¿Por qué ahora es vital el paso de Rafah entre Gaza y Egipto?
El punto fronterizo es el único de la Franja por donde puede entrar ayuda humanitaria y salir los civiles
BarcelonaUna carretera atraviesa de norte a sur la franja de Gaza, como una arteria vital, y desemboca en el paso de Rafah, en la frontera con Egipto. Para los 2,3 millones de palestinos que viven en este enclave del Mediterráneo, una auténtica prisión a cielo abierto bajo asedio israelí desde 2007, el paso es el único contacto con el mundo exterior que no está bajo control exclusivo de Israel. Egipto controla el paso, pero a pesar de todo el mundo que lo cruza requiere autorización de Israel. Sólo los extranjeros lo tienen algo más fácil, pero siempre deben pasar el control israelí.
La otra salida es por el norte, al paso de Erez que conecta con Israel, que sólo pueden cruzar los enfermos que necesitan tratamiento (cuando las autoridades israelíes lo permiten) y los 20.000 trabajadores que tienen permiso para ser mano de obra barata , sobre todo en el sector de la construcción. Por el paso de Kerem Shalom sólo pueden circular mercancías, pero está cerrado después de estos casi 16 años de bloqueo. La mayoría de los palestinos de Gaza nunca han salido de los 365 kilómetros cuadrados que tiene la Franja, porque conseguir la autorización de Israel es muy complicado.
El paso de Rafah conecta con la península del Sinaí, una zona desértica que ha sido uno de los focos de inestabilidad por la presencia de grupos yihadistas que luchan contra el régimen de Egipto. La zona de las inmediaciones de la frontera ha sido arrasada y está militarizada.
¿Por qué está cerrado el paso?
Siempre es difícil cruzar el paso de Rafah, y lo primero que ocurre cuando empieza una guerra es que Egipto lo cierra: ya ocurrió en el 2021, el 2014 y el 2008. Desde el 2013, por la inestabilidad en el Sinaí, El Cairo ha reducido al mínimo los movimientos, incluida la entrada de ONG y periodistas. Por eso los palestinos han acusado al régimen del presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi de colaborar con el bloqueo israelí. Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre el paso está completamente cerrado, incluso para los extranjeros.
El paso de Rafah es el único punto por el que podría entrar masivamente ayuda humanitaria a Gaza y los camiones enviados por Turquía y Egipto esperan el momento de entrar, después de que El Cairo haya reabierto el aeropuerto de Al Arish, en el norte de Sinaí, para facilitar la llegada de los materiales.
¿Por qué no abre Egipto?
El Cairo teme que si ahora deja entrar en su territorio cientos de miles de palestinos, nunca podrán volver a Gaza, exactamente como ocurrió en 1948, cuando muchos se marcharon de casa pensando que unos meses después volverían a sus tierras, que hoy son el Estado de Israel. Por eso estos días muchos palestinos hablan de una segunda Nakba (catástrofe), comparable a la que se produjo con la creación del Estado de Israel. Después de haber ordenado la evacuación de más de un millón de palestinos que viven en la mitad norte de la Franja, no está claro si los planes de Netanyahu pasan por un empleo parcial o total.
La idea de completar la expulsión de los palestinos en la península del Sinaí ha emergido en distintos momentos históricos. En 2017 la BBC publicó unos documentos clasificados que demostraban que en 1982 el dictador egipcio Hosni Mubarak se reunió en secreto con el presidente estadounidense Ronald Reagan y con la primera ministra británica Margaret Thatcher para reasentar a los palestinos del Líbano en el desierto egipcio. El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, propuso lo mismo en el 2010 y algunos políticos israelíes han hablado de crear el estado palestino en el Sinaí. Una "solución" a la saharaui que haría caer la cuestión palestina en el olvido ya la que, hasta ahora, Egipto se ha negado. El país árabe pasa por una grave situación económica, por lo que no debe descartarse que acabe cediendo si tiene suficientes incentivos.