Al Asad rompe el silencio y dice que su fuga "no fue planeada"

El dictador describe una operación épica para llegar a una base aérea y abandonar el país en dirección a Rusia

La cara de Bashar el Asad en un cartel quemado. ORHAN QEREMAN / REUTERS
16/12/2024
4 min
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Enviado especial a Idlib (Siria)"Cháfalo, chafalo", llamaba el domingo a Damasco a un miliciano de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que controlaba el acceso a la sede de la televisión pública de Siria. edificio tenía que pisar antes el rostro de Al-Assad. régimen, Siria estaba llena de retratos de Al Assad. Ahora Siria está llena de retratos de Al Assad arañados, pisados ​​y quemados.

Pero este lunes, tuvieron que verlo. Por la pantalla. Las televisiones sirias emitían imágenes de archivo del dictador para acompañar una noticia relevante: Al Asad había roto el silencio una semana después de haber sido derribado por los rebeldes y huir a Rusia. Lo hizo en un comunicado publicado en el canal de Telegram de la presidencia siria. El título del comunicado es largo. Y explícito: Explicaciones del presidente Bashar el Asad sobre las circunstancias que le llevaron a marchar de Siria.

"Mi salida de Siria no estaba ni planificada ni se produjo durante las últimas horas de las batallas, como algunos han afirmado", se lee en el comunicado. "Al contrario, me quedé en Damasco, ejerciendo mis funciones hasta las primeras horas del domingo 8 de diciembre", y asegura que acabó cogiendo un avión desde la base aérea de Khmeimim –operada por Rusia, aliada histórica del régimen– ese mismo día por la tarde. Desde allí, voló a Moscú. Al día siguiente de la fuga, el Kremlin anunciaba que le había concedido asilo por motivos humanitarios.

Se cree que su familia más cercana –mujer e hijos, pero también otros parientes– llevaban días volando a territorio ruso asustados por el avance de las milicias. En poco más de una semana, los rebeldes de HTS tomaron el control de las grandes ciudades del régimen hasta llegar a Damasco, que cayó con rapidez inaudita. Los milicianos apenas tuvieron que gastar balas: la mayoría de soldados del ejército del régimen desertaron. Los dos grandes aliados internacionales del régimen, Rusia e Irán, esta vez tampoco pudieron salvar la piel de los Asad. Tanto Moscú como Teherán están atareados en otras guerras.

"A medida que las fuerzas terroristas se infiltraron en Damasco, me trasladé a Latakia en coordinación con nuestros aliados rusos para supervisar las operaciones de combate", continúa el largo comunicado de Al Asad. Explica que cuando llegó a la base aérea aquella mañana, quedó claro que las fuerzas sirias "se habían retirado completamente de todas las líneas de batalla y que las últimas posiciones del ejército habían caído". Y relata que, mientras estaba, la base empezó a ser bombardeada intensamente con drones: "Sin ningún medio viable para abandonar la base, Moscú pidió que el mando organizara una evacuación inmediata a Rusia el domingo 8 de diciembre por la tarde"

¿Huida heroica?

Asad ha querido dejar claro que la huida a Rusia "tuvo lugar al día siguiente de que Damasco cayera, tras la caída de las últimas posiciones militares y la consiguiente parálisis del resto de instituciones estatales". "En ningún momento durante estos eventos me planteé dimitir o buscar refugio, ni ninguna persona o partido hizo una propuesta de este tipo. El único camino a seguir fue seguir luchando contra el ataque terrorista", subraya.

El ex dictador ha negado haber traicionado a su pueblo. Pese a estar en Moscú. Aunque Siria es una fiesta desde que él se marchó. "La persona que nunca abandonó la resistencia en Palestina y Líbano, ni traicionó a los aliados que le apoyaron, no puede ser la misma persona que renuncie a su pueblo o traicione a su ejército ya la nación a la que pertenece", argumenta.

El comunicado de Al Asad es un intento de responder a todas las informaciones que han ido saliendo en los últimos días sobre la forma en que abandonó el país. Se le acusa de haber traicionado a su equipo ya sus colaboradores más estrechos. El viernes, la agencia de noticias Reuters explicaba, citando fuentes presentes en los acontecimientos, que horas antes de huir Al Assad había asegurado en una reunión con unos 30 comandantes del ejército y de seguridad del ministerio de Defensa que el apoyo militar ruso estaba en camino y que era necesario resistir la ofensiva de los rebeldes. Luego, llamó a su asesora de prensa y le pidió que fuera a su casa para que le escribiera un discurso. Cuando la asesora llegó a casa de los Asad ya no había nadie. Bashar había tomado un vuelo secreto hacia Rusia.

En lugar de una fuga vergonzosa –"como una rata", como me decía el sábado un hombre en el distrito de Ghouta– el ex mandatario describe en su Telegram un relato épico y arriesgado en el que puso su vida al límite antes de no tener otra opción que hacer caso a su amigo Putin y abandonar a su amada Siria. Sin embargo, no debería preocuparse demasiado de cómo queda su reputación ante los sirios. Aquí nadie quiere volver a verlo. que ha comprobado el ARA, desde el terreno, en la última semana.

"El mejor día de mi vida. Mejor que el día que me casé, mejor que si, algún día, puedo ir a La Meca ", decía el sábado otro hombre de Ghouta, escenario de uno de los peores escenarios de la guerra. Las bombas de Al Asad le mataron a tres hijos. Tres niños que estaban jugando en la calle.

Toneladas de billetes de dólar de Siria hacia Rusia

Mientras, este lunes ha salido a la luz que el banco central de la Siria de Bashar el Asad envió unos 250 millones de dólares en efectivo a Moscú en los años 2018 y 2019, cuando el entonces dictador sirio estaba en deuda con el Kremlin por el su apoyo militar a la guerra abierta en el país. Lo revela el Financial Times , que ha tenido acceso a los documentos que demuestran que, en esos dos años, el régimen de Al Asad hizo volar cerca de dos toneladas en billetes de 100 dólares y de 500 euros hacia el aeropuerto de Vnukovo de Moscú. Se depositaron en bancos rusos que aparecían en las listas de sancionados por los gobiernos europeos y estadounidense.

Los pagos demuestran la dependencia de Rusia que la guerra generó para el régimen de Bashar el Asad, derrocado hace diez días. El gobierno de Vladimir Putin ha estado enviando a Siria material militar como los aviones de combate Sukhoi Su-35S, valorados en unos 80 millones de dólares cada uno, además de otros tipos de colaboración como el apoyo de los mercenarios rusos de Wagner.

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