a catorce mujeres en un centro comercial en Bondi Junction –cinco de las cuales murieron–, Karen Webb, comisaria de la policía de Nueva Gales del Sur, reconocía que "el agresor es 'había centrado en las mujeres y había evitado a los hombres'. Miles de personas salieron a la calle para protestar contra la violencia machista y el primer ministro convocó a los premiers de todos los estados y territorios de Australia por primera vez por un tema no relacionado con la covid. "No tienen la voluntad de cambiar porque esto sería admitir que tenemos un problema con la violencia de los hombres", asegura Moody sobre un sistema político que "está hecho por hombres y hombres".
"Durante años no hemos tenido estadísticas robustas que pudieran ayudarnos a entender cómo funciona el feminicidio, y eso complicaba el debate público", añade Karen Bevan, consejera delegada de FullStop, una organización con 50 años de historia que empezó como refugio para las mujeres víctimas de violación. Entre enero y septiembre del 2024, el gobierno federal había contabilizado a 26 mujeres asesinadas por violencia machista, una cifra que incluye sólo los casos judicialmente resueltos y en los que el perpetrador tenía o había tenido una relación sentimental con la víctima.
Terminar con la violencia machista en una generación
Sin embargo, el Instituto Australiano de Criminología detectó que la violencia contra las mujeres va al alza. Aunque los datos de 2024 todavía no se han difundido, este organismo público contabilizó 58 mujeres asesinadas por violencia machista en 2023, un aumento significativo respecto a las 35 de 2022 y las 33 de 2021. Sobre la mesa el gobierno actual y lo sucesivo –este año hay elecciones–, tienen como objetivo "acabar con la violencia de género en una generación", tal y como marca el Plan Nacional aprobado en el 2022.
Karen Fitz-Gibbons, profesora de la Monash University y autora del libro Our National Crisis, señala que 2024 ha sido un año terrible en cuanto a feminicidios: "Nuestro sistema falla a las víctimas porque responde de forma reactiva y no proactiva. Entre las carencias está la falta de prevención de riesgos, una coordinación entre las administraciones y una formación insuficiente de las fuerzas del orden que permiten que las señales de alerta pasen desapercibidas", expone.
Según el Australian Institute of Health and Welfare, un 85% de las mujeres australianas han experimentado violencia de género. En una encuesta con 3.300 participantes de entre 18 y 28 años, nueve de cada diez ven la violencia sexual como "inevitable". Al mismo tiempo que un estudio de la Queensland University of Technology ha encontrado que uno de cada cuatro hombres entre 18 y 45 años admite haber agredido física o sexualmente a su pareja. "Si lo desenrollas, tiene relación con las actitudes hacia las mujeres", reconoce Bevan desde FullStop, "se trata de los roles de género, de cómo la sociedad condona la violencia. Si no cambiamos esto de forma global, será una batalla empinada por a nosotros".